Ayer escribí un artículo no del todo breve sobre las espectativas de progreso de personajes en los juegos de rol. Hoy traigo otro pensamiento en relación a estos hechos de "como son los juegos" en el que acabaré, como siempre, poniendo como ejemplo al
juego de rol de Espada Negra de como creo que están mejor hechas las cosas.
Con respecto a como son los juegos de rol en relación con asignar un nivel a un desafío (de hecho a una criatura) diría que hay dos tipos de juego. Los que lo tienen asignado de antemano (básicamente D&D y sus herederos) y los que honestamente pasan del asunto (básicamente todos los demás).
Los beneficios de tener asignado un "valor de desafío" son múltiples. El más evidente es que la asignación de experiencia por combate es objetiva, y el segundo más evidente es que la peligrosidad del encuentro queda, en principio, bastante bien medida.
No obstante en la práctica yo casi prefiero los juegos que no lo tienen asignado. Me parecen más naturales, mucho más frescos. Uno se enfrenta a lo que se enfrenta, y si puede bien, y si no al hoyo. En D&D uno se va a enfrentar básicamente a las criaturas de su nivel más o menos. No existe un riesgo en sí mismo por enfrentarse a una criatura de nivel diez puntos más alto, sino que es una muerte segura, de la misma forma que no existe riesgo en enfrentarse a cien criaturas de diez niveles más abajo, pues es una victoria segura. Esto se vuelve tan arbitrario que de hecho uno cuando coge un manual de criaturas y mira su valor de desafío o equivalente se puede llevar una sorpresa. Por ejemplo, uno mira un muerto viviente, y dice "anda, como mola, esto me pega para una historia", así que mira las cualidades y resulta que... te llevas una sorpresa con el valor de desafío (por abajo o por arriba). No hay nada que puedas hacer para adaptarlo a tu grupo.
Todo esto está relacionado con que el concepto de "nivel" en D&D, sus herederos e incluso los videojuegos (en su mayoría) me parece una castaña.
Sin embargo en EN el nivel de desafío de un oponente sí tiene un sentido. Vale, sé perfectamente que los personajes de EN no tienen nivel en sí... pero una pequeña
fórmula nos permite calcularlo (de hecho nuestro generador de personajes lo hace de forma automática). Esto sumado al progreso logarítmico no segregativo da lugar a una comprensión rápida y significativa de la dificultad que supone una criatura en concreto. Voy a intentar resumirlo.
Niveles uno y dos: Se trata de seres de escasa capacidad. Solo puestas en grupo pueden suponer un reto para un grupo de jugadores inicial. Un grupo de veteranía puede vencer un número mayor, pero nunca será inmune a ellos.
Los zombis... como poco de seis en seis
Niveles tres y cuatro: Estos son normalmente secuaces de cierta capacidad con ciertas capacidades destacadas. Un pequeño grupo siempre será algo a tener en cuenta, incluso por personajes veteranos.
Las tropas valiosas suelen estar en este grupo.
Niveles cinco y seis: En este caso la peligrosidad del reto que plantean estos seres será complicada. Un grupo de estos es complicado para cualquier colectivo.
La nobleza del clan del oso y los soldados eridios encajan en este nivel.
Niveles siete a doce: Los seres de estos niveles tienen mucha experiencia y deben ser contemplados de forma individual. En ocasiones uno de estos en soledad conforma un buen enemigo para un grupo de personajes de bajo nivel, mientras que acompañado de seguidores puede ser una pesadilla. En ocasiones juntar tres o cuatro de estos y enfrentarlos contra personajes de alto nivel (nivel similar, de hecho) es muy interesante.
Los defectos menores entran en este grupo.
Niveles mayores: En nuestros
bestiario hay criaturas de niveles mayores, y tenemos en preparación algunos de niveles de hecho tan temibles que sospechamos que sean invencibles.
A ver quien vence a las mil caras de la indecisión (mayor).
Creo que la parte grande de todo esto es que uno puede ser parte de un importante grupo que haya sobrevivido al combate con indecisión mayor, y luego ir en solitario y ser atacado por un grupo de guerreros guneares y... fallecer.
Mucho ojo.
Entradas similares: