Una de las cuestiones que surgió al plantear el proceso de financiación colectiva del
juego de rol de Espada Negra fue la plataforma en la que queríamos lanzarlo, un asunto nada trivial que traería consecuencias posteriores, y que se argumentó en diversas negociaciones.
La posibilidad finalmente adoptada, la publicación en una plataforma tradicional, tiene la ventaja lógica de la confianza que proporciona que terceros auditen lo que hacen, y es añadir transparencia, criterio por el cual elegimos obrar de esta forma. Pero había otra posibilidad, que era montar nosotros mismos la plataforma en nuestra web, pues no nos faltan recursos técnicos. Una cosa parecida ya lo hizo nosolorol para publicar la edición de veinte aniversario de Vampiro. La transparencia en este caso es para mí la clave fundamental sobre la que volveré más adelante, en el artículo.
La posibilidad de iniciar el proceso en nuestra página tenía unas ventajas importantes para nosotros. Para empezar no tener que pagar nada a otra plataforma, para seguir poner el plazo que nos diera la gana, que creo que sería más corto, pero sobre todo... dotarle de nuestro estilo.
Como ya dije en el pasado, eso de los
“crowdfunding” me parece algo muy especial, quizá algo íntimo. Es, a fin de cuentas, el acto de
pedir, y eso tiene muchas repercusiones como para no hacerlo de una forma personal, y las plataformas de “crowdfunding” no ofrecen según qué opciones de personalización que a este hermano juramentado el parecerían muy interesantes.
Creo que en este sentido, estas plataformas ofrecen una solución estándar para un proceso típico, pero nuestra situación es de todo menos típica. No tenemos miles de fans como otros sí tienen, ni una repercusión particularmente importante en
feisbuc, y ni siquiera tenemos tweeter (bueno, como se escriban). Solo creo que tenemos una aceptación perceptible en guguel pus, y desde luego no la
"comunidad” explícitamente desarrollada, sino el
perfil personal de este hermano juramentado.
Lo que sí hemos hecho es muchos amigos, tanto por internet como en las redes sociales. Gente con la que podemos hablar por su nombre, y a los que pediremos que nos ayuden a llevar a cabo este proceso de financiación colectiva. A ellos les ofreceremos el trato personal que merecen, y por eso siempre pensé en que efectuar el proceso en nuestra página más como un
BROTHERFUNDING que otra cosa, funcionaría bien.
Esta idea nos gustaba a todas las partes, pero también reconocíamos que tenía sus limitaciones. La más importante (quizá) es la falta de transparencia, pues al ser nuestra plataforma podríamos hacer lo que nos viniera en gana sin control alguno, y aunque nunca lo haríamos (es contrario a nuestros principios), siempre es mejor no levantar ninguna sospecha ni dar lugar a feos rumores.
Por supuesto hay otras ventajas en obrar de esta forma. Una de ellas es que muchas personas están acostumbradas a usar las plataformas tradicionales, tienen usuarios y conocen sus procesos. Obligarlos a usar nuestra plataforma podría imponerles una “dificultad” que no tienen por qué querer asumir.
Otra cuestión es la difusión que pueda suponer la propia plataforma en sí, sobre la cual, la verdad, no tengo ninguna información.
Tomada la decisión, nos quedaba el camino para conseguir que este proceso de “crowdfunding” tuviera la personalidad que creemos que tiene que transmitir, cosa que hemos intentado trasladar mediante las recompensas accesibles, económicas y sinceras, además de alguna opción gamberra. Pero estos asuntos serán objetivo de otro artículo futuro.
Mi conclusión, es, pues, que hemos respetado las reglas del juego, nos hemos sometido a una entidad que nos fiscalice para garantizar la mayor de las transparencias, como siempre hemos hecho a todos los niveles.
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