Espada Negra: juego de rol

FURIAS

Se trata de una unidad esclava Najshet sin una funcionalidad específica. Su existencia no se debe a un motivo militar real, sino a la existencia de una subvención asociada al número de militares. Estas mujeres viven en deplorables condiciones en celdas.

Equipación.

Las furias no tienen equipación. Si tienen que ir al combate, se les facilitan estadas y dagas.

Oficiales.

Cada celda de furias tiene una líder que responde ante el dirigente de la zona. No tiene más derechos que ninguna otra, pero de vez en cuando sale de la celda y es la encargada de repartir collares y brazaletes de bajo coste que ellas utilizan como muestra de riqueza y posición.

Formación.

La existencia de las furias antiguamente se producía por una necesidad real, pero en la actualidad es una forma de hacer dinero. Como las mujeres no pueden participar en las granjas, la inmensa mayoría de ellas no son útiles, así que cuando una familia tiene una niña, tiene que decidir si quiere llevar la carga el resto de su vida, o si prefiere venderla a las furias. En este caso recibe una asignación económica por el Najshet, que después este se cobra mediante la subvención por militares.

De esta forma, las niñas son entregadas a edades muy tempranas y educadas y alimentadas por otras furias.

Si hay algo que se puede elogiar en su actitud, es el tesón con el que se entrenan. Ellas no reciben la visión de la decadencia Najshet, sino que se les hace creer que siguen siendo la fuerza más importante del mundo, por lo que viven en la creencia de que tienen que entrenarse duramente para defender al heredero de sus enemigos.

El entrenamiento empieza a muy corta edad, y es probablemente el más duro del mundo, al menos en el sentido de que es el que más vidas se cobra.

En ningún caso se considera "mujer" a una candidata hasta que logra matar a alguien. Puede ser a otra furia, o a un recluso de algún tipo que les entregen sus superiores. Es muy probable que muchas furias de hoy en día terminen sus vidas sin haber superado esta prueba de carácter.

Las líderes de las Najshet dedican su vida al entrenamiento, y han llegado a diseñar formas realmente retorcidas y aterradoras de superar los límites humanos.

Moral

Todo el que haya visto una celda de furias y no sea Najshet coincidirá en que las furias tienen un coraje demente y suicida que les proporciona la más alta moral imaginable.

Utilidad

Actualmente no se usa a las furias en su utilidad bélica, y es muy probable que nunca se haga: el coste de desplazarlas a un lugar bélico incluye una infraestructura que sin duda ya no existe.

La triste utilidad de esta organización es conseguir la subvención harrassiana.

No obstante, en ocasiones se saca partido de la vida de estas mujeres. No es del todo extraño encontrar sórdidas peleas de pozo en las que las enfrentan a cualquier cosa. Desarmadas contra guerreros armados, o en gran número contra hienas, desaprensivos negociantes saben sacar partido de sus agresivas muertes, ante las que un excitado público parece mostrarse satisfecho.

También hay un extraño comercio sexual por parte de algunos turistas, interesados en acostarse con una furia.

Por último, las furias más torpes o inútiles sirven para sacrificios rituales.

Sueldo

Las furias no perciben nada más que comida cruda arrojada a sus celdas.

Autonomía

Entre las habilidades de una furia no está la de procurarse alimento. En caso de ser movilizadas a una operación bélica, probablemente morirían de hambre.

Tácticas

Las furias se lanzan contra sus enemigos como posesas y los despedazan con furia.

Reseñas históricas

Pese a que son el último escalón de la última escoria de Harrassia, las furias han superado algún tipo de servicio militar, y por lo tanto, al menos teóricamente son ciudadanas harrassianas y tienen capacidad de voto. Según el censo del año 472, su número asciende a más de cinco mil, de forma que si votaran en masa, eligirían directamente el gobernante. Probablemente sea por esto por lo que, por ley, el heredero Najshet es el único harrassiano que no puede hacer vida política.

Códigos y castigos

Las furias siguen (en contra de lo que pudiera pensarse) la doctrina de Liana, diosa del amor y del sexo. Lo hacen en su vertiente más pasional y airada, pero aún así tienen una personalidad muy religiosa. Es común que al superar su prueba de carácter se tatúen el símbolo de la diosa.

Las furias entran en combate en un estado demente en el que parecen no sentir ningún dolor. Esto, que legendariamente se atribuye a poderes divinos, seguramente sea un estado inducido por algún tipo de droga.

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