Hermanos Juramentados de la Espada Negra
La cuarentena y yo, día 2
17-3-2020 14:06
Por Verion
En realidad, si nos restringimos a las cuestiones personales inmediatas, no me molesta la cuarentena. No es que yo sea un ser antisocial que le guste quedarse en casa jugando a videojuegos y practicando el onanismo (que también), sino que más bien odio vivir deprisa.

Últimamente vivo deprisa, según mi criterio. Muchos días me levanto, hago tareas de la casa, salgo a entrenar, me nutro ya con el reloj un poco pegado, conduzco hasta un lugar en el que trabajo un número de horas, vuelvo a casa, hago un poco de ocio superficial y me voy a dormir. Y aunque esto no lo hago todos los días, y tengo tiempo para hacer ejercicio y practicar ocio, para mí es demasiada prisa en general. No me da tiempo para pensar.

Estoy tan incómodo que muchas veces pienso en dejarlo. Soy una persona que no tiene unas necesidades vitales particularmente caras, y de hecho llevo (por casualidades) un control de la economía personal estricto. Quizá tendría que dejar algunos hobbies, o quizá simplemente la forma en la que los vivo, pero en cualquier caso creo que la ganancia neta sería positiva.

Así que si no pienso en las actitudes de políticos y famosetes, si no le doy muchas vueltas a la crisis económica y social subyacente… no me desagrada esta situación. Nadie me llama al teléfono porque algo haya dejado de funcionar, no tengo que conducir más que para comprar tomates y otros bienes básicos, y encima el supermercado está bastante vacío y es más limpio de lo normal. Puedo ir a hacer ejercicio incluso sin quebrar ninguna ley, o puedo hacer prácticas de supervivencia con al aliciente adicional de quebrar la ley mínimamente de forma inocua. Puedo dedicarme a escribir mis movidas en este blog, y puedo crear algunas otras cosas. Estoy seguro de que no me voy a aburrir.

Así que cuando esto acabe… si estoy vivo y tenemos la fortuna de que sigue habiendo un sistema económico con el que vivir una vida parecida a la anterior… entonces me tendré que preguntar si quiero seguir como antes de la cuarentena, o cuarentenearme voluntariamente de forma indefinida como solía hacer antes de ser una persona responsable.

Así que hasta entonces simplemente vivo al día y apenas me preocupo por el futuro, dejando que este estado de inactivdad obligatoria se haga parte de mí. Y como no tengo planes no pienso en lo que voy a hacer, pero sí sé lo que estoy haciendo por el momento. Ya veremos si luego cambia.

Hacer actividad física: hay cosas que nunca cambian, y esto debería ser una. Quizá llegue el día en el que esté tumbado en una cama sin poder retener mis heces, pero creo que incluso entonces elevaré mis brazos de forma patética en la medida de mis posibilidades. Hoy mis posibilidades están muy por encima de eso, así que sigo moviendo grandes pesos, corriendo, y practicando otras actividades.

Monitorear los intentos de hackearme: quizá suena a chiste, pero el día que empezó la cuarentena empecé a recibir un ataque desde oriente que a fecha de hoy sigue activo y que me obliga a perder algo de tiempo y retrasar otras actividades… así que visto así yo estoy “sufriendo” dos epidemias.

Leer: nada muy excepcional, pero me encanta tener algo de tiempo para sentarme frente al fuego y pasar un rato sin ninguna pretensión. Para mí mejor que las series.

Programar: por fin estoy teniendo algo de tiempo y paz mental -no olvidemos que estoy viviendo un duelo- y puedo centrarme en cosas que me gusta crear, en este caso, como no podía ser de otra forma, el ya muy trabajado Ollvaror Caves.

Pintar miniaturas: en realidad esto no lo estoy haciendo demasiado porque ha entrado dentro de la tónica de vivir demasiado deprisa. En mi día a día suelo quedar semanalmente para jugar una partida, y me he impuesto la norma de llevar todo pintado, así que cada vez que quiero probar algo nuevo tengo que hacer una escuadra completa a contrarreloj. Creo que en parte ha sido una fuga mental mía por esto que digo del duelo y del trabajo, pero también tengo que romper un poco con ello. Por el momento, durante la cuarentena solo he pintado un personaje, y sin ninguna presión (porque va a pasar mucho tiempo antes de que pueda jugarlo).

Pensar historias: como ya puse por aquí hace unos días, Celica Soldream está ilustrando el cómic “La primera orden”, y es una ocasión única para trasladar el estilo de vida de la nación más peculiar de Espada Negra. Hasta veo probable que escriba un poco en este sentido dentro de la sección adecuada de la enciclopedia.

Fomentar las relaciones personales: puede parecer contradictorio, pero tengo más tiempo para participar en algunos chats grupales, preocuparme por el estado de amigos e incluso participar en videoconferencias con personas que lo agradecen porque están recluidas en espacios más limitados.

Cocinar: por ahora no sufro falta de alimentos, así que puedo probar a realizar diferentes platos, frecuentemente ensaladas. No estoy siendo particularmente original en este sentido, sino que más bien estoy haciendo cocina arqueológica, explorando entre las recetas escritas a mano por mi madre y cuyos sabores echo de menos.

Dormir: sí, hasta la hora que sea, sin pensar que vaya a llamar nadie para exigirme algo.

Una vida sencilla, supongo. Y el estimado lector, ¿en qué está invirtiendo su tiempo? Comente solo las actividades legales, que nunca se sabe...


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