Hermanos Juramentados de la Espada Negra
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Los Exiliados (o importadores, como aparentemente los llaman, aunque sea inexacto)
19-12-2016 22:11
Por Ajhkhum
Los Exiliados de Sulli
Esta es una banda de criminales dormenios que por diversas razones se han exiliado y han empezado una nueva vida en Harrassia. Al venir de un entorno donde la relación entre las autoridades y las bandas es más “cordial” prefieren sobornar a los guardias antes que recurrir a la violencia. El temperamento de los miembros varía dependiendo de a que “facción” pertenezcan, puesto que los diferentes integrantes se han dividido de forma orgánica según su origen y motivos para irse de su país natal. Esto hace que la estructura de poder sea un embrollo considerable y que la banda no sea tan poderosa como pudiera, aunque todos los integrantes cerrarían filas ante una amenaza directa del exterior (consideran el exterior a todos aquellos de fuera de la banda, aunque son más tolerantes con los dormenios). Otro factor que mantiene unida a la banda es el terror y respeto que la mayoría de integrantes le tienen a Sulli, un antiguo agente de la Corrección con un pasado turbio.
Su principal área de influencia es el contrabando de nantio y otras sustancias ilegales, lo que les ha permitido reunir algunos contactos con bandas de Dormenia y vigilantes fronterizos. Esta facción está dirigida por un tal Ledus Trillbanson (aunque su familia negará cualquier relación con él) y su guardia personal, exiliados por razones políticas. Esta facción puede acceder a un capital considerable y no dudan en dejar el acero a un lado cuando el oro puede hacer el trabajo sin derramamiento de sangre.
Parte de la banda (la parte expulsada de Dormenia a causa de diversos crímenes violentos) se ofrece como espadas de alquiler con todo el descaro del mundo, mostrando pocos reparos en cuanto a los trabajos que aceptan. Ésta facción está bajo el dominio de un tal Eivald, un gunear del clan del lobo conocido por matar en duelo singular a un famoso duelista y a todos los que buscaron venganza. Sus relaciones con el resto de facciones son tensas, puesto que aunque sus métodos de trabajo suelen ser, sorprendentemente, legales, actúan de manera temeraria, sin preocuparse por las posibles consecuencias de sus actos.
Otra facción, formada en su mayoría por civiles que se exiliaron en general por razones económicas, se dedica a formar una base de soporte económico sólida de manera (más o menos) legal. Su líder es Ritka, una mujer de mediana edad que regenta un burdel que dobla como punto de reunión para la mayoría de Exiliados. Prefieren mantener su relación con el resto de facciones dentro de lo cordial, pagando las tasas de “protección” de los hombres de Eivald y ofreciendo descuentos en sus negocios a todos los Exiliados.
Por último, los Segadores son un grupo de herejes exiliados por razones religiosas que se dedican a asesinar por encargo. Su líder es un misterioso hombre llamado Esman, y lo poco que se sabe (o sospecha) de él es que adora a dioses oscuros y que tuvo algunos encuentros en el pasado con Sulli. Esta facción no se mezcla en los juegos de poder del resto de facciones, aunque ocasionalmente toma partido en direcciones impredecibles, aunque sus actos suelen llevar a una situación de estabilidad.
Sulli domina esta compleja maraña de relaciones mediante la aplicación sistemática de la diplomacia y la negociación, tirando de una reserva aparentemente inacabable de favores debidos y secretos inconfesables, demostrando en el proceso su brillante mente política.
Esta es una banda de criminales dormenios que por diversas razones se han exiliado y han empezado una nueva vida en Harrassia. Al venir de un entorno donde la relación entre las autoridades y las bandas es más “cordial” prefieren sobornar a los guardias antes que recurrir a la violencia. El temperamento de los miembros varía dependiendo de a que “facción” pertenezcan, puesto que los diferentes integrantes se han dividido de forma orgánica según su origen y motivos para irse de su país natal. Esto hace que la estructura de poder sea un embrollo considerable y que la banda no sea tan poderosa como pudiera, aunque todos los integrantes cerrarían filas ante una amenaza directa del exterior (consideran el exterior a todos aquellos de fuera de la banda, aunque son más tolerantes con los dormenios). Otro factor que mantiene unida a la banda es el terror y respeto que la mayoría de integrantes le tienen a Sulli, un antiguo agente de la Corrección con un pasado turbio.
Su principal área de influencia es el contrabando de nantio y otras sustancias ilegales, lo que les ha permitido reunir algunos contactos con bandas de Dormenia y vigilantes fronterizos. Esta facción está dirigida por un tal Ledus Trillbanson (aunque su familia negará cualquier relación con él) y su guardia personal, exiliados por razones políticas. Esta facción puede acceder a un capital considerable y no dudan en dejar el acero a un lado cuando el oro puede hacer el trabajo sin derramamiento de sangre.
Parte de la banda (la parte expulsada de Dormenia a causa de diversos crímenes violentos) se ofrece como espadas de alquiler con todo el descaro del mundo, mostrando pocos reparos en cuanto a los trabajos que aceptan. Ésta facción está bajo el dominio de un tal Eivald, un gunear del clan del lobo conocido por matar en duelo singular a un famoso duelista y a todos los que buscaron venganza. Sus relaciones con el resto de facciones son tensas, puesto que aunque sus métodos de trabajo suelen ser, sorprendentemente, legales, actúan de manera temeraria, sin preocuparse por las posibles consecuencias de sus actos.
Otra facción, formada en su mayoría por civiles que se exiliaron en general por razones económicas, se dedica a formar una base de soporte económico sólida de manera (más o menos) legal. Su líder es Ritka, una mujer de mediana edad que regenta un burdel que dobla como punto de reunión para la mayoría de Exiliados. Prefieren mantener su relación con el resto de facciones dentro de lo cordial, pagando las tasas de “protección” de los hombres de Eivald y ofreciendo descuentos en sus negocios a todos los Exiliados.
Por último, los Segadores son un grupo de herejes exiliados por razones religiosas que se dedican a asesinar por encargo. Su líder es un misterioso hombre llamado Esman, y lo poco que se sabe (o sospecha) de él es que adora a dioses oscuros y que tuvo algunos encuentros en el pasado con Sulli. Esta facción no se mezcla en los juegos de poder del resto de facciones, aunque ocasionalmente toma partido en direcciones impredecibles, aunque sus actos suelen llevar a una situación de estabilidad.
Sulli domina esta compleja maraña de relaciones mediante la aplicación sistemática de la diplomacia y la negociación, tirando de una reserva aparentemente inacabable de favores debidos y secretos inconfesables, demostrando en el proceso su brillante mente política.