Se da la circunstancia de que en el ocio alternativo nos hemos encontrado con una herramienta muy práctica para financiarnos: los crowdfunding, una forma de actuación colectiva que no voy a definir porque seguramente todos los lectores lo conozcan bien.
No obstante sí considero apropiado señalar que aunque todos sabemos cómo funciona, no todos nos ponemos de acuerdo en lo que implica. Yo lo considero como un acto de
petición de ayuda, pero otros lo ven más como una forma de préstamo, mientras que otros entienden que un acto promocional... normalmente en función a la ética o intereses de cada uno.
Estas diferencias en la forma de entender este hecho nos llevan a criterios muy diferentes a la hora de valorar lo que es aceptable y lo que no lo es, pero quizá en esta diferencia haya cierta grandeza que yo, como uno de los actores de este escenario, simplemente no sé entender. Esto no me supone un inconveniente a la hora de escribir este artículo, lo que me conduce directamente a algunas
Advertencias
Advertencia primera: este artículo no pretende exponer una verdad universal, sino simplemente expresar una opinión personal basada en el criterio que establecen los principios de este individuo. Si el lector no coincide con el autor en los principios, mucho menos coincidirá en las conclusiones.
Advertencia segunda: este texto no pretende decirle a nadie cómo debe gastar su dinero. Cada cual es señor y amo de los recursos que duramente ha obtenido siguiendo los preceptos del capitalismo imperante y en la medida que se lo permiten sus estados y empresas.
Advertencia tercera: este texto no esconde ataques a nadie. Los ataques que incluya serán nominativos, y no van acompañados de deseo de daño a los implicados, a los cuales de hecho ya les va bien porque solo voy a hablar de crowdfunding exitosos. No guardo el deseo de enfrentarme públicamente con nadie, ni siquiera con los que he combatido en el pasado.
Advertencia cuarta: este artículo va a ser largo. Probablemente sea mi artículo más largo hasta la fecha. Si tiene pensado comentar en alguna red social o compartir su contenido ruego que lo lea al completo.
Advertencia quinta: el ámbito del artículo es el ocio alternativo, incluyendo rol.
Nota: he esperado a que no hubiera crowdfunding activos para publicar este artículo para no perjudicar a nadie que tenga un proyecto.
Introducción
A lo largo de los últimos meses he pasado por muchas jornadas y he llevado el material de Espada Negra a un buen lugar de ciudades de España, y ocasionalmente he tenido una conversación parecida a la que comparto con los excelentes lectores.
-Hola, ¿conoces Espada negra? -suelo decir a cada persona que desvía los ojos hacia la portada del juego.
-Sí, claro, del crowdfunding y eso -responde el sujeto.
-Ah, ¿y participaste?
-No, no. Es que desconfío de los crowdfunding españoles.
-¿Así, por método? -pregunto yo, no del todo sorprendido.
-No, por método no, es que participé en alguno hace cierto tiempo y salí rebotado.
-Pero nosotros cumplimos con nuestros compromisos, ¿no? Y estaba todo bien claro, y pusimos una buena cantidad de extras. Creo que fue un proceso honesto.
-Sí, claro, pero entonces no lo sabía -mantiene él.
-No, si te comprendo. ¿Quieres echarle un ojo para ver cómo ha quedado?
Tengo este tipo de conversación unas cuantas veces, y si bien algunos pueden estar cortándose por estar yo presente durante la conversación, sigo pensando que hicimos un proyecto honesto en el que quisimos devolver el compromiso a los mecenas. Aún así no lo hicimos todo bien, e intentaré ser auto crítico para no lanzar solo las piedras fuera.
Tengo que decir que yo no participo en demasiados crowdfundings, si bien sí me meto en alguno, pero entiendo la reticencia a participar en ellos incluso teniendo en cuenta los extras desbloqueables, y todo eso. El participante está adelantando su dinero, y eso es algo muy serio y muy jodido que creo que uno debe respetar.
Voy pues, con los demonios de crowdfunding. Aprovecho para citar que muchos proyectos tienen cierta escusa por ser novatos en el asunto (precisamente si no lo fueran quizá no necesitarían un crowdfunding), aunque ¡esto no es escusa!
Aprovecho una vez más para insistir en que no pretendo aleccionar a nadie, ni mucho menos a los autores de los crowdfunding. De hecho en una lectura profunda podría decirse que critico más a las personas que los financian, pero preferiría que no se tomase así, sino como una serie de reflexiones sin ánimo de cambiar nada. Ya cambiaré yo, si eso, para adaptarme a las normas de la sociedad.
Los retrasos
Hay varios tipos de retraso. Están aquellos producidos por un malentendido, los producidos por una planificación lamentable, los producidos por una negligencia, y los producidos por mala intención.
Si bien aquí todos tenemos pecados propios incluido el caso de Espada Negra, el caso más sangrante, reciente y escandaloso parece ser el de HQ 25 aniversario, que va a aparecer varias veces a lo largo de este artículo.
Cuando uno lleva a cabo un proceso de financiación colectiva ha aceptado el dinero de los participantes, y tiene una deuda con ellos que permanecerá incluso después de devolverles aquello que se les prometió, pero si uno no cumple con un periodo razonable... Y vale que algunos no establezcan una fecha de entrega basados en su propia credibilidad (nosotros lo hicimos, pero, ¿es aceptable?), pero uno no puede pasarse.
No creo que haya mucho que decir a este respecto, la verdad. Simplemente no está bien.
Los ataques personales (o profesionales)
Algunos integrantes de proyectos tenemos problemas con otros integrantes de proyectos, y quizá no deberíamos atacar a los responsables de otros proyectos. Bueno, en realidad yo no tengo demasiado claro nada de esto, pero otras personas si me hacen llegar sus quejas.
No sé si tienen razón o no, pero sí creo que lo que estamos haciendo es una obra y un subproducto que se comercializa, y que eso es lo importante, por lo que no debemos atacar a los que se dedican a crear otra cosa.
Esto no significa que personalmente no vaya a defenderme de aquellas agresiones que me hacen sufrir, porque por encima de creador soy persona, y si tengo que quemarlo todo pues lo quemaré todo (en la medida de mis posibilidades), pero también hay que tener algo de cuidado no andar molestando a personas que no tienen nada que ver, y conducir los asuntos que no son públicos por lo privado, que es por donde tienen que estar.
Esto en cualquier caso no es inherente de los procesos de financiación colectiva, sino que lo podemos ver durante nuestro día cotidiano por internet, pero se vuelve especialmente evidente en estos momentos críticos. Por desgracia no parece que esto vaya a cambiar en ningún caso. ¿Mi opinión? No debemos tomarnos tan en serio, especialmente a mí. A fin de cuentas siempre se sacan cosas de los debates.
La no valoración de riesgos
En “kickstarter” se considera una sección obligatoria la valoración de las posibles dificultades en el proceso de financiación colectiva, pero aquí es algo que básicamente ni se menciona.
En una valoración de riesgos deberíamos poner los hitos que quedan para cumplir el proyecto y las dificultades que nos podemos encontrar en él, y que puedan ocasionar retrasos o incluso fallos completos del proyecto, para que el aspirante a financista lo tenga en cuenta.
Pero aquí en España parece que no hace falta hacer nada de eso. Simplemente decimos lo magníficos que somos o ponemos nuestro curriculum, y listo. Bueno, supongo que en cierto sentido poner nuestro nombre, cara y credibilidad da lugar a un criterio de confianza, pero a mí no me parece suficiente porque muchas veces los crowdfundings lo hacen personas o colectivos que no tienen suficiente experiencia, por mucho que hayan estudiado en Oxford.
