Religión impuesta culturalmente en todo el territorio del Orden de Eridie. Se trata de una religión que encaja bien en el marco del tridecadeísmo y que reconoce a los dioses ajenos, aunque insta a la expansión inmisericorde de sus deidades.
El eridismo impone de forma casi categórica el culto a Daarmina, mientras que acepta también a Armeniam y a Liana. Al ser una religión fuertemente ligada al concepto de su identidad como estado, estos cultos están también ligados a diferentes secciones o funcionalidades del mismo.
También la estructura del conocimiento del eridismo se encuentra en la misma versión histórica de su estado. Según esta idea, la Fundadora, una seguidora de Daarmina, habría creado el estado de Eridie mientras uno de sus seguidores registraba sus palabras y acciones en el “Libro del Orden”, obra de la que se extraen tanto los principios religiosos como los legales y sociales del estado.
Los principios fundamentales, en este caso, están bastante claros si se toma esta obra como criterio de diferenciación, y debido a que su difusión en el estado es absoluta, el conocimiento general no deriva prácticamente nada de esta versión.
Estos principios fundamentales se pueden resumir de la siguiente forma:
El mundo es un lugar de transición de energías ocurrido al azar debido al caos. El alma de las personas es la entidad básica que puede generar o no el caos: las personas deben portarse de forma virtuosa para evitar la llegada de este caos. En este sentido la reencarnación se reconoce de la misma forma que en el tridecadeísmo, aunque de alguna forma se entiende que solo las almas más excepcionales llevarían una transición a aliados de los dioses o a defectos, mientras que la gran mayoría pasarían toda su existencia reencarnándose una y otra vez.
Como buena parte de la estructura religiosa del eridismo está basada en el libro de la fundadora, la mayoría de mitos están bien documentados. No obstante no es la única obra de la que se extrae conocimiento religioso, y todos los sacerdotes pasan tiempo aprendiendo historias y ritos en la biblioteca de Paenia. Los siguientes mitos son precisamente externos al propio libro del Orden.
La armadura de la fundadora
Varios textos y muchas estatuas presentan a la fundadora equipada con una armadura de torso, grebas, casco, brazales y una espada de dos puños de aceptable tamaño. Los documentos garantizan que aunque las forjó ella misma, lo hizo con ayuda divina. Los materiales los habría obtenido el virtuoso rey de su país tras vencer a los últimos gigantes del mundo, y habría sido imbuida de la personalidad de la diosa durante la forja. El conjunto otorgaba la capacidad del sacrificio mortal, según el cual podía golpear con tanta fuerza que ningún enemigo podía resistirlo (literalmente: “Los enemigos eran partidos en dos, tanto si llevaban escudo como si portaban armadura de metal), pero el poder sobrenatural era tan grande que la fundadora sufría heridas en el interior de su cuerpo y sangraba por los ojos, boca, nariz y poros.
No se sabe si cuando la fundadora ascendió tras crear Eridie estos objetos viajaron con ella al más allá o si fueron almacenados en algún lugar del Orden, pero existen una serie de réplica de todos ellos guardados en diferentes templos. Existe la creencia de que uno de ellos es el auténtico.
La llama de la fundadora
Según este persistente mito, la misma fundadora encendería una hoguera en la cima de Paenia en la más tarde se erigiría el templo a Daarmina. Esa hoguera simbolizaba el mismo poder de la diosa y acompañaría a Eridie mientras esta no fuera apagada.
Toda la estructura religiosa de Eridie se basa en la persistencia de esa llama bajo la cual se realizan todos los ritos religiosos. Particularmente, todos los muertos son incinerados con una llama que siempre parte de este templo.
Aún es más, cuando se fueron creando templos a la fundadora en otras ciudades, sus hogueras fueron encendidas con antorchas cuidadosamente trasladadas desde la misma capital, a veces no al primer intento.
A los sacerdotes que se encargan de mantener esta llama encendida se los conoce como “Hermandad de guardianes de la llama eterna de Daarmina”, y llegar al puesto de guardián de la llama del templo de Paenia implica un gran reconocimiento. No en vano se entrenan para defenderla y mantenerla encendida en multitud de circunstancias.
Arrodillarse para rezar a la diosa
Antes de que la fundadora se dirigiera a Eridie, buscó partidarios en su territorio natal, y los obligó a arrodillarse delante de ella. Aunque muchos decidieron mantenerse en pie y no viajaron con ella, sus partidarios demostraron su sumisión obedeciendo.
No obstante un guerrero particularmente orgulloso clavó solo una rodilla. Cuando la fundadora le preguntó el porqué de su posición, este dijo que para él su arma era como una extremidad, y que había clavado una rodilla y el arma en tierra. Parece ser que la fundadora se mostró silenciosa, sin señalar si estaba complacida o no, pero aún así otros guerreros optaron por actuar como el primero.
