Hermanos Juramentados de la Espada Negra
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Ser un hermano cada día
12-11-2016 13:11
Por Verion
La hermandad de la Espada Negra es más grande que el año pasado, y el año pasado fue más grande que el anterior. Vamos creciendo, y eso también hace que seamos más conocidos, pero a la vez dispara rumores de todo tipo. No sé de dónde salen, aunque supongo que es algo natural, uno de esos axiomas de la condición humana, o quizá de la sociedad imperante.
Con cierta frecuencia alguna alguien nos pregunta, entonces, “¿qué tengo que hacer para ser hermano?”. Normalmente se diría que están pensando en que se les va a exigir realizar un acto de entrega o algo así, de forma que se suele producir cierta sorpresa cuando se responde que simplemente tienen que quererlo, conociendo y respetando los principios de este colectivo, y superar una votación de los miembros presentes.
La siguiente pregunta más frecuente suele ser, “¿qué compromiso tengo que tener?”. Supongo que es normal pensar en esto porque la hermandad es el grupo creativo del que nació el juego de rol de Espada Negra y otras tantas cosas, pero de nuevo la respuesta suele dejar perplejo. En realidad no se exige ningún tipo de compromiso, eso va por dentro. Está claro que hay diversos grupos de trabajo que deciden voluntariamente aceptar alguna de las muchas tareas que hay que realizar, pero esta es una actividad que no está forzosamente ligada al hecho de ser hermano. Dicho de otra forma, el acto de hermanarse solo implica aceptar sus principios y establecerlos como un punto de reflexión personal. Y la verdad es que eso es todo, y no es poco; nuestros principios van a echar para atrás a muchas personas, y eso es positivo.
En el día a día la hermandad se comunica consigo misma mediante unos cuantos grupos de telegram. Hay algunos grupos de trabajo, pero los más grandes son el de “Organización creativa y partidas”, y el “Off topic”, en el que caben todo tipo de asuntos. A mí no me parece la forma de comunicación más funcional, pues si bien es ágil, tiende a una gran acumulación de mensajes que puede ser cansada de leer.
Pero ni siquiera esta forma de estructurar la información es la que define al hermano. No en vano más de uno no está en estos grupos por diversos motivos, y esto no significa que sea menos hermano que los demás. Podríamos llamarlos los hermanos silentes, y son los que llevan su reflexión de forma individual.
Evidentemente de vez en cuando hablo con hermanos silentes, y nos ponemos al día no solo de nuestras situaciones personales y de los últimos eventos ocurridos, sino también de los puntos de vista de reflexiones sobre los juramentos que hayan podido surgir bien espontáneamente o como una respuesta a otro hecho.
En este sentido sí creo que la hermandad ha supuesto cierto hito para sus miembros, y es el de plantear esta serie de principios que pueden ser una respuesta a desagradables hábitos ocurridos en el seno de la cultura en la que nos movemos.
Quiero pensar que también se produce una sensación de… bueno, de amistad. El saber que se comparten unos principios puede sentar una base de comprensión que en mi caso ha dado lugar a muy hermosas relaciones. Creo que esta comprensión despierta en sí una lealtad que hace que el grupo sea bastante cohesionado.
Esto no significa que no hayamos tenido bajas, si bien siempre han sido voluntarias. Nunca se ha echado a nadie, sino que algunos miembros se han retirado por los motivos que consideraran en cada momento. Y hasta donde yo entiendo, esto no se ha producido por divergencias con una corriente principal que no existe… pues vaya si no somos personas diferentes.
Creo que los miembros de la hermandad nos proveemos entre nosotros de comprensión y reconocimiento mutuo, dos conceptos que en sí mismos tienen un valor único e importante. Los juegos no son sino un canal mediante el que transmitir este mensaje. Importantes y divertidos, pero no definitorios de lo que somos y hacemos.
Somos personas que buscan hermandad, justicia, paciencia, excelencia, sinceridad, credibilidad, lealtad, ejercicio, preparación, conocimiento, creación, colaboración y ejemplo. El simple hecho de reconocer esta búsqueda ya nos une.
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La siguiente pregunta más frecuente suele ser, “¿qué compromiso tengo que tener?”. Supongo que es normal pensar en esto porque la hermandad es el grupo creativo del que nació el juego de rol de Espada Negra y otras tantas cosas, pero de nuevo la respuesta suele dejar perplejo. En realidad no se exige ningún tipo de compromiso, eso va por dentro. Está claro que hay diversos grupos de trabajo que deciden voluntariamente aceptar alguna de las muchas tareas que hay que realizar, pero esta es una actividad que no está forzosamente ligada al hecho de ser hermano. Dicho de otra forma, el acto de hermanarse solo implica aceptar sus principios y establecerlos como un punto de reflexión personal. Y la verdad es que eso es todo, y no es poco; nuestros principios van a echar para atrás a muchas personas, y eso es positivo.
En el día a día la hermandad se comunica consigo misma mediante unos cuantos grupos de telegram. Hay algunos grupos de trabajo, pero los más grandes son el de “Organización creativa y partidas”, y el “Off topic”, en el que caben todo tipo de asuntos. A mí no me parece la forma de comunicación más funcional, pues si bien es ágil, tiende a una gran acumulación de mensajes que puede ser cansada de leer.
Pero ni siquiera esta forma de estructurar la información es la que define al hermano. No en vano más de uno no está en estos grupos por diversos motivos, y esto no significa que sea menos hermano que los demás. Podríamos llamarlos los hermanos silentes, y son los que llevan su reflexión de forma individual.
Evidentemente de vez en cuando hablo con hermanos silentes, y nos ponemos al día no solo de nuestras situaciones personales y de los últimos eventos ocurridos, sino también de los puntos de vista de reflexiones sobre los juramentos que hayan podido surgir bien espontáneamente o como una respuesta a otro hecho.
En este sentido sí creo que la hermandad ha supuesto cierto hito para sus miembros, y es el de plantear esta serie de principios que pueden ser una respuesta a desagradables hábitos ocurridos en el seno de la cultura en la que nos movemos.
Quiero pensar que también se produce una sensación de… bueno, de amistad. El saber que se comparten unos principios puede sentar una base de comprensión que en mi caso ha dado lugar a muy hermosas relaciones. Creo que esta comprensión despierta en sí una lealtad que hace que el grupo sea bastante cohesionado.
Esto no significa que no hayamos tenido bajas, si bien siempre han sido voluntarias. Nunca se ha echado a nadie, sino que algunos miembros se han retirado por los motivos que consideraran en cada momento. Y hasta donde yo entiendo, esto no se ha producido por divergencias con una corriente principal que no existe… pues vaya si no somos personas diferentes.
Creo que los miembros de la hermandad nos proveemos entre nosotros de comprensión y reconocimiento mutuo, dos conceptos que en sí mismos tienen un valor único e importante. Los juegos no son sino un canal mediante el que transmitir este mensaje. Importantes y divertidos, pero no definitorios de lo que somos y hacemos.
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