Como quizá sepan algunos lectores, durante los últimos años me reaficioné a Warhammer 40.000 por motivos diversos. No obstante en 2020 no he podido jugar muchas partidas debido a la situación de pandemia global que tantos problemas causa a la humanidad.
No obstante sí que he tenido ocasión de jugar un total de tres partidas con humanos infantes de corta edad con resultados muy positivos, tanto en la diversión de todas las partes como en el aspecto educativo. He aquí un pequeño informe de los hechos que voy a redactar con orden cronológico para que los estimados lectores se suman en el proceso de una forma inmersiva.
Comencé semanas atrás regalando a algunos de los infantes miniaturas de marines espaciales montadas y pintadas. Sé que quizá no son bastante mayores, pero entre un desarrollo precoz en algunas competencias y la supervisión de sus tutores, me sentí convencido de que era el momento. Además, ya empiezan a recibir presión de la gran franquicia de disney, la guerra de las estrellas esa, así que pensé que cuanto antes desarrollaran la influencia del emporah, mejor.
Como vi que desarrollaban interés por este asunto, finalmente preparé un día para que pudieran disfrutarlo en el explendor que este tipo de afición requiere. Hablo de una escenografía adecuada, tiempo suficiente para jugar sin presiones, conocimiento de las reglas… sabía que podía fallar por un montón de cosas, así que lo preparé con cuidado.
La escenografía no era en sí un gran problema porque cuento con el pecio espacial. No es que sea el decorador más espectacular de cuantos he visto, pero es muy práctico porque todo él es modular y está imantado, así que podíamos sumar la diversión de crear el campo de batalla, y a los infantes les encanan los imanes.
Sabía que sería necesario que hubiera otras actividades por si alguno de los infantes se aburría y lo dejaba a medias. Había otros adultos en el lugar, así que yo solo tendría que centrarme en la actividad en cuestión.
La cuestión de las reglas era un poco más peliaguda. No podía plantear todo el reglamento de Warhammer 40.000, porque si ni siquiera es apto para muchos adultos, mucho menos para los tiernos infantes, así que tuve que hacer una adaptación (casi un nuevo juego) que conservara el sentir propio de cada unidad y cada arma, además del “grimdark” que debe respirarse en cada partida, y que fuea lo bastante simple como para que lo entendieran, pero lo bastante complejo como para que tuvieran que practicar sus habilidades matemáticas.
En fin, soy creador de juegos. Podía con ello.
El funcionamiento sobre el terreno fue un éxito relativo. El niño más pequeño, de cuatro años, no lle&501;o ni siquiera a jugar un turno, aparentemente molesto con la toma de decisiones y la dificultad de ejecución en la fase de movimiento. Los otros dos, de cinco y seis años, disfrutaron como una cuadrilla de enanos y están deseando volver a combatir a las fuerzas de nurgle.
Creo que las conductas que observé fueron, en general, muy positivas, y que redundaron en aprendizajes en múltiples campos, que señalo en las siguientes apreciaciones.
La fase de movimiento, aunque resulta un poco lenta, desarrolla las habilidades motrices y la percepción estratégica en un entorno tridimensional. Los jugadores tienen que manejar una regla de medir, saber cuando pueden mover sus miniaturas y desplazarlas por el campo de batalla conforme a un orden reglado. Las mejoras son perceptibles de un día para otro.
El sistema de dados numéricos SIMPLES implica esfuerzo y desarrollo de las habilidades lógicas. Por ejemplo: un rifle bolter puede hacer un disparo que hace daño a 4+ a una distancia no superior a 24 pulgadas, pero si es a una distancia inferior a 12 pulgadas entonces hace dos disparos (se tiran dos dados). En general dejo que los jugadores comuniquen el número de impactos y gestionen todos los recursos de los que se vayan viendo capaces.
En sí las cuentas no son difíciles, pero sí son continuadas, así que se ven obligados a tomar familiaridad con los números.
Según van jugando partidas, complico el reto estratégico al que se enfrentan. En general se pueden resolver, pero no son tan simples como para que se cumplan con cualquier estrategia. Uno de los jugadores tiende a avanzar todo lo que puede para eliminar a todos los enemigos, mientras que otro en general es exageradamente conservador y prefiere no moverse hasta que no está seguro de que el camino es seguro.
Aunque intento no dar pistas sobre la estrategia a utilizar, en esta primera fase no son apenas originales y no ven las posibilidades del terreno de cara a cumplir la misión que se les encomienda. En mi opinión este podría ser el aprendizaje más importante del juego, y tengo que decir que percibo carencias en comparación con, por ejemplo, las habilidades matemáticas. Creo que si no pierden la costumbre acabarán por desarrollar buenas habilidades para el pensamiento paralelo y la solución de problemas.
Aunque los jugadores se enfrentan a un enemigo común (las fuerzas de nurgle) lo hacen de forma separada. A mediados de la primera partida me preguntaron si estaban aliados, y les respondí que yo no imponía nada: podían aliarse, podían dispararse entre ellos o lo que quisieran. La cuestión era muy relevante porque la victoria se alcanzaba por recogida de objetivos diseminados por el terreno.
Sin decirles más, ambos jugadores negociaron un pacto de no agresión. Desde luego no lo llamaron así, pero cumplía con sus características: yo no te disparo, tú no me disparas, y el que coga los objetivos primero, se los lleva.
En principio esta negociciación beneficiaba al jugador agresivo (y él lo sabía), pero si excesiva diseminación le llevó a perder un marine (a manos de las fuerzas de nurgle) y al objetivo que ya había recogido. El jugador conservador se aventajó de esta circunstancia y forzó, por lo tanto, un razonable empate.
De esta situación se derivó uno de los acontecimientos más dramáticos de la sesión; el jugador conservador había sacado buen partido de la misión, tenía sus objetivos y no había sufrido bajas. El jugador agresivo tenía sus objetivos, pero tenía que tirar un dado para conocer la fortuna de los marines heridos, y para su desgracia uno falleció por sus heridas. Esto llevó a que el citado jugador llorara por la pérdida.
Hay que entender que este juego había sido muy sorprendente e inmersivo para él, así que las emociones profundas eran una consecuencia lógica. Ya saben lo que se dice de la mesa y del juego, que se conoce la verdadera naturaleza de cada uno porque salen nuestras emociones más sinceras. Si yo como adulto puedo frustrarme si me sale muy mal una partida que llevo una semana esperando, no me puedo imaginar como se siente un humano tan joven.
¿Cómo explicar lo que significa la pérdida de un hermano marine en nombre del emperador? Es algo que simplemente tienes que aprender entre misión y misión, y que no se puede explicar con palabras. Bueno, por lo visto dos madres que había por el lugar sí que saben hacerlo, porque vistas las lágrimas del infante, se precipitaron sobre la mesa a explicarle que era un juego y que no tenía importancia.
No sé si le convenció la explicación. Se fue un rato a pensar, y retornó con fuerzas deseando afrontar la siguiente misión.
Un aspecto que tengo que citar es que les encantó el terreno de juego. Desde una foto lejana quizá no brille mucho, pero cuando uno se agacha a ver las miniaturas en él, o las desplaza en busca de los secretos espaciales, es una pasada. Estoy especialmente satisfecho, me llevó muchas horas de montaje, imantado y pintado entre otras tareas, además de una inversión económica para nada trivial, pero si es llamativo incluso cuando se juega en una tienda entre aficionados, pues también para mis pequeños amigos.
Otro aspecto interesante es que los puntos que obtienen en sus partidas les sirven para “adquirir” otros marines espaciales. Esto es muy interesante porque así los regalos que obtienen están relacionados con lo que juegan en sus partidas. Eso sí, van desarrollando criterio y me toca pintar para ellos en lugar de para mí. A ver cuándo pueden coger los pinceles...
Hemos podido jugar más. No todo lo que yo desearía, pero sin duda están deseosos de ahondar en este tipo de experiencia.
Vi muchos aspectos positivos. Alguno negativo, como el gran periodo de preparación y la constante atención, pero incluso viéndolo así, la balanza es positiva.
Creo que si me tengo que quedar con un factor positivo de todo esto es que están pensando en rifles bolter, marines espaciales y la gloria del primarca, en lugar de anaquin caminacielos conducevainas, el senador palpitonos y el halcón ese centenario. Creo que es el camino hacia el ocio inteligente y el desarrollo del sentido crítico y científico.
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