Hermanos Juramentados de la Espada Negra
Insultando decentemente en castellano español (IV)
17-11-2017 15:26
Por Verion
Existen muchos grados de insultos, y desde luego muchos medios en los que se aplican técnicas distintas como he apuntado en artículos anteriores de esta serie, pero no podría concluirla sin mencionar las respuestas socialmente asimétricas. En seguida se va a entender lo que quiero decir.

Pongamos por caso que uno está trabajando en un puesto comercial en jornadas de diez horas con un sueldo mierdoso, y resulta que cuando ya estamos hasta arriba de gilipolleces propias de la era capitalista, llega un cliente borde que, con razón o no en su reclamación, nos trata como si fuésemos los responsables últimos de su problema.

Esta situación tan irritante se puede dar en un montón de trabajos de cara al público, como por ejemplo en la hostelería, donde parece que muchos clientes se piensen que el personas son sus sirvientes.

Yo soy un autónomo cualquiera, pero no estoy exento de estos problemas, porque algunos clientes que he tenido se han podido comportar de formas muy maleducadas conmigo, ¿y qué les dices entonces? Hay una situación de asimetría muy importante.

Con esto hay que tener mucho cuidado si uno es de sangre caliente. Es decir, que a lo mejor es preferible soltar algo de presión que acumularla dentro y que desemboque en algo más grave que incluso pueda tener consecuencias. Mejor ser despedido por un jefe que ser condenado por un juez.

Yo a este tipo de sujetos los tengo muy identificados con la mentalidad troll que tanto se ve por internet. En un caso se escudan en el anonimato, mientras que en el otro se sienten escudados por la (falsa) relación de superioridad de la persona pagadora.

Pero el caso más interesante llega, en mi opinión, cuando estas personas se ponen extremadamente bordes al acceder a algún servicio por el que no han pagado nada, como si el hecho de acceder a ellos les colocara en dicha sensación de superioridad.

Supongo que esto se produce por una sensación de afinidad relacionada con el acto de consumir. A mí me parece ciertamente perverso el concepto de que el cliente siempre tenga la razón, y de hecho huyo de los proveedores que no me llevan la contraria. Me viene el ejemplo de un par de tiendas de patinaje de Madrid: una de ellas está atendida por jóvenes muy majos que me dicen lo que quiero oír, mientras que en la otra muchas veces acabo discutiendo con un señor ya cincuentón que nunca da su brazo a tercer. A veces tengo razón yo y a veces él, pero creo que siempre me he llevado de su tienda lo que necesitaba.

Pero me disipo, que esto iba de palabrotas y ofensas. A donde quería llegar es que aquellos que publicamos en un blog o un canal tenemos costumbre de recibir de vez en cuando comentarios que parecen los del cliente del restaurante que se creen que por agitar dos billetes de diez son millonetis y que les vamos a chupar todo lo de abajo.

Lo más grande es que en este caso nos la pela. O nos la debe pelar. Quiero decir, habrá personas que tengan el complejo de prestador de servicios sirviente, pero yo creo que hay que romper con esa tendencia y aprovechar para soltar un poco de la mala leche que en otras ocasiones no podemos guardarnos.

Por supuesto está la opción de borrar el comentario o bloquear al sujeto. Bueno, se puede hacer eso, pero entonces, ¿dónde queda la gracia?, ¿la posiblidad de tener un rifirrafe sin mayor trascendencia? Ha llegado el momento de decir un par de burradas al estilo de cada uno, y a este respecto voy a traer ejemplos cualquiera ocurridos a personas de mi entorno con los que se va a ver el estilo de cada uno.

Vorvek me facilitó un ejemplo en el que razonó de forma prolongada con una persona que ya lo había llamado “tonto del culo”. Yo creo que se tomó un tiempo excesivo para lo que merecía el sujeto, pero sin duda constituye la que podría ser la respuesta más educada que esta actitud se merece.

Como no podía ser de otra forma, traigo el caso de “ElPoderosoCrom”, quien comparte una gran cantidad de contenidos en los que manifiesta su opinión de forma frontal. En estos casos hay muchas personas que le increpan con interesantes respuestas hostiles.


Yo mismo he tenido un caso reciente en eso de youtube, cuando realicé mi reseña de macadabre, en la que se me dijo que no tenía ritmo y que era aburrido, algo que quizá sea verdad, pero que en cualquier caso me da igual, porque realizo mis reseñas como a mí me parece. El sujeto en cuestión debió pensar que yo le debía algo y que él no tenía que aportara nada más que hostilidad. El citado Vorvek me recomendó que le emplazara a poner algo de su parte (dinero, o que me hiciera una pajilla o algo), pero finalmente decidí ser gratuitamente hostil. Un poco como Crom, pero con mi sello de identidad.

Pero finalmente descubrí que había una forma más hilarante de lidiar con estos sujetos y decirles “tu opinión me importa una mierda” que quizá imite en el futuro. La agresión en este caso la ¿sufrió? GatoCebolleto a tenor de un vídeo sobre las “mary sues”.



En fin, seguro que hay otras muchas formas, así que quedo a la espera de que los lectores comenten cuales son sus preferidas.

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