Llevo unos cuantos días sin escribir en este espacio principalmente destinado al
juego de rol de Espada Negra. Se debe a que en estos días he tenido que librar una serie de batallas en otros frentes que requerían mi atención. El resultado, victorias en todos ellos, pero lo cierto es que no me siento particularmente victorioso. No obstante el cansancio no ha hecho mella en mi espíruto, por lo que retorno para hablar, en este caso del proceso de zombificación, dentro del mundo de la Espada Negra.
Como sabrán los lectores de "
La última luz", la primera de las novelas que hemos puesto en descarga libre (y a la que pronto ha de seguir la segunda) tiene un trasfondo relativo a los muertos vivientes. Bueno, para aquellos que no hayan leído ese volumen y que piensen hacerlo, quizá no quieran seguir con este artículo, puesto que les puede hacer algo de "spoiler". Si bien leer el manual del juego de rol también puede hacerlo, claro, puesto que aparecen descritas las mecánicas.
Bueno, en primer lugar debo repetir que los zombis no son necrófagos. Su aflicción NO se contagia por el mordisco, no se contagia por la saliva, y no se contagia por tener heridas. Técnicamente uno puede combatir con zombis sin sufrir ninguna posibilidad de ser contagiado, si bien sí tendrá posibilidades de sufrir heridas y muerte. Existen quince tipos de muertos vivientes, y es muy poco probable que existan más. La mayoría de ellos no son contagiosos, si bien los que están relacionados con la esfera de poder "corrupción" sí lo son.
La zombificación, o corrupción de la muerte, o corrupción de Taharda se produce por la influencia directa de una fuente sobrenatural, como pueda ser un
poder, un objeto de la diosa, o un mordisco de un necrófago o de un vampiro.
El contagio se produce remplazando tejido destruido o muerto por energía sobrenatural de Taharda. El tejido que lo remplaza es pútrido y de una consistencia extraña. Puede ser muy visible en el caso de los zombis, o más sutil en el caso de los necrófagos, donde el cambio se produce en el tejido vascular de los sujetos. Cada muerto viviente tiene su estructura, pero lo que es indudable es que esta energía afecta al espíritu y a la personalidad de forma definitiva, incluso en los sujetos de más voluntad.
El proceso es progresivo. Los especialistas de la Corrección lo dividieron en cinco fases, y así lo pasamos nosotros al juego de rol, pues el estudio es muy claro y concreto. Las primeras fases son muy poco evidentes, y de hecho se puede vivir con ellas sin prácticamente ningún efecto físico. Otra cosa es, por supuesto, la secuela en el espíritu o personalidad. Es cierto que todos estos sujetos tienden a volverse mucho más oscuros, pero también es difícil afirmar qué parte se debe a la propia corrupción y cual al trauma en sí mismo.
Conforme avanza la corrupción el proceso es más evidente. En el tercer y cuarto niveles la personalidad del individuo además cede mucho espacio a Taharda, mientras que en el quinto ya no tiene ninguna voluntad ni inteligencia.
Los estadios más duros quizá sean ese tercer y cuarto donde el individuo aún conserva cierta personalidad, pero no demasiada. Los familiares tienden a ser especialmente reacios a considerar las opciones más drásticas, mientras que en el quinto estadio ya tienden a ser más receptivos.
Finalmente debo mencionar que existen además muertos vivientes que conservan su personalidad, pero esto se debe al uso de poderes intrínsecamente relacionados con la diosa de la muerte, y que conllevan una personalidad asociada al culto a la diosa oscura.
Espero haber aclarado ciertas dudas que me han sido planteadas por lectores de la novela.
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