Hermanos Juramentados de la Espada Negra
El ocaso del caminante negro
6-12-2015 14:09
Por Verion
¡Y se acabó la campaña! Han sido doce partidas, de las cuales yo he estado en once. He tenido la ocasión de ponerme en la piel de Nelk, pensar por ella, y sentir por ella, y ha sido una experiencia intensa con la que he podido incluso aprender de hechos ocurridos en mi propia vida.

Allí va un pequeño relato de este punto ¿final?.

Nelk supo que tenía que detenerse a tomar aire. El combate para el que tanto tiempo se habían preparado iba a dar comienzo, y lo iban a hacer con un gran derramamiento de sangre, uno mayor al que nunca habían producido. Aquella torre la había llenado de dudas: el caminante negro jugaba con sus mentes, sus expectativas y sus miedos. ¿Y si nada era lo que pensaban?

-¿Qué ocurre, Nelk? -preguntó Kadhaj-. Decídete.

Ella tomó aire. Ciertamente no servía de nada aguardar. Introdujo la última de las tres llaves y entró en el lugar en el que sabía que los estaban esperando. Eso era, a fin de cuentas, lo que más le molestaba: saber que no habían logrado sorprender con sus acciones al caminante negro era su mayor fracaso.

-Vale -se dijo a sí misma-. Ha llegado el momento.

Y entraron. Fueron recibidos por un hombre del caminante quien les indicó que ascendieran a una sala en la que les esperaban una serie de guerreros no menos capacitados que ellos mismos. Su calma parecía perfecta, no demostraban ninguna hostilidad.

-Al fin habéis llegado a mí. Os he estado esperando tanto tiempo… sois lo único que ha supuesto una diferencia en este lugar, y habéis demostrado una gran capacidad llegando hasta aquí. ¿Debí financiarte en los combates, Nelk? ¿Debí destruir vuestro templo? Puedo reconstruirlo, daros tanto dinero que tengáis el mayor templo Najshet…

-No somos tus aliados, caminante -dijo Msrah-. Construir el templo más grande con tus recursos sería una mentira, una ofensa a nuestros dioses.

-¿Cuál es nuestro propósito? -preguntó ella. Siendo honesta consigo misma, no lo tenía demasiado claro, y el caminante negro, pese a ser su enemigo, era un hombre poderoso. Quizá entre sus mentiras encontrara alguna verdad.

-Matarme.

Nelk había de reconocer que sin duda quería hacerlo, pero quería pensar que su vida era algo más que eso.

-¿Y el tuyo?

-Tengo una misión sagrada de…

No le dejó terminar. No estaba interesada lo que le hubieran dicho sus dioses.

-¿Por qué yo? Nos has tentado a todos, nos has puesto retos y nos has puesto en problemas, pero a mí te has referido especialmente. ¿Qué te pasa conmigo?

-Siempre destacaste ante mis ojos. Eras una promesa, y has conseguido todo lo que se podía esperar de ti.

Ella se sintió desgraciada. Había dedicado casi toda su vida a intentar destacar, y la persona ante la que lo había conseguido, era, a fin de cuentas, su más grande enemigo, el ser que más despreciaba. Estaban unidos por un vínculo tan terrible e íntimo como profundo. Tenía ganas de arrodillarse y llorar, hacerse pequeña y desaparecer.

Lo haría, cuando no quedaran enemigos a los que enfrentarse.

-Esto no tiene nada que ver con dioses ni con anhelos. No tiene nada que ver con lo que somos ni hemos sido. No tiene que ver con reliquias, ni con templos. Tiene que ver con que tú nos has hecho daño. Has matado a los padres de Dafne, has destrozado la misma existencia de Sohaila, has torturado a varias furias solo para humillarme. Tienes que morir porque eres nuestro enemigo. Vamos a clavar tu cabeza en una estaca y la vamos a colocar en nuestra puerta para que todo el mundo sepa lo que le ocurre a los que nos atacan-. Se detuvo un momento y miró a sus compañeros-. ¿Es así o no es así?

-Es así -contestó Kadhaj.

-Sin duda -corroboró Dafne.

