Los que aquí vengan despertados por el llamativo título de este artículo quizá se sientan decepcionados por el contenido, que versa sobre la interpretación de personajes fanáticos en el contexto de los juegos de rol, y no sobre la psicología de las personas en términos generales. Aunque cada cual puede sacar sus conclusiones.
Yo no soy psicólogo, pero sí soy escritor, y mi forma de ser (buen o mal) escritor ha pasado por observar mucho a personas muy diversas, y tener conversaciones en las que no he impuesto para nada mi punto de vista. En otras sí, ojo. Esto es así porque para escribir personajes de perspectivas muy diferentes hay que tener cierto ojo.
A veces me pregunto qué fue primero, si mi curiosidad por la gente o mi deseo de escribir, pues ambos se remontan muy atrás en el tiempo. Quizá ambos sean consecuencias de la misma causa original que no se distinguir.
Los jugadores de rol tenemos cosas en común con los escritores. Uno de estos aspectos es la creación de personajes, algo a lo que nos entregamos (los jugadores de rol) con interés y sin mesura. Los resultados son muy variados y dignos de reflexión, como por ejemplo los personajes que aparecieron en el
carrusel bloguero del mes pasado.
He conocido muchos jugadores que disfrutan ocasionalmente de realizar personajes que podemos calificar de "fanáticos", y más concretamente fanáticos religiosos. Este tipo de jugadores suelen encontrar un hueco importante en el
juego de rol Espada Negra, más concretamente el del
agente de la corección. A lo largo de estos meses en los que he jugado con un montón de gente diversa me he encontrado con jugadores que querían interpretar personajes de este tipo.
Por decirlo de alguna manera, este tipo de jugadores disfrutan de interpretar algo muy diferente a ellos mismos, algo que puede gritar "blasfemia" cómodamente y pasar a las armas cuando es necesario. Creo que es algo ordenado que funciona.
Y creo que es un punto de vista muy simple. Y ojo, que quizá me equivoque, que yo me equivoco mucho porque me atrevo a opinar mucho, pero normalmente desde la seguridad de que puedo equivocarme. Y en este caso creo que se interpreta "mal" el fanatismo.
Claro que existen personas que son unas fanáticas increíbles cuya fe en algo concreto es firme y dura como la roca. Es decir, tiene sentido que así sea, pero no creo que la mayoría de fanáticos sean así. Y lo digo en mi experiencia y razonamiento.
Creo que la mayoría de fanáticos no son así. Son personas inseguras que encuentran el apoyo en corrientes de pensamiento fuertes lideradas por sujetos impositivos. He visto en muchas ocasiones como fanáticos de este tipo veían su postura de fuerza totalmente derribada en una situación en la que no contaban con la superioridad.
A este tipo de personas me refiero
Contaré, de hecho, una anécdota que le ocurrió a este servidor de sus mercedes cuando trabajaba en la puerta de un garito nocturno en torno al año dos mil. En esta situación conocí a un sujeto tremendamente fanático de los clubes de fútbol que afirmaba a gritos y sin pudor que la violencia en el deporte era un valor positivo de la vida (no lo decía con esas palabras, claro). Ocurrió que un día el sujeto (por cierto, más de cien kilos de
sujeto) quedó claramente silenciado ante una chica de metro sesenta (de la mitad de kilos) que simplemente le razonaba que eso no podía ser así. Y no pretendo dármelas de listo y decir que el razonamiento se impone siempre: nada más lejos de la realidad, pues si este sujeto primero hubiera estado acompañado por sus compañeros no le habrían hecho ni caso a la muchacha. Y desde luego el sujeto volvería con sus amigos y sería el fanático de siempre.
No pretendo dar par nada una lección de psicología o sociología, cosa para la que no estoy cualificado. Simplemente señalo cómo creo que son las cosas en algunos casos (quizá en muchos casos). Lo que quiero decir es que quizá esa interpretación del agente fanático puede moderarse por los momentos en los que este no lleva la máscara y se convierte en una persona.
Pero quizá eso no esté en los deseos del jugador que quiere un personaje fanático, y este se refiere a uno de esos que se lo creen todo de verdad y tienen una voluntad a prueba de bombas. A fin de cuentas estamos hablando de rol.
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