Espada Negra: juego de rol

CRUZADOS

Se trata de una unidad de élite dormenia dependiente de la iglesia, y no del estado. Esta condición la convierte en políticamente poco controlable e impredecible. Su pertenencia es totalmente voluntaria.

Equipación.

Al tratarse de un cuerpo voluntario, la equipación no es estándar, pero hay una serie de elementos que todo cruzado portará:

  • Yelmo
  • Sobrevesta de tela amarilla y blanca con el símbolo de Soid.
  • Un arma contundente.

Las espadas, arcos y lanzas están prohibidas, debido a su carácter teóricamente letal. No obstante, las mazas que portan pueden llevar pinchos o ser extremadamente contundentes. No hay una explicación muy convincente para esto, salvo leves menciones en textos sagrados.

Es normal es uso de un escudo.

Oficiales.

Los cruzados no reconocen ninguna forma de oficialidad. No obstante, hay miembros nobles entre sus filas que suelen ser escuchados entre los demás. Estos personajes suelen tener una gran responsabilidad y entrar en situaciones de incompatibilidad política.

Formación.

El entrenamiento de lo cruzados es totalmente personal, pero dado que es un cuerpo voluntario, suele ser bastante decente.

Moral

Los cruzados tienen un moral exagerada, aceptando sin titubear misiones suicidas de considerarlo necesario.

Utilidad

Los cruzados tienen una función claramente ofensiva, destacando en el asalto armado. Adolecen de cierta inflexibilidad táctica que sobrellevan con su brutalidad.

Se compenetran mal con otras fuerzas o tácticas.

Sueldo

Los cruzados no cobran ningún sueldo, pero tienen garantizada la absolución.

Autonomía

Los cruzados gozan de un amplio respeto por parte de la población dormenia. Mientras se mantengan en pueblos o ciudades, serán mantenidos por la iglesia o una congregación religiosa.

Tácticas

Los cruzados no obedecen a tácticas en absoluto: cargan contra el enemigo, y solo cambian de actitud cuando uno de los dos bandos ha sido derrotado. Lucharán hasta el último aliento.

Reseñas históricas

Los cruzados lucharon de forma voluntaria durante la anexión de Tagcedo. Su participación no fue óptima debido a la flexibilidad táctica de la caballería harrassiana.

El rey Neldar IV intentó forzar a los cruzados a participar en la invasión gunear. No lo consiguió, y estuvo a punto de ocasionar un cisma religioso.

Códigos y castigos

Los cruzados se mueven únicamente por los principios de la religión de Soid. Solo obedecerán castigos impuestos por sus sacerdotes.

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