Unos pocos trucos para reforzar los personajes a largo plazo en campañas de Espada Negra
Hace muy pocos días (exactamente ocho) publiqué un artículo sobre
metodología para elección, creación e interpretación de personajes a largo plazo. Hoy traigo una breve continuación solicitada por el estimado Atrus Erduna. En este caso voy a tratar trucos específicos para evitar los defectos citados en dicho artículo cuya lectura doy por supuesta en este texto.
Si bien el método descrito puede ser una buena base para conseguir evitar la pérdida de coherencia de carácter y el agotamiento del personaje, también pueden darse unos pequeños truquillos para que no nos disipemos demasiado de la personalidad de nuestro personaje, y mantengamos vivo el interés en él. Sin duda habrá cantidad de ideas para ello, pero yo voy a centrarme en los que yo utilizo.
Historial
No en vano en la ficha de Espada Negra hay una sección que pone “historia”. En ella se espera que se apunte el título de la aventura, y la motivación que se recibió. Las fichas más grandes, como la de 32 páginas cuentan, además, con espacio adicional para describir la partida.
Si tienes el pelo blanco, tendrás una historia.
Considero muy útil echar una lectura a las últimas aventuras antes de cada sesión, y así como leerlo entero alguna vez por temporada. Esto ayuda a que nos metamos más en la piel del personaje al despertarnos fácilmente una reflexión sobre hechos ocurridos que podríamos olvidar más fácilmente.
Notas de psicología
En los personajes que quiero jugar a largo plazo suelo llevar una hoja en la que apunto sensaciones importantes del personaje. Las apunto en primera persona, de forma que cuando las leo se produce una empatía superior entre personaje y jugador.
Considero estas notas como algo muy importante porque me ayudan no solo a no olvidar las características del comportamiento del personaje, sino también a ponerme “a tono” antes de las partidas.
Si uno no opta por este acercamiento y ha mirado el historial, quizá le sirva con mirar las ventajas y desventajas del personaje. Esto no está mal, pero desde mi punto de vista es incompleto porque en campañas largas el personaje evoluciona más allá de sus ventajas y desventajas iniciales.
Manías
Junto a las notas de psicología suelo apuntar una o dos costumbres personales que considero paradigmáticas del personaje y que intento que aparezcan alguna vez en cada sesión. No se trata en absoluto de monopolizar las partidas con esto, e incluso es ventajoso que no sea algo cantoso, sino más bien sutil. Puede ser algo tan tonto como rascarse la cabeza cuando el personaje se sienta confuso, o mirar a otro lado cuando recibe un elogio… cualquier cosa sirve, y ni siquiera es necesario que sea muy característico.
Simplemente esa mirada...
Creo que mediante la realización de estas manías consigo ser consciente de que el personaje y yo no obramos de forma idéntica, y me ayuda a empatizar con él y con el tiempo asociar estos gestos a su propia mentalidad, intereses, psicología y anhelos, incluso aunque el gesto en sí no sea particularmente significativo de estos.
Conclusiones
Quizá releer el historial, atender a las notas de psicología y representar un par de manías sea algo muy pesado a tener en cuenta además de cuidar la estrategia, ser consciente de los recursos del personaje, atender a los eventos que suceden y de estar atento a las necesidades vitales básicas sea demasiado para una tarde de rol. Cada cual decidirá el nivel de aditamentos que se quiere imponer, y desde luego, si uno está satisfecho con su experiencia, no es necesario ponerse a rizar el rizo de una forma de ocio que ya le funciona.
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