Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Un robot roto de titanicus
25-4-2023 09:59
No me animo demasiado a escribir. Supongo que en mi cerebro hay cosas que son más acuciantes, y acudo de forma irresponsable a suplir esas necesidades “a salto de mata”, de una a otra, sin pararme demasiado en ninguna, ni llegando a acabar ninguna o hacerlas bien en general.

Como ya mencioné, warhammer se había convertido en un reducto positivo para mi expresión de género. Bueno, en la actualidad he avanzado mucho, ya he salido del armario en las salas de armas en las que acudo, en mi trabajo, y puedo ir a tiendas de ropa y maquillaje yo sola. Tengo ganas de escribir de esto.

El caso es que me apunté a un torneo de titanicus, un juego de warhammer a una escala cuatro veces más pequeña. La “miniatura” del warmaster de cuerpo a cuerpo me tenía hechizada y aceptaba cualquier escusa para tenerla pintada. La escusa fue el torneo, y por una conversación con la genial organizadora del evento, acabé pintándolo con -más o menos- los colores de la bandera trans. El resultado, en una fotito.



Pero la verdad es que la escala de titanicus me gustó mucho. En ese momento me había gastado un dinerillo muy comedido para poder ir al evento, pero decidí darle un poco más de empuje. Unos titanes de segunda mano por aquí, una caja de oferta por allá… y ya tenemos casa titánica y casa de caballeros con la que enfrentarse. Hace una semana la cosa estaba tal que así.



Ya casi tengo una historia para esta torturada y estoica casa titánica, porque la elección de colores es un poco invasiva para el trasfondo, pero eso es materia de otro artículo. Por ahora son los robots trans de la casa sinnombre (ya ves tú).

El motivo de que uno de estos robotitos acabara roto está relacionado con que tengo una hermana. Bueno, tal y como creo, mi parte masculina tenía una hermana. Esto es relevante porque esta hermana y yo tenemos en disputa la casa en la que habito. Ella tiene otra.

En este punto he de aclarar algo importante. Mi hermana no es tránsfoba, y ella se ha encargado varias veces de hacérmelo saber. Ella es una persona feminista muy consciente de que la testosterona es el principal problema del mundo y que a los hombres habría que castrarlos, y por este motivo una mujer trans no es una mujer.

Cuando ella comparte un artículo tránsfobo en su cuenta de facebook, no es que ella sea tránsfoba, es que está compartiendo múltiples puntos de vista para inducir a la reflexión. Por supuesto, expresa el peligro que la ley trans supone para las auténticas mujeres, y manifiesta las medidas radicales que estará dispuesta a tomar si alguno de sus hijos es trans y decide hormonarse.

Con esto espero que se entienda que mi hermana me daba bastante miedo. Con esto mi escaso entorno familiar se me hacía un mundo terrible, pero aún así lo intenté. Voy a intentar expresar cómo es una conversación en este sentido.

Yo: “Bueno, hermana, verás, yo tengo una cuestión de género que…”
Hermana: “Bueno, esos asuntos de modernos yo no los entiendo, pero quizá algún día en el futuro me los expliquen tus sobrinos, que ahora les enseñan estas cosas”.

Yo (otro día): “Bueno, hermana, yo soy...”
Hermana: “¿Has visto el despropósito de ley que quieren hacer en el ministerio de igualdad? Pensábamos que eran feministas, pero son unas traidoras”.
Yo: “Ya, bueno, pero el caso es que yo…”
Hermana: “Mira este artículo horriblemente tránsfobo. Bueno, sí, es tránsfobo, pero también dice verdades como puños, ¿eh? Debatámoslas.”
Yo: “Lo que yo quería decirte es que yo…”
Hermana: “El deporte femenino. Las trans van a acabar con el deporte femenino. ¿Y qué se hace con los vestuarios?”

Así que dentro de mi mente siempre he tenido la duda de si ella lo sabía o se convencía a sí misma de que no, pero sin duda logró que se me quitaran las ganas de hablar del tema, y que me diera vergüenza ser trans. Y bueno, cualquier cosa parecida al entorno familiar se me volvió muy insegura.

Y esto nos lleva a este sábado. Como he dicho, tenemos esta casa en disputa. Es en la que yo habito, y ella tiene otra. Esto nos llevó a una escalada de las hostilidades de la que yo también soy parte, y cuyo punto álgido se produjo el sábado. Ella decidió personarse con su novio para recoger sus cosas, y como aviso simplemente me escribió media hora antes, a pesar de que le dije que me estaba causando un perjuicio.

En ese momento yo me estaba maquillando, y entré en pánico. Me desmaquillé a toda prisa, escondí como pude todas las pelucas y mi ropa femenina en mi habitación, y cerré la puerta con la esperanza de que no reclamara entrar ahí también. Y cuando en pánico absoluto vi mis robotitos con colores trans, deduje que tenía que esconderlos. Y con torpes manotazos acabaron en una caja medio a la vista.

No recuerdo con precisión exacta toda la visita. Dije cosas de las que igual me tengo que arrepentir, y en general fui un manojo de nervios. Ella buscaba las escrituras de la casa con mucha insistencia mientras yo me esforzaba en esconder retazos de ropa o cosas de maquillaje sin que se dieran cuenta.

Finalmente se fueron, pero mi autoaceptación había retrocedido unos cuantos meses. Me pasé unas cuantas horas llorando, y saqué mis robotitos trans. Algunos estaban bien, y otros se habían roto. Nada que no se arregle con un poco de pegamento y unas pinceladas de pintura.

Yo he aceptado que no puedo más. Escribí a esta persona y le dije que la casa se vendía y que para ella la mitad que le corresponde legalmente, y le envié mi declaración formal como persona trans. Sin dar ninguna oportunidad a responder. No es como ponerle pegamento al robotito, sigo mirando a la puerta con ansiedad y temiendo cuando pueda aparecer.

La verdad es que me siento como una idiota por sentirme mal por esto. El mundo es un lugar hostil al que no le importa si vivimos o morimos, y yo no tengo esclerosis múltiple ni cáncer de colon, no tengo que irme a un frente bélico a morir, y puedo comprar comida con la que alimentarme. Incluso tengo gente maravillosa que me acepta con mi identidad de género incluida con la que puedo trabajar, jugar a warhammer o intercambiar espadazos.

Pero me siento mal.


Entradas similares: