Se trata de un escaso tipo de muerto viviente que destaca por tener piel pálida extremadamente hinchada, pústulas, y unos fluidos internos ácidos que queman como el fuego. La esfera de poder asociada es "odio".
Cualidades físicas
Un muerto blanco destaca por aparentar una enorme obesidad y tener la piel exageradamente pálida. Normalmente presentarán unas pústulas allí donde se han producido reventones ácidos en relación al proceso que se explica a continuación.
La grasa de un muerto blanco parece convertirse en algún tipo de ácido de un color verde claro con tendencia a explotar cuando un arma punzante o cortante las impacta. Estas bolsas están recubiertas de algún tipo de protección y son estables mientras que no se produzca contacto. Este ácido parece ocupar más que la grasa inicial del sujeto, y es por ello el aspecto obeso de las criaturas.
Conducta
La conducta de un muerto blanco es, como en la mayoría de los muertos vivientes, peligrosamente simple. Los muertos blancos pierden todo contacto con su humanidad y lo único que intentan es matar a los vivos e ingerirlos.
Los muertos blancos sufren el dolor tanto como otros muertos vivientes, pero sin duda la sensibilidad en sus bolsas de ácido es muy reducida. Los muertos blancos protestan continuamente, de forma parecida a un zombi. Los quejidos tienen un deje húmedo con el que se los puede diferenciar.
Grados y proceso
No está claro el ritual o proceso por el que un muerto blanco asume su forma, pero han sido encontradas personas en diverso grado de avance. En general la grasa corporal va agrupándose en bolsas que actúan de leve protección para el sujeto. Cuando estas se tornan peligrosas, el pelo ha desaparecido y la piel se ha vuelto completamente pálida.
Combate
Combatir a un muerto blanco es en general una tarea odiosa y tremendamente peligrosa. No se trata solamente de evitar sus impactos, sino también las peligrosas consecuencias de dañarlos.
Es conveniente recordar que la capa ácida de un muerto blanco no es más pesada que la grasa que tuviera originalmente, solo es más voluminosa. Un muerto blanco parecerá obeso, pero será comparativamente rápido tanto para lo que cabe esperar de su volumen como de su condición de muerto viviente.
Tanto o más peligroso pueden ser las explosiones de ácido. Por desgracia es muy difícil conseguir discernir donde están estas bolsas, pero incluso sabiéndolo, el caos del combate tiende a dificultad esta situación.
En general es buena idea no dejarse llevar por el ímpetu y reventar las bolsas ácidas poco a poco, con golpes no muy fuertes. Esto puede sonar fácil, por supuesto, pero en combate puede resultar una auténtica proeza.
Es conveniente recordar que en ciertas circunstancias se puede producir un reventón de una bolsa ácida por otras circunstancias. Parece ocurrir (aunque no siempre es así) que al fallecer la criatura se debilita la membrana que protege estas bolsas, pudiendo producirse una explosión violenta. Lo mejor en estos casos es alejarse.
Está constatado que es posible aislar una bolsa ácida sin reventarla. Esta tarea, no obstante, está completamente desrecomendada.
A la hora de elegir la protección contra estas criaturas, siempre son mejores las armaduras de placas que las mayas o escamas. No obstante ninguna protección es completa ante su ácido, y lo mejor es haberlo esquivado o detenido con un escudo que uno pueda soltar rápidamente.
Creación
En la actualidad la hermandad no tiene datos creíbles sobre la creación de muertos blancos.
Invasiones históricas
No se conocen ataques confirmados de muertos blancos anteriores a 473.