La fundadora no solo no expulsó a esos luchadores, sino que les otorgó el mando de su ejército. Desde entonces, los militares rezan a la diosa presentando su arma y llevando solo una rodilla el suelo, mientras que el resto se arrodillan de ambas piernas.
El perdón a Liana
Cuenta esta curiosa historia que Liana, diosa del amor carnal, tenía una conducta indecorosa e impropia que le garantizaba cierta lealtad en zonas inmorales del mundo, y que se burlaba de Daarmina por ser correcta y ordenada. Esta no respondía de forma violenta, y solo señalaba que un día acudiría en su ayuda.
Finalmente Liana sufrió una serie de de infortunios en otros países, y se vio obligada finalmente a pedir ayuda a Daarmina o sufrir la reencarnación de los dioses. Daarmina la condenó a una reeducación de contenido desconocido.
No se sabe si esta reeducación ha concluido o si sigue en pie, pero en cualquier caso el culto a Liana fue aceptado y tolerado en Eridie, y sus sacerdotisas cumplen una curiosa función dentro de la sociedad.
Según esta tradición, los ciudadanos solteros pueden solicitar favores a las sacerdotisas, y son incluidos en una cola de larga duración cuya posición se determina a una serie de factores atendidos por el cónclave de sacerdotisas de cada templo. Cuando le toca su turno, el ciudadano visita a la sacerdotisa que le ha sido adjudicada.
Las sagradas reservas de oro
La existencia de la moneda en Eridie ha sido un asunto complejo y probablemente tortuoso a lo largo de toda su existencia. La moneda ha sido derogada y restituida al menos tres ocasiones, y al menos otras tantas ha sido sustituida por papel moneda o entidades similares.
La misma fundadora parecía tener ciertas dudas a este respecto, pues aunque establece de forma bastante explícita su desprecio a los usureros, banqueros y codicioso en general, trajo con ella una importante cantidad de oro de su viejo reino.
Esta reserva, como se ha dicho, sirvió como sistema de intercambio, pero fue finalmente retirada, y en los periodos en los que se usó dinero, sustituida por papel moneda certificado por el congreso.
Ahora bien, la ley que estableció el congreso establece que el oro fue entregado a la fundadora como un presente personal, y como tal tenía carácter divino, por lo que la posesión del oro de la fundadora sería considerado un delito y los infractores sufrirían reeducación y reubicación dentro del orden.
El oro fue acumulado en reservas secretas elegidas por el congreso y protegidas por el ejército.
La sabiduría de Armeniam
Según este mito la fundadora habría recibido la visita de Daarmina durante el tercer día de la creación de Eridie. La diosa habría convencido a su avatar de que Armeniam, dios de la sabiduría, merecía un lugar dentro del Orden de Eridie.
La fundadora no quería retar a su diosa, y le dijo que aceptaba sin dudarlo, pero quiso saber por qué Armeniam merecía estar en un lugar que no había ayudado a construir, cuando más aún, había podido intervenir en los conflictos que habían destrozado el mundo, y no lo había hecho.
La diosa señaló que en el futuro lo entendería, y la fundadora asintió aceptando su inferior comprensión.
Los eridios asumen que la fundadora lo entendió bastante rápido, pero no explicó exactamente la clave para entenderlo. En su lugar ordenó grabar en la entrada de la universidad la frase “En el futuro lo entenderás”, siendo esta una máxima de los estudiantes eridios.
Los héroes del Orden
Cuando se produce un gran consenso social entre los tres estamentos del Orden, y siempre con el beneplácito de los sacerdotes, se otorga el título póstumo de “Héroe del Orden” a ciudadanos especialmente virtuosos o que han prestado un servicio trascendente al Orden.
Esta circunstancia no muy repetida tiene como objetivo no solo servir de ejemplo para los vivos, sino para atraer la atención de la diosa y que, si esta lo considera oportuno, lo lleve con él para servirla toda la eternidad.
Esta distinción tiene consecuencias posteriores. El día de su nacimiento y el día de su muerte son señalados en el calendario con nombre propio y dejan de ser nombrados por su número y mes. Se escriben libros y obras de teatro que se representarán durante el resto de la existencia del Orden, y también se pintan cuadros y se realizan estatuas.
La creación de un héroe del Orden es un evento muy especial, y en toda la historia del Orden solamente ha habido ocho de ellos.
Las obras de teatro
Como ya se ha señalado, es usual que las obras de teatro de Eridie representen a sus héroes. Estos suelen hacer referencia a los hechos que aconteció en vida, pero no de forma literal, sino enfrentántose, de forma alegórica, a los defectos o demonios que con sus acciones derrotó. Estas obras incluyen interpretación y música instrumental y coral.
No obstante el gusto de los eridios por el teatro es muy amplio, y todo tipo de obras son representadas, incluyendo obras de ficción absoluta, cantatas de contenido religioso, y otras obras de mucho tipo. Son aceptadas las obras de humor, pero como todas, deben pasar por el control de la autoridad competente.