Uno de los aspectos que en ocasiones resultan llamativos en el
juego de rol de Espada Negra es el tratamiento de los muertos vivientes. Hace un tiempo escribí un artículo sobre
los muertos vivientes y la moda que he recordado al trabajar en la corrección del último capítulo del juego:
el bestiario. Y me apetecía añadir algo de información.
Durante los muchos años que han pasado desde que se escribió la primera línea de Espada Negra hasta ahora una de las constantes ha sido el importante papel de la muerte, y no solo como evento frecuente y paradigmático, sino también como concepto personificable en este caso en la diosa
Taharda, para mí una de las más interesantes del mundo.
La diosa oscura es uno de los motores de la historia del mundo, tal y como se puede leer en la novela "
La Última Luz". Uno de sus efectos más propios es el de devolver a la "no muerte" a los que han fallecido. Los muertos vivientes no cuentan con su voluntad pre existente, sino que siguen algún tipo de designio oscuro básico imbuido por el poder de la diosa. Estos seres resucitados solo utilizan energía sobrenatural en el momento de su resurrección, y deben proveerse de una fuente de energía mundana para persistir.
Estos muertos vivientes están asociados a las cinco esferas de poder de Taharda, que son: muerte, fin, oscuridad, corrupción y odio. Dentro de la propia
mecánica del juego de rol un personaje corrupto podrá avanzar en tres niveles dentro de estos principios, dando lugar a un muerto viviente básico. Vamos a verlos.
Esfera muerte: zombi.
Se trata del muerto viviente más básico, aquel en el que la energía sobrenatural oscura remplaza los tejidos dañados. No son contagiosos, pero sí peligrosos.
Esfera corrupción: necrófago.
Otra temida criatura por su hambre incontrolable y sobre todo el rápido contagio.
Esfera oscuridad: espectro.
Ser sin masa cuyos ataques afectan directamente al alma, haciendo inútil toda capacidad física.
Esfera odio: muerto blanco.
Criatura cuya grasa es remplazada por ácido. De muy peligroso enfrentamiento.
Esfera fin: aullante.
Estos torturados seres pierden los sentidos y desarrollan un grito dañino para las personas.
Estos son los cinco muertos vivientes básicos, pero existen otros mixtos puesto que como se puede ver en la mecánica, un personaje puede avanzar por dos sendas de Taharda creando diez combinaciones. Cada una de las esferas aporta un componente distinto.
Muerte: corrupción de la materia.
Corrupción: contagio o hambre.
Oscuridad: inmunidad a los ataques físicos, daño al espíritu.
Fin: desaparición de los sentidos.
Odio: ácido o sentimientos hostiles.
Las combinaciones posibles de esferas son diez. Veámoslas también.
Esferas fin y odio: bilioso.
La pérdida de facultades sensibles condena a esta débil criatura a proyectar ácido sobre los vivos.
Esferas odio y muerte: purulento.
Este muerto remplaza las lesiones con ácido, dando lugar a "granadas" muertas.
Esferas odio y oscuridad: noctámbulo.
En este caso el ácido no tiene lugar, pues el ser está formado primordialmente de oscuridad. No obstante el odio a la luz del día potencia a esta temible criatura durante la noche.
Esferas fin y corrupción: corruptor.
Esta pasiva criatura pierde los sentidos y ni siquiera ataca. Solamente contagia.
Esferas fin y muerte: caballero de la muerte.
Los guardianes de los túmulos funden su armadura con su cuerpo. En la ilustración uno Najshet.
Esferas fin y oscuridad: cabeza flotante.
Uno de los más espeluznantes, sin sentidos ni apenas cuerpo.
Esferas corrupción y muerte: masa de muerte.
Esta gigantesca criatura no contiene el poder de contagio de la esfera "corrupción", sino más bien su hambre, que utiliza para modificar su propio cuerpo.
Esfera corrupción y oscuridad: vampiro.
Bastante necrófago, bastante espectro, utiliza unas alas de oscuridad para volar. No puede permitirse comer carne pues le añadiría demasiado peso.
Esfera muerte y oscuridad: sombra.
Esta criatura tiene un pedazo físico todavía atacable.
En la hermandad creemos que hemos conseguido un buen trabajo con este primer colectivo de quince muertos vivientes que el bestiario básico pone a disposición de los jugadores, por tres motivos.
- Variada cantidad de criaturas que da lugar a diferentes partidas de investigación o terror.
- Mecánicas diferentes fomentan tácticas adaptables dentro del sistema de combate.
- La lógica de esferas da lugar a un contagio también variado y pensamos, interesante. al involucrar a los personajes en las formas de muerto viviente.
En relación con esto último, una vez, en una conferencia, se nos preguntó si en el juego de Espada Negra uno podía ser un zombi. Bueno, pues uno puede ser un zombi, y catorce muertos vivientes más, aunque algunos no tienen una existencia muy cómoda para jugarse. Pero siempre podemos recurrir a horribles
rituales de Taharda para llegar a ser una peligrosa fuerza no que conserve su personalidad.
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