-Acabemos con esta rata -aportó Rain Mi.

-Adelante -mantuvo firme, Msrah.

Se lanzaron contra sus enemigos. Si había una situación en la que morir luchando, era esa. Y combatieron, lo hicieron dando lo mejor de cada uno, y Nelk sintió que pudo contar con todos ellos, y que todos ellos contaban con ella. Y los hechos apresurados se juntaron en su mente, tanto que dos semanas después ni siquiera era capaz de separarlos bien.

-¿Nelk? ¿Estás bien? -dijo Maca.

Habían vuelto al mercado. Quería volver a intentar ser una persona normal, pero no lo conseguía, su mente volvía una y otra vez a la torre del caminante. Le quedaba mucho para superarlo, tenía que recorrer mucho más el camino de la nada, pero por lo menos sabía donde estaba.

-Sí, perdona. No he dormido bien.

-Entonces, ¿qué habéis hecho con Sohaila?

-Está con Dafne y Suansuah, en el Assad. Pero su cuerpo es un amasijo retorcido, está muy mal. Apenas es consciente de lo que le pasa, pero Dafne se está desviviendo por ayudarla. No sé si podrán traer de vuelta su cordura, lo dudo, la verdad. A decir verdad me alegro de que se encargue ella, yo siempre culpé a Sohaila por vender las reliquias de Liana, siempre pensé que merecía un castigo.

-Quizá este sea el destino que le trajeron los dioses.

-El caminante negro no era nadie para tomar esa decisión. La justicia de Liana tendría que haber sido ejercido por uno de sus partidarios, no por un degenerado hijo de Haradon.

-¿Estás hablando de ti misma? -le preguntó Maca.

-La primera vez que fui a su templo le critiqué sus actos con sinceridad, y ella me dijo que podría matarla si lo consideraba justo. Pensé en hacerlo, y si no lo hice fue por pena y lástima, pero con el tiempo creo que he entendido sus palabras. Creo que ella era prisionera del pueblo al que quería sustentar con sinceridad, pero que en realidad sabía que no estaba bien. Estaba en una encrucijada imposible, porque no podía suicidarse sin abandonar a su gente, así que creo que en cierta forma me lo pidió a mí. Tendría que haberlo hecho entonces. Dafne me odiaría, Suansuah me odiaría, pero habría sido mejor para Sohaila. De esto sí que me siento culpable.

-No puedes cargarte con todo el peso de los actos de los demás, Nelk. Y deberías hablar de esto con ellos.

-No -negó ella al instante-. Ellos cuentan conmigo, saben que voy a combatir y que no me voy a derrumbar. Si supieran que soy así no confiarían en mí, y no puedo hacerles eso.

-Pero solo estás fomentando…

-¡Basta, Maca! -impuso ella-. No te he pedido tu consejo sobre cómo llevo mi vida. Te respeto como enviada de Taharda que eres, y quiero contarte todo lo que pasó, pero tú no entiendes lo que significa para mí. ¡Tú no sabes lo que en realidad pesan estas dos espadas, y no pretendo que lo entiendas! Haz tus putas preguntas, pero déjame a mí en paz.

-Vale -dijo Maca. Por un momento Nelk pensó que parecía triste.

-Tendrás muchas preguntas -insistió.

-Solo dame un momento.

Nelk suspiró para sus adentros. Quizá se había pasado con aquella mujer, a fin de cuentas los había ayudado muchísimo y era un increíble ejemplo de discreción.

-El combate con el caminante negro fue de lo más extraño -dijo, para reanudar la conversación. Bailaron las espadas, pero mucho más las fuerzas de los dioses. El caminante se desplegó en varias formas ilusorias, y el tiempo a mi alrededor se volvió loco. Pero las capacidades de Msrah también eran increíbles, y Taharda demostró su apoyo en los momentos más críticos. Vi a Raim Mi morir convertido en cenizas, pero luego estaba vivo… y lo que ocurrió después fue aún más raro. Me es difícil saber lo que es verdad y lo que es sueño, pero creo que viajamos al más allá. De eso es mejor que te hable Msrah, porque yo… bueno, yo…

-Hablaré con Msrah -afirmó Maca, ya recompuesta-. ¿Y cómo era el caminante negro?

-Un dormenio mayor, de unos sesenta años. Había hecho copias suyas que viajaban por el mundo, y por eso podía estar en tantos lugares a la vez. Encontramos cinco copias que habían salido mal, no sé quién se encargará de ellos. Nadie lo dice mucho, pero tenemos miedo de que el caminante se pueda aparecer en cualquiera de ellos. Y como nadie recuerda qué pasó con su cadáver, igual ni siquiera está muerto.

-¿Y esa mujer que llevas contigo?

-Otboru. Es una de la docena de furias que el caminante torturó para provocarme, el muy hijo de Haradon. Pude liberarlas gracias a lo que entendí del hombre insignificante. O eso creo, todo es un poco confuso en el recuerdo. Una de las tres llaves la saqué de… bueno, te diré que la otra la saqué del interior del padre de Dafne y me dio menos asco.

-¿Y ese asunto de los padres de Dafne?

-No lo tengo demasiado claro. Hay un montón de recuerdos de la torre que ahora me parecen un sueño. Ni siquiera estoy segura de que fueran sus padres, pero le hizo creer que así era.

Caminaron algo más por el mercado, pero finalmente salieron de algunos pasos de la ciudad. Nelk sentía que la vastedad del desierto le ofrecía cierto alivio.

-¿Qué vas a hacer ahora? -le preguntó.

Dafne va a casarse finalmente y está investigando qué puede hacer con Sohaila. Msrah va a avanzar en su camino a Taharda, y… Rain Mi va a hacerse a la mar con su barco, va a seguir los pasos de Raskadet. Kadhaj va a partir con él porque se va a ir a Dormenia, está muy quemado de todo lo que ocurre aquí. Aunque creo que vaya a donde vaya a va a quemarse, porque esté donde esté no va a poder huir de sí mismo. Joder, quiero que a todos les vaya estupendamente.

-¿Y tú qué vas a hacer? -insistió Maca.

En verdad no tenía ganas de contestar a esa pregunta. A nadie.

-Solo soy una pequeña furia en un mundo enorme. Lo que haga, a fin de cuentas, va a ser totalmente insignificante.

Nelk miró al desierto. Ciertamente tenía que aceptar que era una mota de arena en el desierto. Sabía que lo era, pero también sabía que lucharía para ser la mota de arena que marcara la diferencia.

Y como siempre, unas notas para el cierre de campaña.
  • ¡Se acabó! Tras un montón de mierda para los personajes y una serie de combates exageradísimos, se ha dado fin al ciclo de hostilidad entre los lealistas Najshet y el caminante negro. ¡Doce partidazas!
  • Esta partida en sí tuvo muchas partes, y era difícil de relatar. Me decidí por ahondar en la conversación con el caminante negro (y me la he inventado a medias, porque tampoco me acuerdo, pero creo que lo resume) y en la conversación posterior con Maca para contar algunas cosas de la torre. El combate final no me queda muy relatable desde el punto de vista de Nelk porque ella se pasó la mayor parte del tiempo fuera del tiempo y del espacio, debido al temible poder "desplazamiento temporal". Raim Mi y Msrah participaron en los últimos momentos de dureza. Después fuimos al más allá, sí, y ahí destacó Kadhaj.
  • Ha sido genial ver crecer a Nelk, y que su carácter y su ficha se compensaran mutuamente. Ando pensando en un artículo completo sobre esto. Estaría bien que el resto de jugadores lo hicieran con sus respectivos personajes.
  • Este grupo tan increíblemente bien cohesionado se separa, pero, ¿para siempre? Lo dudo mucho.
  • Creo que si hay segunda temporada vamos a ver cambios importantes en Nelk. Ando pensando en la nueva seguidora de Nelk, Otboru, de las furias rescatadas en la torre, y en su posible relación. En tanto a lo que hace Nelk después de todo esto... ¿alguno de los lectores tiene alguna idea de por dónde debería ir? Las opciones son muchísimas...
  • Hay alugna fotillo en el juégame.


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