El camino de publicar un juego de rol (o al menos el
juego de rol de Espada Negra) está plagado de un amplio número de detalles que devoran una cantidad de tiempo nada desdeñable, pero que tienen su peso dentro del conjunto. Tratar estos detalles de forma inadecuada afearía la visión global.
En este caso ando muy implicado en la modificación de las fichas de personaje de tipo genérico que aparecen en el bestiario y debajo de cada profesión del juego de rol (por ejemplo,
aquí). Puede parecer un cometido simple, pero en realidad tiene su miga.
En primer lugar he de decir que los oponentes humanos representan un tercio de las fichas de oponentes que aparecen en el "bestiario", y más de las mitad de las que saldrán en la versión impresa. Esto es sensato porque en el ambiente de Espada Negra lo que uno suele encontrarse con cosas naturales.
Para que los Creadores (o directores, o másters) de partidas no se dejen el coco cada vez que quieran jugar una partida, el manual tiene una buena cantidad de fichas de PNJ genéricos, incluyendo soldados, agentes de la corrección, espías, funcionarios, marineros, ladrones, sacerdotes, comerciantes, políticos, criminales y otras personas. Estas fichas permiten elaborar combates o situaciones interesantes de una forma bastante rápida. Incluso diría que permiten improvisar bastante.
Pero su diseño tiene unas cualidades trascendentes que paso a comentar.
Las fichas tienen que ser accesibles y no agobiar.
Esto quiere decir que no podemos incluir treinta agentes de la corrección diferentes, por ejemplo, pues el que quisiera incluirlos en las partidas se vería abrumado por la información y no sabría cual elegir.
Las fichas tienen que suponer un reto para los jugadores.
Quizá esto pueda parecer trivial, pero no lo es. Si los oponentes genéricos son demasiado fáciles, al final serán aburridos y simplemente no se utilizarán. Por desgracia no se les puede subir la capacidad de forma arbitraria por los motivos de coherencia que vienen a continuación.
Las fichas tienen que ser coherentes con el mundo.
El mundo de Espada Negra está muy documentado y las reglas del juego de rol, pese a que puedan tener cierto nivel de abstracción, son muy exactas en lo que significa cada aspecto de la ficha. Esto significa que por ejemplo un atributo a nivel tres es una cualidad destacada que NO todo el mundo tiene. Esto es un problema, porque si hacemos una ficha de "funcionario medio harrassiano" y resulta que decimos que tiene inteligencia tres pronto nos encontraremos con incoherencias lógicas. ¿Los funcionarios harrassianos medios son tan listos? ¿Entonces por qué va todo tan mal en ese país?
Las fichas tienen que ser coherentes entre ellas.
Esto es una consecuencia de lo anterior. En las novelas aparecen soldados eridios machacando soldados dormenios, y también soldados guneares partiéndose de risa de lo alfeñiques que son estos dormenios. Esto significa que si enfrentamos las fichas genéricas el resultado tiene que ser el que cabe esperar dado el conocimiento previo.
Ambos son dormenios, pero tienen que relacionarse de la forma adecuada.
Hemos visto e incluso probado alguna aventura desarrollada por otros que incluía fichas de personajes no jugadores que sin aparentemente ser tipos excepcionales incumplían las reglas de coherencia. Esto da lugar a una perspectiva de juego muy funcional, pero desdibuja el ambiente que tanto nos esforzamos en transmitir.
Este peliagudo equilibrio está relacionado con la forma en la que los jugadores crean sus personajes y con el tipo de dirección que lleve a cabo en Creador de la partida. Recordemos que normalmente los jugadores hacen sus fichas con el rango de atributos "Luchador", mientras que las fichas genéricas son normalmente del rango de atributos "Vulgar" o "Capacitado". Si por ejemplo todo el grupo de jugadores son esforzados personajes de combate (cosa que se da) estas fichas genéricas podrán llegar a no suponer un reto. Y eso se acerca peligrosamente al segregacionismo que nos gusta evitar.
Pero los hermanos creadores del juego de rol de Espada Negra hemos hecho nuestros deberes, y un sistema sólido como el hierro nos ampara en este peliagudo aspecto, en el que también echamos nuestro tiempo y esfuerzo en la búsqueda de un juego de rol perfecto, o lo más perfecto posible. Los jugadores que utilicen estas fichas genéricas tendrán el respaldo de que detrás de cada número y de cada explicación hay un razonamiento refrendado por la experiencia. Y por múltiples revisiones.
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