Hola de nuevo, soy Val, y como dije en mi presentación soy una persona de género fluido que nació con pene, pero de vez en cuando (menos de lo que me gustaría) utilizo una expresión física femenina. Algo así como una chica trans, pero no. Lea el artículo vinculado quien tenga dudas.
Traigo mis ideas aquí porque últimamente, con esto de la ley trans, parece que internet (y el mundo) se ha llenado de personas que saben un montón sobre transexualidad e infancia, deportes, y todo eso, e incluso hay quien me ha preguntado por mi opinión… y la verdad es que suelo responder muy rápidamente que yo no tengo opinión. Nunca voy a tener hij@s, ya que no le deseo a nadie en formación tener a una persona tan inestable a insegura como yo por referente. Y vamos, lo más cerca que estoy de un deporte competitivo es cuando el autobús pasa por cerca del estadio de mi ciudad.
Claro que podría contestar como afectada por ser una persona trans, pero resulta que no lo soy. No todo el tiempo, eso seguro, pero eso me lleva a una serie de preguntas. ¿Querría serlo? ¿Lo habría sido de haber podido a los doce años de haber existido una ley que me lo permitiera? ¿Querré serlo en el futuro?
Se podría decir que desde un punto de vista psicológico podría haber estado bien transicionar. Es decir, yo he llevado muy bien toda mi vida vivir en el armario de la identidad de género, solamente tengo ansiedad social, inseguridad, depresión, anorexia, trastorno afectivo, asexualidad... Bueno, aparte de eso, ¿qué han hecho los romanos por mí? Habrá quien pueda decirme que todas esas cosas no son causadas por la represión, sino porque soy una gilipollas. Bueno, puede ser, pero como cota superior para el supuesto de trabajo nos sirve. Poniéndolo todo en la balanza, ¿querría haber transicionado hace muchos años y haber sido más feliz librándome de toda la disforia y el odio por mí misma? Rotundamente NO.
Veamos los datos fácilmente contrastables: desempleo del ochenta por ciento, prostitución continuada, violencia sistémica, una tasa de suicidio aún más alta que entre la guardia civil… por lo menos ahí te dan una pistola para
volarte la tapa de los sesos. No, joder, para ser true trans hay que ser una persona
mucho más valiente que yo. Gracias, me quedo con mi desprecio por mí misma con tal de no tener que aguantar el del resto.
Pero bueno, no voy a negar que de alguna forma, si fuera mucho más valiente o el mundo no fuese tan tan horrible, quizá querría serlo. Pero no nos engañemos, aunque quitáramos la parte de la violencia y el odio, la realidad es que en mi trabajo, en mi barrio, en mis aficiones… no gustaría demasiado. No hablo por especulación, sino que lo he observado y hablado con amigas que sí dan ese paso. Supongo que a mí no me echarían del trabajo por motivo de mi cambio de género (sería ilegal), pero de golpe mi rendimiento sería una cuestión importante para la dirección, y tras unos cuantos meses cuestionándome y haciéndome la vida imposible, me echarían. Y no quiero eso.
Esto es una movida muy importante porque incluso aunque se aprobara la ley trans, yo no puedo decidir que en mi DNI ponga “
Valeria Notborn, female”, porque tendría que notificar mi cambio de nombre en el trabajo, y como digo, eso es un
marrón que te cagas.
Por otra parte, tengo que decir que una de las perspectivas que más desagrado me despiertan es pensar que algún día me pare la policía al volver una noche de fiesta con mi vestido y mi maquillaje, y me digan “caballero, baje del coche”. Bueno, supongo que no es muy relevante, luego lloraría un rato en casa y me despreciaría un poco más, pero se queda en nada comparado con que me metieran una paliza unos retrógados de extrema derecha al grito de “muere marica”. Bueno, al menos contra ellos podría intentar defenderme legalmente.
Quiero pensar que si se aprueba la autodeterminación de género será positivo para la práctica totalidad de integrantes de la pequeñísima minoría que supone las personas transexuales, que podrán realizar este trámite sin pasar por la ITV del juez de género. Pero para mí, Valeria Notborn, solo es una evidencia más de que yo solo tengo derecho a existir en entornos de espacio y tiempo muy muy pequeñitos, ahí donde no molesto y apenas se me ve.
No sé, quizá ese sea el camino para que algún día, dentro de muchos años estos asuntos estén totalmente superados, la tasa de paro entre las personas transexuales sea la misma que la de la población general, y nadie le ría las agresiones transfóbicas a las cuñadas terf de facebook. Hasta entonces... existencia a tiempo parcial.
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