Ayer muchos nos acostamos con la noticia de que Disney cerraba Lucas Arts. Hoy algunos blogs se han hecho eco de la noticia y exponen con más o menos argumentos una sensación de nostalgia, o una de frustración.
Puedo compartir algunos sentimientos dado que yo mismo he conocido la que creo que podemos llamar “la época de oro” creativa de esta publicadora y editora. Creo que era una tendencia que ya se veía venir, dada la separación que estaban teniendo precisamente entre esas dos facetas, aunque espero que esos proyectos que tenían a medio camino encuentren un lugar y no se cancelen.
Sí me parece mucho más interesante la siempre presente “mano invisible del capitalismo”, en este caso tan evidente, señalada en
este artículo de “el opinómetro”. Recomiendo su lectura.
No es la cultura la única perjudicada de los manotazos invisibles. Se destina mucho más dinero a curar la calvicie que a curar la malaria. Lo dijo Bill Gates, no yo, aunque yo me pregunto, ¿cuánto habrían avanzado las prótesis si se les hubiera dedicado tanto esfuerzo como el que han recibido nuestros impresionantes “smartphones”? ¿Verían ya los ciegos? ¿Caminarían los tullidos?
Hoy en día hay quien opina que hay “algo de luz” gracias a estos proyectos de micro mecenazgo con los que se sacan adelante bellos e interesantes proyectos. Quizá haya algo de luz, pero haré una leve apreciación al respecto.
Se trata de otro de esos “manotazos invisibles del capitalismo”. Y es que estas grandes compañías, las grandes editoriales, discográficas, publicadoras, distribuidoras y demás tienen un papel determinante, y es que no solamente nos limitan reduciendo la “oferta” cultural. Es que además crean las macro tendencias que no solo son seguidas por el público, sino que también son seguidas por los nuevos creadores. De dos formas, la más evidente, la económica, asfixiando a todo producto un poco diferente, que quiera “escapar” de las cadenas de lo “culturalmente vendible”, y la subconsciente, enseñándonos que “eso es lo que hay”, metiéndonos en la cabeza que “las hamburguesas están ricas” hasta que no queramos “comer” otra cosa.
En el artículo de “el opinómetro”, su autor cita:
“Menos mal que un día hubo mecenas y gentes que no creaban solo pensando en vender”. Yo añado que actualmente corremos el riesgo de sufrir un estancamiento cultural importante en el que no sepamos salir de hacer refritos de los setenta y los ochenta, atontándonos entre todos entre los efectos visuales impresionantes, la sorpresa narrativa sin profundidad alguna, los “hits” y “recopilatorios” musicales, y los juegos de rol cuyos sistemas fomentan la compra de más libros, y más ediciones de lo mismo (pero peor). El consumo fácil.
En la Hermandad de la Espada Negra no tenemos mecenas. Nos gusta crear por crear. A ver si nos convertimos en un grano visible en el culo invisible.
Entradas similares: