Hace varios días que mi amoña esta hospitalizada, y la cosa no pinta nada bien, el mejor de los escenarios implica (según médicos que se han ganado sus batas y títulos) que no volverá a ser la misma. Llevo varios días recibiendo cada llamada sobre su miedo con miedo, auténtico miedo, y acudiendo a ver como su estado empeora. He asumido que voy a perder, si no se muere esa persona a la que tanto quiero no volverá a ser la misma, ni de lejos. Y eso duele, como no me ha dolido algo en años.
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