Se trata de un extrañísimo tipo de muerto viviente. Se trata de seres que pierden el contacto con la realidad, y que producen un grito dañino para las personas vivas. La esfera de poder asociada es "fin".
Cualidades físicas
Para una persona no iniciada en el conocimiento oscuro un aullante parece una especie de zombi. Es muy importante saber distinguirlos, pues la forma de defenderse de ellos es completamente diferente.
Los aullantes no tienen ojos ni orejas. Su masa muscular es ínfima, y su piel ha desaparecido dejando a la vista músculos y venas resecos. La degradación de un aullante puede ser fuerte y haber perdido dedos o incluso extremidades.
No obstante la cualidad más destacable de un aullante es su grito. Por desgracia, para cuando se ha escuchado puede ser demasiado tarde.
Conducta
Los aullantes no perciben la realidad, o por lo menos no lo hacen como los seres vivos. No tienen ojos ni orejas, y la destrucción de su piel parece haber acabado también con su tacto. Una inspección cuidadosa revela también que la lengua y la nariz tienden a caerse.
Los aullantes gritan. No se sabe si esto es fruto del dolor que padecen, de la desesperación que les provoca la soledad, o por otro motivo, pero su grito resulta desolador a los vivos.
Los aullantes parecen tener algún tipo de sinergia o entendimiento con el resto de muertos vivientes. Parece que estos los perciben como un elemento importante de la muerte, y colaboran en su transporte cuando el aullante ha perdido esa capacidad.
Grados y proceso
La hermandad no tiene conocimiento sobre el proceso de creación o conversión en aullante, dadas las pocas ocasiones en las que se encuentra uno.
Combate
Los aullantes solo tienen una forma de combate: sus gritos. Lo más importante en este sentido es identificar al aullante. El error más común es confundirlo como a un zombi en un grupo, y ser consciente cuando su grito ya se ha producido. Este afecta a la cabeza, no solo aturdiendo, sino también dañando. Cuando la sangre mana por los oídos ya no hay solución, pero incluso sin llegar a esos daños, el dolor y aturdimiento que producen, suele ser suficiente para que los zombis circundantes devoren a la desgraciada víctima.
No es nada fácil protegerse del grito de un aullante: es tan potente que no hay tapón para oídos que proteja totalmente. La mejor forma de afrontar a un aullante es no hacerlo. Escapar es lo más sensato.
Por fortuna los aullantes no son resistentes. Un buen golpe con un arma de decente tamaño dará con uno de ellos decapitado.
Los aullantes tardan en gritar. Una buena táctica, dado que se perciba a uno, es correr hacia su posición y decapitarlo. No parece lo más prudente, pero es mejor que permanecer a media distancia.
Creación
No se tienen datos sobre la creación de aullantes. Dado que todas sus referencias son relativas al culto Najshet, es lógico pensar que la investigación posterior deba dirigirse hacia su hermética cultura.
Invasiones históricas.
No existe un solo registro creíble sobre la existencia de aullantes anterior a 473. No obstante la cultura Najshet incluye un mito en torno al cual Najshet XVII se convirtió en una criatura similar a un aullante tras su muerte.