Según las fuentes clásicas, el infierno está poblado por los defectos de las personas. Aquellos que en vida obraron conforme a estas actitudes, están condenados a vagar el resto de la eternidad sufriendo la decadencia que había cosechado en vida. Las referencias a estos “defectos” son uno de los pocos exponentes comunes de todas las culturas del mundo. El libro del Orden de Eridie es, por ejemplo, una de las fuentes más literales, mientras que en la religión dormenia, los propios correctores persiguen, al menos en teoría esas actitudes. La más sorprendente de las menciones está en la cultura gunear, que sostiene que Thargron, el dios padre, se prepara junto a los guerreros elegidos para enfrentarse a los defectos que un día intentarán destruir su reino.
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