Las editoriales de rol son unos de esos intermediarios lamentables que se dedican a comercializar las obras de otros. Como las discográficas en los libros o las editoriales en las novelas, cumplen con una función capitalista sin lugar moral. Por mi parte podían desaparecer todas. Menos HTP, claro.
-Yo.
Esta contundente declaración mía causó el día de ayer cierta inquietud en google plus, así que me comprometí a aclararla en un número de horas razonable. Allá va, pues mi explicación de esta opinión.
En primer lugar creo que debo señalar que esta generalización no pretende ser ciencia. Obviamente no puedo saber si todas las editoriales son o no inmorales, o buenas, porque nos las conozco. De ahí la coletilla del final, en la que creo que se entiende un poco el tono. Pero no me voy a desdecir, sino que más bien voy a concretar.
Tenemos que entender lo que es una editorial. Si una editorial aporta valor a las creaciones, reparte los beneficios de una forma proporcionada, pues entonces bien, pero si lo que hace es, básicamente, ser un intermediario en un proceso comercial, entonces por mi parte, mejor que desaparezcan.
Conozco algo más el mundo editorial de la novela y el discográfico, y en estos las editoriales son grandes constructos que dicen lo que se publica y lo que no, y obviamente lo dicen porque son empresas y ellos valoran lo que cuenta o lo que no cuenta, pero el arte no debería ser algo simplemente comercial, porque es un valor de la sociedad. Para mí estas comercializadoras del arte deberían desaparecer. Simplemente.
En materia del rol parece que como hay menos dinero las editoriales son más humanas, y no ganan mucho, y todo eso. Bueno, puede que sea verdad, la verdad es que no voy a meterme demasiado. Creo que los autores son la parte más perjudicada del asunto, y eso es bastante nocivo. No sé si la culpa es de las editoriales, pero desde luego son ellas las que pagan a los autores. Otra cosa, claro, es que todo el sistema esté absolutamente, ejem, podrido, empezando por el público. Que parece que de igual que un juego de rol tenga más o menos trabajo, que lo que se va a pagar al final es si es a color, si es en tapa dura, el número de páginas, y si eso si está bonito.
Espero que me disculpen sus mercedes por arrojar piedras contra otro agente de todo esto, y que vuelva al objeto de mi odio actual: las editoriales. De nuevo se me puede señalar que las editoriales de los juegos de rol no son las de la música y los libros, que es un asunto mucho más pequeño y que nadie se compra un ferrari...
¡No me convencen!
¿Saben sus mercedes lo que ocurre cuando les llevas “Espada Negra” a una editorial tradicional? Que te dicen que no, que no quieren eso, que eso es un juego con el PDF gratuito, y que eso no lo van a publicar. Eso de las licencias abiertas no les gusta.
Así que, ¿qué tenemos? Empresas tan preocupadas por su lucro que no tienen en cuenta que los juegos de rol son, de hecho, cultura. En mis preceptos morales negar la cultura a las personas no está bien. Y tengo otra miriada de motivos por los que publicar en un modelo libre y abierto es importante, pero a ellos no les importa una mierda.
Ya sé que todas las editoriales no son así, que las pequeñas están abiertas a nuevos conceptos, pero yo entendía que la pregunta del desafío rolero hacía referencia a las tradicionales, porque si no era una pregunta absolutamente vacía. Sería como preguntar, “¿qué opina su merced de las mujeres?”. Pues cada cual será como sea, ¿no?
Nosotros, al ir con este asunto de licencias “Creative Commons” nos quitamos de un plumazo toda opción de tratar con huesos anquilosados que no toleran nuestros principios. De esta forma nos hemos encontrado con pocas editoriales que hayan querido trabajar con nosotros. Esto está relacionado conque algunas personas me han señalado que soy un hipócrita por querer publicar con una editorial.
Voy a repetir algo que dije en el pasado, pero que parece que sea un secreto:
Nosotros no teníamos particular intención de publicar en papel.
En serio, lo que nosotros siempre hemos querido ha sido que se jugara. Es algo que hemos dicho un montón de veces, y a nosotros se nos demandó de forma implícita y explícita que se publicara en papel. Ahora, ya cerca de su publicación, hay un interés mayor. Estamos encantados.
El caso es que pensamos que somos buenos creadores, decentes desarrolladores de software, inspirados músicos y escritores, pero desde luego no buenos editores. No tenemos mucha idea de esto del papel, no tenemos contactos en el mundo de la distribución, y no tenemos dinero (nos lo hemos gastado en ilustraciones). De ahí que buscásemos a un socio que hiciera esas cosas.
Con HTP nos está yendo bien. Seguro que hay otras pequeñas editoriales que también son una excepción a esa conducta que nos desagrada. Lo que no creo que haya es grandes editoriales que lo sean. Lo que no significa en absoluto que no pueda llevarme bien con sus empleados o propietarios... es simplemente que creo que deberían desaparecer.
A mí me gustaría que la tecnología permitiera hacer llegar las creaciones desde sus autores directamente al público, sin tener que pasar por intermediario alguno. Ese día las personas se enfrentarán a otro paradigma complejo e injusto que ya empezamos a ver, y son las dictaduras de la popularidad. Pero eso, estimados lectores, es un pensamiento para otro artículo.
Espero, pues, que se entienda el mensaje detrás de mis contundentes palabras.
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