Hace unos días leí una
traducción artículo que trataba sobre consejos para ser un buen jugador de rol que pretendían ser absolutos pero muy claramente estaban orientados a un estilo dirigista, con cosas como “no ataques a los personajes de otros jugadores” (cosa perfectamente aceptable en otros estilos), “no ataques a otros jugadores” (sin duda no se debe pegar a las personas, es un acto punible legalmente), “no permitas comportamientos sexuales en los personajes”, y algunas otras.
Es como si yo dijera que voy a dar unos consejos para hacer BUENA música. Así en general. Y empiezo diciendo que eso de las guitarras eléctricas nada, que solo orquestas, y las voces tampoco, y nada que dure menos de doce minutos por favor, y de nombre cosas como “Allegreto en do menor”. Bueno, quizá esté muy bien para hacer música académica, pero no se aplica precisamente bien de cara a hacer una canción de rock.
Quizá otro día proponga consejos para ser un jugador de rol objetivo, pero como hoy estoy centrado en este tipo de pensamientos de personas que parecen creer que su estilo de jugar al rol es el único… pues allá voy.
1. No hagas caso de listas de consejos para ser un jugador de rol.
En serio, ten tu personalidad y sigue lo que la lógica te dicte. Esto de jugar al rol es un acto muy natural, y en tu grupo habrá gente que tendrá sus propias ideas, y tú desarrollarás las tuyas propias. Es fácil, así que en serio, pasa de todas estas listas. Sí, pasa de esta también. No te hace falta.
2. Sé una persona humana.
Y no me refiero al personaje. O sea, todo lo que normalmente se aplique a un grupo de relaciones sociales se aplica a un juego de rol. Por ejemplo, si no sabes algo, pregunta a tus compañeros, y si algo no te gusta, di que no te gusta o márchate. Si sientes que has hecho sentir incómodo a alguien, háblalo tranquilamente, y si después de hablarlo te parece que tienes razón, pues defiéndelo a tu forma.
3. Ten modales de persona humana.
Como en cualquier actividad humana, cuanto más fluida es la relación entre los participantes, mucho mejor concluirá todo. Por lo tanto es positivo llegar a la hora convocada, llevar las provisiones necesarias para sobrevivir el tiempo convenido, estar centrado en el asunto, y todo ese tipo de cosas que son comunes en las actividades humanas.
No obstante ciertos grupos con mucha amistad pueden prescindir de algunas de estas normas simplemente porque son así. Si en tu grupo existe la costumbre de que cada cual llega cuando quiere y los que llegan antes están todo a gusto jugando a un juego de mesa, o viendo vídeos, pues no hace falta que te esfuerces especialmente. Como en cualquier actividad social.
4. Pon de tu parte.
Pongamos por caso que eres el tipo más experto de los sistemas y que ya vienes de casa con la ficha hecha. Quizá quieras ayudar a otro jugador que no lo tiene tan claro. A fin de cuentas todos destacamos en algunas cosas y flaqueamos en otros.
En el otra dirección, quizá seas la hostia haciendo la historia de tu personaje pero un desastre con los números. En ese caso a lo mejor quieres escribir un relato que involucre a varios personajes (con el consentimiento de todos los personajes).
O quizá simplemente tu sueldo es absurdamente elevado con respecto a los que anden algo apurados. En ese caso puedes ser todo majo con la gente y llevar bebercio y comercio para todos.
5. Haz lo que puedas por aprender
No se trata de ser una persona humilde “yo solo sé que no se nada” ni de tener una falsa modestia. Seas un novato o el veterano más resabido, siempre hay lugar para la mejora, y esto se aplica, creo, para todo en la vida. Así que sea como sea, aprende siempre que puedas para tener aún más experiencia.
6. Disfruta al máximo y dosifícate lo necesario
El rol es una gran actividad, así que siempre que tengas tiempo libre y encuentres gente con la que jugar, ¿por qué no hacerlo? A fin de cuentas es una actividad que requiere tanta coordinación que rara es la persona que tenga una adicción como se pueda tener a los videojuegos o al sexo.
No obstante, si te pasas todo el día en la partida o en la tienda, o estás todo el rato pegado a las redes, quizá sí tengas un problema, y quizá sea cierto eso que dicen de que todo en exceso es malo, y que hay que ser cuidadoso en la dosis.
7. Trae más gente. O no, vamos.
Hay quien tiene el pensamiento de que todo el mundo sería un potencial jugador de rol… o quizá eso sea un sesgo cognitivo enorme. Si quieres invitar a alguien a tu partida, háblalo con el resto de jugadores y sugiéreselo al candidato, pero tampoco seas un pesado. Bueno, como en cualquier relación social, la verdad.
8. Si tienes una mala experiencia, no desistas. No a la primera.
Hay muchos estilos diferentes de jugar al rol (dirigista, objetivo, narrativo, experimental…), y dentro de cada una, también se juega diferente en cada mesa. Quizá descubras genios de los sistemas que son unos pesados, expertos narradores que solo quieren escucharse a sí mismos, o quizá caigas en las compañías de gente fenomenal, pero si no es el caso, siempre puedes darles otra oportunidad o buscar otro grupo.
9. Una vez más, no hagas caso de listados de consejos.
Supongo que si has llegado hasta aquí es porque ya has visto el rollo. Jugar al rol es una actividad de ocio más que es tan amplia que dar consejos particulares puede ser bastante limitado. Disfruta de la experiencia, y llévalo a tu estilo.
Mañana pondré otros consejos no tan universales, sino sobre ser un jugador de estilo objetivo.
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