Durante estos días el pensamiento de moda entre los roleros es, sin duda, el cierre de G+. Para el que no lo sepa, se ha producido una avalancha descomunal hacia la red social también privada mewe (migüi en lo sucesivo), una que para mí tiene importantes defectos que no son el foco de este artículo que ya llevaba meditando un tiempo.
Estaba yo dando un paseo por otra red social de carácter general que me gusta aún menos, cuando encontré un mensaje muy crítico -alguno diría que incluso ofensivo- con el círculo y ambiente de roleros de G+, tachándolo de innecesariamente exclusivo, de elitista y de alguna cosa más. Para mí no tiene del todo sentido, pues yo he visto a todo tipo de personas en dicha red, pero hay que reconocer que es diferente la persona que siente la necesidad de algo… cómo decirlo, ¿diferente a las redes mainstream?
Aproximadamente en el mismo periodo -quizá un poco antes- me llegó que un canal de carácter generalista está preparando un reportaje sobre “El crimen del rol”, y también se produjeron respuestas enfadadas e incluso alguien escribió un comunicado -bastante educado- para dirigirse a la cadena, de cara a que tuvieran en cuenta la realidad con la que dicho sujeto pretendía iluminar a los poco interesados reporteros.
Estos dos hechos aparentemente separados para mí esconden un factor común, y es que el acto de jugar al rol es algo íntimo, y su ejercicio no es mainstream ni seguramente lo vaya a ser en muchísimo tiempo.
No paro de ver esfuerzos por hacer jornadas generalistas que pretenden aglutinar a todos los públicos, pero a cuantas más acudo -y sigo yendo a muchas-, más convencido estoy de que el público generalista solo atiende a las actividades familiares y a los juegos de mesa, y el rol queda, o bien escondido, o bien reconocido como una actividad elevada a la que no todo el mundo va a poder participar.
Algunas personas argumentan que los juegos de rol de hecho han dado un salto al inconsciente colectivo mediante los videojuegos, que ya introducen “RPG elements” que sin duda nos recuerdan a los juegos de rol. Esto es cierto, y hasta en los videojuegos más mainstream podemos ver estos elementos de construcción y progreso de personaje que no recuerdan, sin duda, a esta afición que tanto nos gusta. Pero más allá de algunas excepciones notables, lo cierto es que estos videojuegos no tienen ninguna similitud adicional con la actividad de jugar al rol propiamente dicha. Y esto es para mí otro claro signo de que el rol es una actividad minoritaria. Dicho de otra forma, el entorno mainstream de los videojuegos cogió lo que le interesaba de los juegos de rol, y nos escupió el resto.
Por supuesto, hay una gran cantidad de visionarios que dedican su esfuerzo a hacer de esta afición más accesible y llevan a cabo encomiables esfuerzos que, pese a ser dignos de todo el respeto, en mi opinión son bastante ineficientes. Y ojo, que con que consigan un solo jugador ya me parecen más que interesantes, pero desde luego si su intención es que el rol sea una actividad mayoritaria, creo que van a fracasar.
Y no es que piense que el jugar al rol vaya a menos. Nuevas generaciones se interesan por esta actividad como los primeros jugadores lo hacían hace ya cosa de cuarenta años o como yo mismo lo hice hace más de viente. Simplemente opino que sigue siendo minoritario, y siempre lo será. Y no solo eso, sino que le sienta bien.
Ahora muchos roleros de los que estaban en G+ han decidido pasar a migüi. Bueno, es un plato que me resulta un poco amargo, pero la verdad es que sí que tengo que reconocerle algo que me parece tremendamente positivo, y es que avanza en esa dirección de intimidad, de esa afición cercana y bella de la que hablábamos los cuatro amigos del instituto mientras el resto estaban más preocupados por la ropa, el fútbol o la discoteca. Esta red que es casi privada exige un esfuerzo como el propio rol lo exige, y lo mantiene cercano, pequeño e independiente.
Y como decía antes, creo que a esto del rol le sienta bien ser independiente. Y no lo digo particularmente por Espada Negra, que haya podido tener su mayor o menos expresión en este entorno, sino porque en general no querría ver este sector -arte para mí- conquistado por las coca colas, los amazon, los netflix y las universal. No querría que grandísimas empresas -aunque ya tenemos alguna de cierto tamaño- gobernaran sobre las directrices de consumo, uso y creación.
Creo que migüi, como red social absolutamente minoritaria le vendrá bien a los jugadores y creadores independientes, por lo menos hasta el día que cambie o la cierren. Creo que tiene importantes defectos primordiales, pero esta característica que digo me parece positiva, y creo que de alguna forma será significado del nexo común de muchos de los que compartirán –y pelearán–, y que serán, sin duda, insultados por algunos usuarios de feisbuc o tuitar.
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