Tras la última partida.
27-3-2016 21:25
Lanka se muestra desanimada y distante. No hace muchos esfuerzos por integrarse en el nuevo poblado. Apenas sale de la choza, se dedica al cuidado de Laha e intenta ayudarla a regresar. Para ello, llena la choza de plantas que mantiene en contacto constante con su mentora.
Hace crecer la vegetación que hay(a) junto a la choza, esperando poder entrar en comunión con su diosa sin tener que abandonar a Laha. Medita y busca guía, porque se siente totalmente perdida. La luz azul no se le despega, además, esas gentes le desagradan y no está segura de lo oportuno que sea crearles armas de metal.
Hablará con Valantha pero guardará en secreto el par de gramos de polvo amarillo.
Re: Tras la última partida.
28-3-2016 12:38
Celric realiza las tareas para las que ha sido encomendado, pero progresivamente va asimilando los fracasos recientes y la situación en la que viven. No le gusta nada que Lanka esté en una situación tan desanimada, o que Tria tenga que vivir con los que le arrancaron los dedos, y aque ahora le reclamen su pico de una forma tan mezquina y maleducada. Sigue realizando sus tareas con interés, pero el resto del tiempo se sume en una progunda depresión que lleva en soledad, a veces en la oscuridad de un sótano, y a veces alejándose durante muchas horas (o días) en la jungla.
En sus pensamientos no deja de pensar que él fue una parte importante de las decisiones que los llevaron a esa situación, y por lo tanto se culpa completamente tanto del estado de sus amigos como de la masacre en el pueblo y los posteriores suicidios.
Re: Tras la última partida.
28-3-2016 17:30
Tría lleva su desanimo en forma de rabia. Está bastante enfadada y a disgusto: tiene que convivir con aquellos que, efectivamente, arrancaron sus dedos sin miramientos ni buen juicio. El hecho de que encima de los dedos, ahora quieran quitarle su pico, no ayuda, pues considera que el "jefe" se vale tiránicamente de su posición para ponerla en un compromiso, sin si quiera haberse interesado por conocer si ese arma tiene algún valor sentimental más allá de su calidad.
Sin embargo, lleva la procesión por dentro y se limita a cumplir con la construcción de la Forja, tratando de hacer lo más breve posible el trato con el "superior" que le asignaron. El resto del tiempo se dedica a la caza, pues esto y el trabajo son las dos cosas que más le ayudan a canalizar todo su enfado, impotencia y desagrado por la situación actual.
Interiormente, cree que no se debe dejar que esas circunstancias se alarguen ni se vuelvan permanentes: deben lograr volver a hacerse fuertes de alguna forma, para volver a ser dueños de sí mismos y sus propios jefes.