Quizá algunas personas que hayan leído que el Ollvaror Caves pasa a beta semiabierta se hagan algunas preguntas como “¿qué clase de juego es?”, “¿qué cabe esperar?”, “¿me interesa apuntarme?” Este artículo pretende explicar cómo es el primer videojuego público de Espada Negra en estos momentos, desde el punto de vista de una persona que no tenga apenas idea de estos asuntos.
Si hay un género en el que el Ollvaror Caves encaje es el de los metroidvania, lo que ya es un problema porque no hay una definición colegiada de este término. Yo diría que las características comunes son (1) entorno bidimensional de plataformas, (2) énfasis en la exploración (3) no lineal con (4) intervención de elementos que se recogen en puntos concretos del mapeado, y opcionalmente (5) mecánicas de progreso de personajes normalmente propias de los RPG. Si hay que ahondar un poco más, se centra más en el cuerpo a cuerpo más propio de los castlevania y menos de los metroid.
Ahora bien, el Ollvaror Caves no explora tanto una única historia y el mundo centrado en dicha historia, sino que es un juego completamente multijugador en el que normalmente afrontaremos los retos en compañía de otras personas. Y lo hace de una forma muy amplia para que tengamos muchas formas de afrontar cada problema. La primera vez que nos hagamos un personaje esclavo seremos conscientes de una porción muy pequeña de estas posibilidades, pero si conseguimos avanzar iremos entendiendo más formas de interactuar con las montañas Ollvaror.
Creo que lo más complejo de explicar de todo esto es que no es únicamente un juego, sino que potencialmente es algo más: un entorno federado en el que interactuan jugadores con servidores y con creadores de contenido. Dentro de esta filosofía diferentes creadores de contenido pueden hacer pantallas que se despliegan en uno o varios servidores, y los personajes de los jugadores progresarán de forma conjunta en todos ellos. Otro día ahondaré en este concepto porque es bastante largo de explicar.
En un entorno tan abierto como este que menciono no hay una única historia, sino que hay todas las que los creadores de contenido quieran. Ya hay disponibles un par de ellas en el momento actual, pero no hay que esperar una gran narrativa que otros juegos sí tienen, sino más bien una exploración de lo que es la vida de un esclavo Ollvaror, y por supuesto de la idiosincrasia del entorno narrativo del mundo de Espada Negra que algunos ya conocen por el juego de rol o las novelas.
Tal y como yo lo veo, habrá muchas personas que no lleguen a vivir esa sensación demasiado tiempo, porque el juego te castiga: te haces un personaje, cometes un error, se muere, te haces otro, se te muere también… y una vez muertos están bastante muertos.
Esto no significa que sea un juego forzosamente difícil, y de hecho a mí no me lo parece. Exige coger el ritmo, adquirir unas sanas costumbres de supervivencia, y preferentemente jugar en equipo. Lo que sí es, es definitivo: las acciones no tienen marcha atrás, no hay checkpoints ni forma de cargar la partida. Lo que ocurre ha ocurrido y está grabado.
Quizá algunos veteranos del juego de rol vean que algunos elementos han sobrevivido intactos en este juego informatizado. Cuando nos hagamos nuestro personaje utilizaremos el mismo sistema de atributos del que estamos tan convencidos, y que darán lugar a un individuo bastante único. Prácticamente todas las variables del juego están influenciadas por los atributos de nuestro personaje y los de sus enemigos, que se rigen por las mismas normativas. Ellos también juegan “hardcore”, y como digo, con las mismas leyes.
No puedo cerrar esta breve introducción sin mencionar que algunos de los servidores instancian las partidas -empiezan y acaban con las acciones de los jugadores-, mientras que otras son persistentes y funcionan más como un mundo del que se puede entrar y salir y con el que hay que interactuar.
Hay muchas formas en las que todos estos conceptos interactuan entre sí, pero no es fácil ni rápido de contar. La forma de descubrirlo es hacerse una cuenta y vivir un tiempo como un esclavo Ollvaror.
Entradas similares: