Hermanos Juramentados de la Espada Negra
¿Cuánto cuesta una partida?
17-11-2015 13:16
Por Verion
Hay una cuestión que se abre regularmente y se estudia desde diferentes puntos de vista que trae de cabeza a la afición: ¿se puede cobrar por jugar al rol? Es algo que nos resulta un tanto repugnante porque tendemos a pensar que es una actividad que se realiza por amistad, y que por lo tanto cobrar estaría feo. Coincido con este punto de vista, pero me parece interesante leer sobre los experimentos que ocurren en entornos en los que el capitalismo está más idealizado que en el nuestro.

No obstante yo me planteé la duda teórica de “cuánto cuesta una partida”, con motivo de la existencia del “Juégame” de Espada Negra. En el vídeo que participé con Justo le pregunté si le sería más fácil comprometerse a dar unos euros cada mes, o jugar una partida cada mes, y me respondió que le era más fácil lo de los euros. Creo que es una respuesta cierta para casi cualquiera, lo que me plantea la cuestión: ¿en cuántos euros está el equilibrio? Podríamos ir subiendo a ver donde llega el límite de cada uno, y casi sería un resultado interesante para una encuesta.

Así que llevando la pregunta a un aspecto más práctico, ¿cuánto cuesta una partida?

Intentando dar respuesta a esta pregunta, realicé un experimento en la última partida de la hermandad, y fue llevar el control del gasto efectuado durante la misma, para sacar un dato medio interesante, ya que éramos doce los asistentes. El experimento fue un fracaso dado que todo el mundo estuvo pegado al asiento durante ocho horas, y quitando una pequeña excepción, no hubo consumo.

Yo diría que hay una serie de gastos que podemos llamar menores, que son los relativos a papel, lápiz y otro material de oficina, y que son prácticamente irrelevantes. Los que sí son relevantes son los que se realizan de forma adicional a lo que uno gastaría normalmente. En esto se incluye, hasta donde yo entiendo, transporte, comida y bebida.

En un caso extremo los jugadores son todos vecinos y llevan su comida hecha de casa, con lo que no hay ningún gasto adicional con respecto a su gasto habitual. Pero cuando uno se va haciendo mayor esta situación es más infrecuente, y cuanto menos, hay que desplazarse.

En el caso de una partida anterior de la hermandad de cinco personas observé que dos viajamos en un vehículo privado un total de sesenta kilómetros (treinta de ida y treinta de vuelta), una persona utilizó el metro pagando la parte proporcional de un billete de diez viajes, otra persona utilizó su abono de transportes, y la última fue y volvió andando.

Parte proporcional de un billete de 10 viajes: 1.80€
Parte proporcional de un abono de transportes: 1€
Kilometraje de un vehículo medio español (0.30 céntimos por km): 9€
Personita caminando: 0€

Como se ve, en este caso el gasto más grande viene de los jugadores que tenemos que utilizar un vehículo para llegar al lugar de la partida.

Pero los jugadores beben. Voy a suponer que cada jugador consume un litro de coca cola (0.68€ en un supermercado), si bien suelen pagar más al comprarlo en locales cercanos al lugar de partida. Añado dos bolsas de patatas fritas (1.25€ cada) y una de cacahuetes (1.50€).

En el caso de la cena, he observado que se suele consumir barato pero no muy barato. Podría decir que la media anda en 5€ por persona.

Así que teniendo en cuenta estos parámetros, la partida nos ha costado un total de 44.2€. No es un montón porque somos cinco, pero dicho así de golpe tiene su tela.

Este cálculo es puramente especulativo, puesto que no he podido hacer un experimento con toma de datos real como había pretendido. En mi experiencia puede ser menos (y en mi caso lo es, tiendo a llevar comida de casa y no comer guarradas), pero también puede ser más en función a las actividades a realizar.

Por ejemplo, si uno se decidiera a utilizar una aventura publicada en papel, el gasto de la partida podría subir bastante.

Pero podemos ir un poco más lejos. ¿Y si tenemos en cuenta la inversión de tiempo del “máster”? De acuerdo que esto es mercantilizar algo que no debería mercantilizarse, pero me parece que tiene cierto sentido, porque no todas las partidas se dirigen ciertamente al grupo de amigos. Una partida dura entre tres y cinco horas, y normalmente tiene un tiempo de preparación mínimo similar, aunque en mi caso puede ser superior.

El salario más habitual en España en la actualidad es de unos 15.500 euros. El medio es mayor, pero he preferido elegir el habitual, lo que nos da como resultado que una persona cobra unos 8 euros la hora. Con la media de partida de 4 horas, y la preparación similar, nos da 48 euros más.

Claro que también podríamos tener en cuenta el coste de tiempo de los jugadores, que en este caso sería menor porque el tiempo de preparación sería mínimo. Estaríamos hablando de 24 euros por persona para un total de 96 euros para cuatro jugadores.

Todos estos cálculos tienen un poco de trampa, puesto que incluso aunque uno esté en casa quieto, consume dinero, pero también he sido comedido en la valoración de los costes, así que no creo que estén del todo fuera de lugar, así que a propósito de este artículo he establecido los siguientes costes.

Coste de una partida: 44,2 euros.
Coste de una partida incluyendo el tiempo del “máster”: 92.2 euros.
Coste de una partida incluyendo el tiempo de todos los jugadores: 188,2 euros.

De los tres resultados, considero que el tercero es el que más fuera de lugar está, pues los jugadores siempre tienen el propósito sincero de divertirse. Normalmente el máster también, pero hay veces en las que no se da esa circunstancia, y quiero señalar en este caso al capital humano movido durante unas jornadas. Es por esto que me impresiona mucho que en unas Villarol haya como 20 partidas, porque esto es una buena movilización de recursos que normalmente no ponderamos.

Y volviendo al juégame, esta forma tan mezquina de valorar la actividad en dinero es una forma de señalar el motivo por el que es más fácil comprometerse a meter 5 euros en un patreon que jugar una partida fija al mes. Porque hay que moverse, esforzarse, coordinarse, y aunque sea para hacer algo divertido, cuesta esfuerzo.

Yo no tengo en cuenta estos parámetros a la hora de realizar mi aportación en “Juégame”, ya sea como jugador o como redactor de material liberado. No hay dinero en el mundo que pague ninguno de esos dos conceptos, ni las partidas jugadas ni el material liberado, y esa es, a fin de cuentas, mi opinión y mi reflexión.

Así que me despido con la ilustración de un defecto. ¡No seas mezquino, y juega al rol!



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