Que decir.
Esta es una aventura que no quería escribir. Pero lo hice, una noche,a pocas horas de una fatídica cita con la veterinaria para sacrificar a mi perra. Y yo quería, quiero, mucho a esa pequeña perra.
Esa noche...pues no dejé de llorar. Fue emocionalmente agotador. Y aunque tenía fiel cerveza de 14º conmigo, opté por algo constructivo. Clavar el puñal que tenía en las tripas en un documento drive para plasmar una aventura, que habla tanto de mi perra como mi amatxo (quien peor lo pasó aquella puta noche).
No sé si el resultado es algo que pueda jugarse, no creo siquiera que sea algo que debería existir. Pero era vertir esa pena y ese dolor por lo que sucedía y estaba por suceder, o hacer alguna tontería. Es un escenario personal, melancólico y con simbolismos o metáforas de mierda que me sirvieron para expresar lo vivido en aquel momento.
Pero coño, sale un puto oso del caos.
La aventura
aquí.