Durante estos días una gran cantidad de roleros están inmersos en una de las jornadas con rol más importantes del periodo estival y del verano, pero esto no impide que otra gran cantidad de roleros está en sus casas o en sus vacaciones, o simplemente (como es mi caso) trabajando en sus asuntos más habituales.
Por supuesto me estoy refiriendo a las jornadas “Tierra de nadie”, evento de gran peso al que este que escribe ha ido en dos ocasiones con unos resultados que no son mis favoritos. Por el motivo que sea no termino de encajar en estos grandes eventos, sino que más bien disfruto más de las clásicas jornadas locales en las que uno acaba conociendo prácticamente a todo el mundo.
Empecé a acudir a jornadas de forma continuada cuando publicamos la beta de Espada Negra, allá por 2013. Esto no significa en absoluto que no fuera antes, y de hecho siendo mozo solía acudir para conocer este ambiente, incluso aunque fuera en solitario.
Supongo que aquel que me conozca o que simplemente lea los tres párrafos anteriores se puede hacer a la idea de que me agobian las grandes acumulaciones de personas. No me gustan los eventos grandes, me producen tirria las colas, y de hecho incluso me molesta el concepto mismo de una ciudad. Si se me da a elegir entre una cola de diez minutos o una caminata de veinte, sin duda elegiré lo segundo.
Pero ya sea en jornadas grandes o pequeñas, y aunque uno sea una persona bastante antisocial, no me cabe ninguna duda de que son eventos en los que podemos encontrar con mucha probabilidad personas afines que no íbamos a conocer de otra forma. Y aunque sin duda las redes sociales y el rol por videoconferencia pueden ser también un método potente, en mi experiencia quedan en segundo lugar, aunque solo sea porque hay muchos jugadores de rol que van a jornadas y no participan en comunidades de internet.
En absoluto me voy a poner a citar nombres ni a elaborar un ranking de ciudades ni nada así, pero sí puedo garantizar que en este momento de mi vida tengo más amigos que en ningún otro. Yo creo que este es mi valor preferido de las jornadas, y es que sean un canal con el que se puedan plantear estas semillas de amistad.
Por todo ello, a los que están viajando estos días les deseo que no solo se encuentren con sus amistades lejanas, sino que abran su mente a las ideas ajenas para poder comenzar nuevas relaciones, y que después utilicen las modernas estructuras de comunicación para no perder el contacto.
A aquellos como yo que nos vamos a quedar trabajando (o en algún otro menester) les deseo que tengan otras ocasiones a lo largo del año, y que en estos eventos que quizá no sean tan grandes organicen y se apunten a todo tipo de actividades.
Y por supuesto, a aquellos que no van a realizar viaje de rol alguno les deseo que tengan ya establecido un buen grupo de juego, o que al menos sus experiencias de rol por videoconferencia sean suficientes para suplir dicha necesidad. Aún así les recomiendo, desde la humildad, que encuentren aunque sea un momento para acercarse a jornadas locales cercanas en las que disfrutar de otra forma la afición al rol.
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