Hace unos pocos días, en el
vídeo de presentación de “
Juégame” en el que participé con Justo Molina tratamos múltiples temas, no solo de esta iniciativa en particular, sino también de la experiencia de Espada Negra.
Recuerdo que hace ya cosa de un año le pasé un texto de
introducción al ambiente (la sección “Puesta en escena”).
-¿Sabes que la gente luego jugará como le parezca? -me señaló tras hacer sus observaciones.
-Claro que sí -le contesté yo-. Pero siempre hay que intentar transmitir.
Un año después tengo la sensación de que ambos nos equivocamos un poco en esta valoración. En la hermandad nos hemos esforzado tanto en transmitir un mensaje concreto, que los jugadores parecen preferir probar la experiencia “Espada Negra” completa, y buscar el conflicto citado en dicha introducción, y creo que repetido a lo largo de las novelas.
Este efecto me resulta curioso, y no exactamente buscado. De acuerdo que personalmente lo escribí pensando en una tendencia concreta, pero desde luego nunca pretendí decirle a nadie cómo tenía que jugar a Espada Negra, sino más bien sembrar la semilla de una posibilidad a aquellos que ya estuvieran atraídos por un sistema ludista eficiente y estratégico.
Pero parece ser que este mensaje caló mucho más de lo que en la hermandad habríamos previsto, y que de alguna forma Espada Negra en su conjunto se puede estar convirtiendo en un estandarte del juego objetivo y hardcore.
Esto tiene cierta lectura negativa, y es que algunos jugadores rechazan el juego de Espada Negra porque entienden que solo se puede jugar así, o porque les parece que jugarlo exige mucho esfuerzo, cuando en realidad se puede jugar de muchas formas diferentes (como diríamos Justo y yo hace un año), y no requiere particular preparación (nuestros ingenieros se han preocupado de que sí sea). Está claro que es un juego con componente ludista, y que por sus mismas reglas ya es hardcore, pero no implica necesariamente
jugar objetivo.
Pienso en si Espada Negra se ha convertido por su propia estructura y desarrollo de reglas en un puente hacia el citado
estilo objetivo, y si en sí mismo no es una forma de transmitir ese mensaje que siempre hemos querido hacer llegar, pero de una forma aún más abstracta de la que pensáramos en un principio. Me pregunto, de hecho, si posibles jugadores que se hayan hecho con el
juego de rol de Espada Negra no tenderán al estilo objetivo al utilizarlo.
Pienso, de hecho, en que quizá el universo de Espada Negra sea un estandarte de un estilo de juego en sí mismo. No el primero, ni el único, pero quizá uno que transmita una forma de pensar que entró en el juego, y que finalmente llegua a personas que en sí no tendrían por qué compartir la filosofía en primera instancia. Ante esta perspectiva siento algo de vértigo, pues no era exactamente la intención inicial, pero si es cierto que pueda ser ese estandarte, creo que los autores aceptaremos la responsabilidad con gusto y seguiremos expandiendo, en la medida de nuestras posibilidades, esta actitud.
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