La experiencia dentro de la plataforma “
juégame” tiene un valor en sí mismo como bitácora de partidas al que yo no conozco equivalente. En esta herramienta compartimos nuestra experiencia y nos hacemos conscientes de perspectivas muy diferentes a la nuestra habitual.
El caso que quiero señalar hoy es el citado en la entrada “
Lluvia de Medianoche” que se jugó en las jornadas Level Up en León, a las que tristemente no pude acudir, pero en las que sí hubo la citada partida cuya breve crónica vinculada recomiendo leer.
He tenido la ocasión de hablar personalmente con su autor con posterioridad (lo considero un amigo, pese a la distancia) y me ha compartido de una forma más explícita su experiencia, entrando en detalles que si bien no voy a mencionar directamente, si me ayudan a dibujar una imagen más concreta de lo que quiero expresar.
La mayor parte de los que hemos jugado a Espada Negra lo hemos hecho partiendo de la experiencia física, y luego ya si eso hemos tenido alguna experiencia digital. Creo que prácticamente todos los que hemos obrado de esta forma coincidimos en que llevar este juego de rol a las videoconferencias empeora mucho la experiencia.
En el citado caso, el jugador prácticamente cita que su sensación es la de estar jugando a otro juego, que las cosas que se hacían complicadas en internet se hacían triviales en la mesa, y que la estrategia subyacente ayudaba a sentir una profunda inmersión.
Toda esta información para mí no es muy sorprendente, pero sí resulta valiosa. Nosotros hemos jugado mucho rol de mesa con Espada Negra, y también hemos visto a muchas otras personas jugar sin nuestra intervención, y estamos totalmente convencidos de su potencial. De la misma forma no hemos quedado del todo convencidos con el uso digital, punto de vista que viene a confirmarse gracias a la perspectiva objeto de este artículo.
Hay quien diría que una experiencia no es bastante como para extraer conocimiento, que podemos caer en un importante sesgo cognitivo, pero no es nada que no intuyéramos, y que en cualquier caso nos permite buscar causas o incluso argumentaciones a tener en cuenta para futuras publicaciones.
En primer lugar me parece trascendente señalar que esto no pasa con todos los juegos, sino que algunos sí que dan una experiencia similar en ambos entornos. Cabría preguntarse entonces si simplemente Espada Negra está mal hecho. Yo creo que no es el caso, y defiendo que precisamente el sistema tiene una profundidad que demanda de ciertos elementos visuales que no se reproducen adecuadamente en el medio digital, pero que esta característica crea una experiencia especial que no debe despreciarse.
En este sentido, desde mi punto de vista, hay que reconocer dos cosas: la primera, que Espada Negra se diseñó así, con esa intencionalidad, pero que cuando se pensó en ello, no se tuvo en cuenta en absoluto el juego por videoconferencia, y no porque no lo conociéramos, sino simplemente porque no lo practicábamos, ni entraba dentro de nuestros gustos.
En este sentido yo lo veo un poco como la diferencia del rol de mesa con el rol por foro o con el rol en vivo. Estos medios tienen cada cual su propia idiosincrasia lógica que hace que unos sistemas sean apropiados y otros no: uno nunca querría un sistema con dados en los roles en vivo, porque no tiene superficie en los que tirarlos, y normalmente nadie quiere sistema en el rol por foro porque… bueno, por muchos motivos.
Seguramente haya muchas más formas de juego de rol que no conozco o que incluso aún no existan, pero sí creo que si los elementos de cada uno no se aprovechan de una forma explícita, entonces se pierde parte de la experiencia. Dicho de otra forma, creo que si un juego se juega igual de bien en todos los medios, entonces es que está aceptando las limitaciones de todos ellos, y la experiencia que va a proporcionar va a ser más bien limitada.
Siguiendo con este razonamiento, creo que si quisiésemos una experiencia de rol en vivo de Espada Negra, buscaríamos otra reglamentación que aprovechara sus características, y que obraríamos de la misma forma para conseguir una experiencia plena en partidas por videoconferencia.
Tengo la sensación de que se puede avanzar en dos direcciones diferentes de cara a dar una experiencia óptima de este tipo. Una sería fomentar una sencillez que garantizara el flujo de la narración, y la otra sería precisamente delegar las estructuras complejas en recursos informáticos que la partida usara forzosamente. Esta forma de verlo se basa en la lógica imperante de que una persona que utilice una herramienta de conferencia podrá a su vez acceder a estos recursos que habría que programar.
Supongo que de alguna forma esto plantea una cuestión de cara a los respetados lectores. ¿Cómo querrías vivir esta experiencia? Se me ocurren cuatro grupos de respuesta:
- Yo paso, prefiero limitarme a jugar en mesa.
- En realidad quiero usar el mismo sistema y ya está.
- Me gustaría una edición simplificada que poder jugar con facilidad.
- Me convence jugar con una aplicación que gestionara los cálculos.
Y supongo que por ahora esto es todo por el momento. Quedo, pues, a disposición de los lectores una vez más, y evidentemente a la espera de sus comentarios.
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