Hermanos Juramentados de la Espada Negra
La cuarentena y yo: día 1
16-3-2020 16:37
Por Verion
El mundo es un lugar tan lamentable que me cuesta no sonreír. De verdad es que yo esperaba que durante esta cuarentena se produjesen eventos muy particulares, pero es que a día uno de la misma he visto una noticia que de alguna forma esperaba… pero de verdad que no tan pronto. Voy a exponer un pantallazo y si eso después empiezo con la ironía.




Para el que no entienda muy bien lo que pasa, voy a hacer una brevísima explicación. Resulta que con la brutal expansión del teletrabajo que hemos vivido, se sobrecargan las infraestructuras de la información, así que si durante dicho horario -el de trabajo- decidimos hacer uso de los servicios mencionados… pues resulta que estaremos obstaculizando al sufrido trabajador, o incluso al enfermero o al médico. Poco menos que seremos asesinos de niños enfermos... ¡o incluso de gatitos!, no sé si se ve por donde voy.

Antes de entrar en el tema fundamental no quiero dejar de hablar de que esto ya no es que con nuestras acciones o sus efectos podamos perjudicar al sistema de salud, ahora ya estamos hablando de empresas privadas con beneficios periódicos que nos dicen que seamos solidarios con su situación. Y esto es la pera, porque cuando un usuario tiene algún problema personal, a ellos se la pela a base de bien. Reto a cualquier usuario a llamar a la compañía a decirle que este mes no puede pagar la conexión entera porque sus jefes le han hecho un ERTE, pero que vamos, que en cuanto me contraten yo sigo pagando, no se preocupen.

Es que hay tantos motivos por los que esto es hilarante y casi ofensivo, que de verdad que se me desordena la estructura del artículo. O sea, las puñeteras empresas de telecomunicaciones se les ha hinchado la boca diciendo que veas nesquiks o jotube con sus carísimos contratos, pero mucho ojo, que no lo puedes hacer cuando estás confinado en casa. ¡Genial!

Y ojo, que mi indignación no es personal, yo no me siento particularmente afectado, porque yo no uso nesquiks ni otros servicios en línea porque… bueno, porque no son servicios libres y desconfío de ellos. Yo tengo todos los recursos prebajados y adecuadamente almacenados siguiendo mis criterios. También tengo papel higiénico sin tener que comprar, y comida envasada suficiente, y un gimnasio que monté hace casi veinte años y al quedo acudir todo el tiempo que quiera con todas las de la ley. Hasta programo mis propios videojuegos, y si todo va mal puedo hasta cazar mi propia comida.

Pero fuera de mis necesidades, que son pocas y están bien cubiertas, hay un discurso que me hace pensar, y es que si no obedeces todas estas necesidades sociales, entonces eres un mal ciudadano, y si se me apura, un asesino, porque has mal utilizado un recurso con el que podría haberse salvado otra persona.

Pongamos un ejermplo. Yo vivo en medio del campo, así que es básicamente imposible confinarme porque puedo salir andando y llegar incluso a lugares bastante lejanos, cosa que he hecho en ocasiones como práctica. Yo puedo aprovechar esta libertad fáctica para salir a correr como actividad deportiva, cosa que en estos momentos es ilegal y sujeto a una multa que no ocurriría.

Es evidente que en estas circunstancias no voy a contagiar ni a un saltamontes del camino, pero una persona mínimamente atenta podría decirme que yo tengo riesgo de torcerme un tobillo de manera que podría ocupar un espacio hospitalario que ocuparía otra persona.

Este razonamiento puede seguirse ya no a las prestaciones sociales asumidas por el estado como la adelgazada sanidad, sino también ahora a los servicios críticos prestados por empresas privadas, como las telecomunicaciones, y de hecho, en una situación de emergencia, a cualquier actividad que consuma recursos.


Los jugadores de juegos de estrategia y programadores informáticos podemos ser muy finos a la hora de maximizar los recursos, y desde este punto de vista, por ejemplo, estarían siendo malos ciudadanos aquellos que salen a los balcones a aplaudir, por el riesgo al manipular una ventana y a padecer esguinces en los dedos por la acción de aplaudir. Si dejamos que este discurso se instaure, pronto no tendremos ni relaciones sexuales, y el buen ciudadano se levantará de la cama para ir a trabajar, y eso si tiene un trabajo imprescindible, si no se quedará en la cama quieto y esperará a que se pase la peste.

Claro que volviendo a lo anterior, el hecho de que yo corra es un activo para el sistema de salud. O sea, llevo como veinte años sin ponerme enfermo y el mismo periodo sin tomarme, no un antibiótico, sino una aspirina. A no ser que se piense que soy el mesías reencarnado, debe ser que esto del deporte viene bien para el sistema inmune.

Traslademos este pensamiento no a una crisis de salud pública, sino a un sistema en tiempos “de paz”. Por mucho que esté más descargado, el presupuesto del sistema de salud es limitado y no puede hacer a todos los ciudadanos pruebas preventivas del cáncer que mató a mi madre, así que los ciudadanos que consumen alcohol, tabaco, azúcar y que en general no cuidan su salud están colapsando el sistema. De acuerdo, quizá no de una forma tan crítica como en el una pandemia localizada… pero los muertos son muertos igualmente.

Supongo que en todo esto hay un equilibrio en el que las personas no sienten la necesidad constante de estar juzgando a los demás como ahora sí haccen algunos, y se entiende que cada cual tiene sus circunstancias y que no debe dar explicaciones de las mismas. En el ejemplo citado de que yo salga a correr… bueno, quizá hay un leve riesgo de que colapse los servicios de salud (aunque nunca he ido al hospital por estas cosas), pero quizá el hecho de que yo salga a correr ayuda a mi estado mental quizá maltrecho por los hechos pasados y recientes, y mantiene mi nivel productivo para la sociedad de manera que la ganancia neta sea superior a no hacerlo.

No pod&341;ia mencionar todo este asunto sin traer otro pantallazo, en este caso de un medio oficial chino que leí esta mañana.



Fortalece tu sistema inmune con actividad física constante. Bueno, supongo que debe ser médicamente neutro ordenar por ley a todos los deportistas de este país que nos quedemos sin hacer nada un par de meses.

Supongo que a la mayoría de lectores se la traerá al pairo porque no son deportistas, y estarán más preocupados porque les prohiban ver nesquicks y joutube durante la crisis. A mí la verdad es que no creo que me afecte ninguna de las dos porque vivo preparado para las crisis de baja intensidad como esta… pero a los que les molesta más renunciar a las soluciones prácticas para la vida moderna les señalo que estamos a día uno y ya nos están diciendo que limitemos nuestras actividades de ocio en el hogar. Veremos a ver qué se lleva el día cincuenta.


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