Se trata de un tipo de muerto viviente. Se los distingue de un zombi por contar con enormes deformidades en algunos puntos de su piel, formando unas pústulas blanquecinas. Estas pueden tener tamaños muy variados, desde el de un dedo al de una cabeza.
Cualidades físicas
Un purulento se parece mucho a un zombi de no ser por las pústulas de tamaño variable en su cuerpo. Es un muerto viviente de tipo ácido, y como tal debe ser tratado de forma diferente. En general, donde un zombi tiene graves heridas, un purulento tendrá pústulas, y si recibe nuevas heridas estas tornarán en nuevas pústulas.
Conducta
La conducta de los purulentos es exactamente igual que la de los zombis. Por desgracia los purulentos son mucho más peligrosos que los zombis, pero por fortuna tienen tendencia a sufrir accidentes con sus pústulas y acabar con su propia existencia.
Grados y proceso
Los purulentos tienen un proceso de creación similar al de los zombis. Las heridas son rellenas con pústulas crecientes cerradas por una membrana delicada que quiebra con la simple presión, y que concluye con una peligrosa explosión.
Combate
Los purulentos lucharán intentando derrotar a los oponentes por todos los medios. Consciente o inconscientemente, tienden a hacer explotar sus pústulas contra el cuerpo de sus oponentes. Esto es terriblemente peligroso para ambos, que normalmente fenecen simultáneamente.
Por fortuna, y a diferencia de lo muertos blancos, las pústulas están muy localizadas y es posible destruir a la criatura sin impactarlas. El máximo de cuidado en evitar ser impactado por una de ellas es la mejor de las recomendaciones. Armas de alcance como lanzas y armaduras muy ligeras (o ninguna armadura) son las mejores de las elecciones.
Creación
Los purulentos se crean de forma similar a los zombis.
Invasiones históricas.
Un registro eridio del año doscientos doce recoge con detalle como una cohorte dio fin a un importante ataque de purulentos. Se documenta una correcta forma de combatir por parte del ejército eridio.