Se trata de una de las seis familias nobles Dormenias con derecho a la auto determinación de sus tierras. Es una de las familias más antiguas, y por tanto con más solera nacional, pero a su vez es extremadamente improductiva, y ha perdido gran parte de su influencia política, hasta conservar solo un ministerio del que apenas sacan partido.
En total cuenta con catorce ramas diferentes, y más de tres cientos miembros con derecho a usar el apellido familiar. Es la familia noble con más miembros en sus filas, pero siendo una de las más pobres, salen relativamente mal parados en la distribución. La diferencia entre un miembro de la familia Trilbanson con sus vecinos Fedder del norte es claramente perceptible. Se trata pues de nobles algo más cercanos al pueblo, dentro de las limitaciones que la forma de vida dormenia impone.
Para la desgracia de este colectivo muchos cabezas de familia y ministros han ejercido de forma nefasta sus respondabilidades, y de hecho existe una indudable aficción en la rama principal al juego, el alcohol y la fiesta desmedida. Por ello el rey en persona impuso cambios en la dirección de la familia que intentan corregir la tendencia desastrosa con muy poco margen de maniobra: en la actualidad la familia Trilbanson ha tenido que aceptar duras condiciones impuestas por la familia Aglazor, con la que tienen contraída una deuda equivalente a diez y seis veces la producción media de los últimos diez años.
Para colmo de desgracias para ellos, la familia Trilbanson no cuenta con ninguna producción específica o particular. En materia de cultivos no producen más que los propios Fedder, y en la minería son inferiores los Taunori. Tampoco son especialmente talentosos en cuestión política, y solo controlan el ministerio del grano, del cual no sacan particular beneficio.
La familia Trilbanson se gobierna sin demasiada eficiencia en la región de Sunildia. El puesto de cabeza de familia ha sido heredado generación tras generación por el primogénito del anterior, y las malas costumbres en relación a juego y alcohol han estado ligadas al cargo. Cada duque y marqués tiene mucho poder efectivo, si bien esto provoca muchas diferencias entre miembros de la familia. De esto se burlan en otros lugares con la frase "Estamos más en desacuerdo que dos Trilbanson".
Esta y otras burlas no se dicen en ningún caso delante de ellos. Eso se debe a que la escuela de esgrima Trilbanson es reconocida como superior, y cuando se trata de una cuestión de combate, nadie duda en recurrir a algún viejo amigo Trilbanson. Muchos jóvenes de otras familias acuden a estudiar en esta escuela, y aunque técnicamente no se produce un intercambio económico (cosa que sería sucia e indigna), obtienen pactos que los benefician. De esta circunstancia la familia podría sacar mucho más partido si sus miembros obraran codo con codo en lugar de buscar la ventaja individual.
La familia Trilbanson está obligada a mantener de forma permanente a la guardia real, una unidad de élite de alto prestigio. Es quizá la existencia de este cuerpo, junto con su prestigiosa escuela de esgrima lo que ha salvado a los Trilbanson de desaparecer.
La corrección apenas ha encontrado muestras de conducta inapropiada entre los miembros de la familia Trilbanson. Sí que hay innumerables registros de extremas borracheras y la más que conocida adicción al juego, una de las muchas causas de su empobrecimiento. La corrección nunca se ha tomado la molestia de denunciarlos por estos hechos, seguramente por la incapacidad de recibir donaciones relevantes.
Existe la mención, no obstante, de un nigromante formado en sus filas, que murió en territorio gunear a mediados de siglo.