Hermanos Juramentados de la Espada Negra
¿Tele o periódico?
25-2-2014 13:48
Por Verion
Recientemente he tenido algunas conversaciones que me han hecho pensar y hablar (y ahora escribir) sobre la cada vez mayor trascendencia de los vídeos en el entorno del rol (de internet, en general) en oposición a los contenidos escritos.

Si bien es cierto que estas dos formas de mostrar información no son necesariamente opuestas sí que suelen tener una convivencia difícil. Es muy raro que el mismo contenido esté en vídeo y por escrito simultáneamente, y el crecimiento de una suele ir en detrimento de la otra. Puedo poner como ejemplo el "freak times", que antes generaba una razonable cantidad de contenido escrito en sí mismo y que ahora se ha desplazado (al menos en su parte con personalidad) al formato del vídeo.

Hasta este punto no me meto en si es positivo o negativo, una cuestión que es sin duda bastante personal. Sus diferencias intrínsecas son muy evidentes:

El vídeo permite transmitir emociones de una forma más simple y rápida. También agiliza las demostraciones con componente visual. Quizá este aspecto está detrás de que, por ejemplo, el cine sea más popular que la novela. Conseguir transmitir las emociones o simplemente las intenciones por escrito es complicado mientras que hacerlo en vídeo garantiza una comprensión muy natural.

El texto es mucho más indizable y accesible para buscadores. En vídeos el etiquetado debido garantiza un acceso posterior mejor, pero por ahora es peor "acumulador de conocimiento" que el texto. Esta naturaleza simple del texto garantiza un mejor acceso no solamente por buscadores, sino también por intérpretes para personas con dificultades.

El vídeo permite en la actualidad una monetización mucho más fácil y funcional para sus autores. Google ha sido un gran pionero en esto y paga bien a los que tienen muchos seguidores. Tiene un componente molesto con la publicidad, pero sin duda una de las mejores formas de garantizar contenidos es tener bien alimentados a los creadores.

El vídeo obliga a tener un seguimiento de la información secuencial. Da igual que uno sea más rápido o más lento o que solamente le interese una porción de la información: tendrá que ver todo el contenido, o por lo menos "todo lo anterior a su sección de interés".

Ver vídeos es más fácil que leer texto. El acto de leer cansa más que el de ver y escuchar, o por lo menos da más pereza a muchas personas que conozco.

Existen muchas otras cualidades y seguramente algunas que yo no percibo porque tengo mi favorito (que va perdiendo), y creo que aquí está una de las claves: la elección es relativa a los gustos, o más aún, a preceptos (aprendidos o instintivos) que nos llevan por uno de estos caminos más que por el otro.

En relación con esto he observado que hay personas que se sienten perfectamente cómodas comunicándose (chateando) por un medio escrito, probablemente mientras hacen alguna otra cosa, mientras que a otros les incomoda terriblemente. Estos segundos suelen preferir comunicaciones con voz en directo, lo que a veces incomoda a los del primer tipo.

El mismo tipo de condicionantes puede actuar sobre las preferencias en el asunto tratado. No es algo nuevo: anteriormente se produjo la "batalla" entre las telenoticias y los periódicos, entre el cine y la novela. Y en este sentido parece que la "victoria" la tendrán siempre los medios audiovisuales. Y entrecomillo "batalla" y "victoria" porque sé que esta situación no tiene por qué entenderse como un conflicto en el que una y otra compitan necesariamente en unos términos tradicionales.

Yo disfruto mucho del acto de leer y del de escribir. También tengo cierto consumo de material audiovisual, aunque creo que es inferior. Hace más de quince años que encedí la televisión por última y vez y me pasé a internet en un tiempo el que google no había nacido y youtube no pasaba de ser un sueño en la mente de algún loco. En este ámbito he leído y escrito mucho, y he sentido que he crecido en ambas facetas.

Internet ha cambiado mucho desde entonces. Técnicamente es muy diferente y se ha masificado. Y yo me pregunto si tiene un hueco para mí, porque me siento como el personaje de Lee Marvin en "La leyenda de la ciudad sin nombre", huyendo de la civilización una y otra vez porque no le gusta lo que esta trae.

Creo que nunca dejaré de ser un paria. Ya lo era cuando jugaba al rol en el colegio, y lo seguí siendo cuando empecé a utilizar internet y a decir que aquello sería el futuro. ¿Y adónde huyen ahora aquellos que aborrecen el camino de la legislación y la publicidad y que señalan a la privacidad e intimidad como una cuestión de importancia?


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