Quizá simplemente estoy diciendo una chorrada, e incluir esta valoración de riesgos sea una oportunidad hipócrita similar a de los curriculum de
“mi peor cualidad es que me centro demasiado en el trabajo”, pero creo que incluso entonces aportaría algo de información.
Que no sean CF sino publicidad
Hay quien dice que los crowdfunding no son procesos de financiación sino publicitarios. Bueno, yo no voy a negar que en una campaña de crowdfunding no haya, de hecho, una campaña de publicidad, pero no es lo único que hay. No obstante uno puede plantearlo únicamente como una campaña publicitaria o de preventa. Esto se nota por los mínimos irrisorios o inexistentes, pero normalmente mucho más con la actitud paternalista de los participantes. Hay quien directamente lo llama “preventa” y lo orienta como un crowdfunding. Esto en sí no es malo, aunque quizá preferiría que se le llamase por su nombre.
Considero en cualquier caso este como el menor de los males, sin duda.
Que estén orientados a sacar las pelas
Un proyecto destinado a cambiar las pelas es muy evidente porque el material es caro para lo que se estila en el mercado en ese momento.
Esta reflexión me hace torcer el bigote. Por una parte ya sé que en el capitalismo una cosa vale lo que la gente esté dispuesta a pagar (ergo no tengo nada que decir) y por otra los autores estamos “infrapagados”, así que no estaría de más reclamar un poco más para nosotros... pero en cualquier caso no creo que este sea el camino.
Dados de seis caras a seis euros y medios la unidad, manuales en blanco y negro a precios superiores de otros a color, formatos fatal explicados, tapas semiduras y otras lindezas que llevan a cobrar entre cuarenta y cincuenta euros por unidad.
No es oro todo lo que brilla
Una práctica muy común de vendedores, enseñar lo que está bonito y ocultar lo que no mola tanto, o ni siquiera sabemos cómo va a ser. Incluso podemos prometer que va a ser la hostia y quedarnos tan anchos. Es algo que a mí me impresiona mucho, y que me hace pensar.
Hay toda una técnica de embarullar de información y no mencionar los detalles más chungos, para que no se vea dónde está la trampa. Yo creo que un proyecto del tipo financiado por la comunidad debe ser humilde y explicar cómo va a ser todo. Pero está visto que en realidad no es una exigencia.
Merchandising
En mi humilde opinión, un juego de rol es un juego de rol, y lo que debe incluir son cosas útiles, y no camisetas o distintivos. No sé cómo explicarlo: yo estaría encantado de incluir una camiseta en el pack del crowdfunding de Espada Negra (y cobrársela al financista, ya que estamos), y que este haga publicidad cuando va por las jornadas, pero es que esta forma de actuar no me parece bien.
Y anda que no hay material útil para jugar que uno puede sacar a la mínima que tenga un mínimo de inventiva. Pero claro, eso no luce tanto ni es tan visual, ¿verdad?
Esto se combina especialmente bien con los precios elevados, dando lugar a packs increíblemente caros que sorprendentemente funcionan bien.
Y para no ser un cenizo citaré un caso que me parece bien hecho en lugar de uno malo: Ryuutama, del señor Carmona, en el que había cinco metas: una digital, una física, una internacional y dos para tiendas. No daba para pensárselo demasiado.
Cambiar metas
Esta es mi favorita.
De repente los organizadores del crowdfunding se dan cuenta de que pueden ser más generosos y ponen las metas más accesibles cuando se dan cuenta de que no se van a cumplir. Ni voy a decir los nombres de los que han realizado estas prácticas, porque total, es muy evidente.
Vamos, que o una de dos, o habían planificado con el ano, o nos habían timado. Si fuera lo primero sería muy grave, porque implicaría que no habían pedido presupuestos y que lo habían hecho “así con el lapiz sin afilar”, ¿se imaginan sus mercedes qué desastre si luego llegan y no era más barato sino más caro?
El caso contrario es muy gracioso. Ya no estamos hablando de que pongan metas para agradecer a los participantes su inversión en la medida que pueden, sino para fomentar el consumo. Es decir, que ellos esperaban que se iban a alcanzar dichas metas sí o sí, pero luego se han encontrado con que habían tenido un
exceso de optimismo, así que las rebajan porque
“las vamos a poner de todas formas, y quedamos fantásticamente por una parte, y seguimos fomentando el consumo por otra”.
Y esto funciona, lo cual es toda una lección para los ignorantes como yo.
Metas inalcanzables
La variante optimista de Fading Suns: Si llegamos a 33.000 euros vamos a entregar además el manual del director del juego. A mí me parece algo directamente hilarante, ¿alguien pensó que pudiera llegar a cumplirse?
No creo que esta práctica vaya a volverse común, pero podríamos ver cosas tan curiosas como “si llegamos a 100.000 euros publico más libros”, “si llegamos a un millón mando uno adicional a cada mecenas”, o “si llegamos a diez millones mando
DOS adicionales a los mecenas”. Eso sí que es generosidad.
Llenar de SPAM
Esta técnica consiste en enviar cada día un recordatorio de que nuestro crowdfunding existe, hasta que ya se ha apestado a todo el mundo, y después continuar. Y ojo, que a mí me da igual como consumidor porque tengo una capacidad muy rápida de pasar o incluso bloquear, pero luego llegan las protestas de que “todos los crowdfunding generan SPAM”. Pues no todos por igual, ¿eh?
¿Tan difícil es contar alguna cosa nueva de vez en cuando? Somos creadores de rol, podemos poner una aventurilla, algún avance. Y tampoco hace falta decir cada mañana: “Eh, ¿me habéis pagado ya, cabronazos?”, se puede hacer cada tres días, que quien no vaya a pasar por caja no va a recapacitar por haberlo visto todos los días en todos los grupos y redes.
Desaparecer al recaudar
Una curiosidad de muchos promotores de crowdfunding es que odian las redes sociales. Lo digo en serio. Y claro, las utilizan a todo trapo con una notable habilidad, y cuando acaba se piran a otro lado, y no hay quien pueda ni localizarlos. Y pongále un galgo a que le cuenten a uno cómo va el tema. ¿Alguien ha dicho “Hero Quest”? Bueno, no serán los únicos.
La política de comunicación es algo muy importante, y curiosamente uno oye que en HQ fue muy mala, pero no oye que la de Walküre fue excelente a no ser que pregunte.
Llenar de SPAM y luego desaparecer tras recaudar
Lo menciono, porque en ocasiones va asociado. Entonces, ¿qué es lo que quiere esta gente?
Mentir
No me refiero a decir una falsedad a sabiendas de que lo es, que sería la definición más clásica, sino a las formas de engaño más sutiles.
- No decir las cualidades del producto, sino incluir la mejoría como extra desbloqueable.
- Decir constantemente que la obra se puede consultar, cuando no se puede.
- Ensalzarse a uno mismo mencionando sus virtudes, y uso constante de calificativos positivos (técnica de redes sociales, por cierto).
- Sobrecargar de información intrascendente (y ya de paso poner en negrita los calificativos anteriormente mencionados).
- Presentar cuentas no comprobables, que en realidad es lo mismo que no presentar nada.
Usar el trabajo de otros
Parece increíble que haya que mencionar esto, pero en fin, lo cierto es que ocurre. ¿Tan necesaria era una edición aniversario que no guarda ninguna relación con ninguno de sus autores originales? ¿Es que no hay otros juegos chulos de ese tipo? ¿De verdad que es lícito aprovechar el tirón de “tal serie de televisión” para dar empuje a un crowdfunding? ¿Citar referentes culturales?
Sé que esto es especialmente aplicable a todo, pero es que me parece sorprenden que algunas cosas se financien. Como digo, yo tengo mucho que aprender.
Fomentar la camarilla
Ya me he metido con creadores y consumidores, toca los medios.
Algún que otro rolero tiene montado su chiringuito y es la puerta a que miles de personas conozcan su trabajo, y entonces hay que andar detrás de ellos porque... ¡son los medios de comunicación! Cuando yo participé en el crowdfunding de Espada Negra no me faltó ayuda, pero me consta que cuando otros que lo han hecho, no han recibido tanto apoyo. Las camarillas y el amiguismo no son exclusivos de los crowdfunding, pero en estos momentos delicados se dejan ver en toda su grandeza.
Y no solo se trata de los canales de youtube, claro. ¿Cómo compite uno con un crowdfunding cuya editorial es una parte de la propia plataforma de crowdfunding? Claro, en el mundo civil no hay incompatibilidades.
Suplicar y crear sensación de culpa
¿Qué es lo que tengo que hacer para que paguéis, hacer un striptease? Ya se ha borrado este texto, así que formalmente no tiene autor. ¡Yupi!
Es una putada que un proyecto no salga adelante, pero es lo que hay, y no lo digo desde la chulería porque podría haberle pasado a Espada Negra o pasarle en un proyecto futuro (lo ve como algo totalmente probable a fecha de hoy), pero cuando se pierde se pierde, y hay quien se pone a culpar a su editor, al financista, a la plataforma, y a todo el mundo menos a sí mismo.
Otra variante de lo mismo son los listados de motivos por los que
“debéis poner en mi crowdfunding y no en el de al lado”. ¿En serio estas cosas se pueden hacer?
Repetir el crowdfunding con menos dinero
¿No le sale el crowdfunding? Pues diga que no necesitaba tanto dinero, y repítalo con menos dinero, que nosotros incluso borramos el fracaso original para que no haya huella y quede todo bonito y bien. ¡Aquí solo hay éxito!
Esto me recuerda a la historia de recolocar las metas. ¿Pero cómo es posible que esto se haga, y valga sin más?
Entregas selectivas
Esta ya es una falta de respeto de la leche. Consiste en que el financiado envíe el resultado a la distribuidora antes que a los participantes (particulares y tiendas). Sí, esto ocurre.
Por si alguien se ha perdido, lo que significa es que el material lo tienen antes las tiendas no mecenas que las tiendas mecenas, y que los compradores que no han participado en el crowdfunding tienen antes el juego que los que no participaron.
¿Y dónde queda el respeto? ¿Dónde queda el honor?
Despedida y cierre
La experiencia me ha enseñado que los estándares morales son subjetivos, y que debo conocer mis limitaciones y permanecer en mi sitio de mierda. En este sentido recuerdo a los lectores que este es un artículo de
OPINIÓN, y que por lo tanto:
- Es personal y particular y no extensible a los creadores de Espada Negra en general.
- No tiene en ningún caso la intención de aleccionar a la poderosa prensa ni mucho menos a los financistas.
- No pretende señalar en absoluto el camino a seguir a autores o editoriales.
- No pretende enseñar nada a nadie, solo reflexionar en voz alta. Seguramente todos los lectores puedan corregirme en mis múltiples errores y les agradeceré que lo hagan.
- Me encanta el crowdfunding y todo lo que implica.
- Respeto a todos los creadores de juegos de rol y similares, y no les deseo daño alguno. Esto incluye entre otros a los creadores y editores de Fading Suns, Ryuutama, Puerta de Ishtar, Ablaneda, Walhalla, Fading Suns, Savage Wolrds, cosas en aniversario (Vampiro, Hombre Lobo, Heroquest), Akuma, Jernhest, Nexus, Walkure, y otros que no recordaré. A todos ellos les deseo que consigan sus sueños y que doten a los jugadores de magnífico material con el que organizar increíbles partidas.
- Me pongo a disposición de todo el mundo en la medida de mis capacidades, especialmente la de obtener agua en variedad de circunstancias.
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