No te perdonarás
5-5-2012 03:47
La búsqueda de los defectos me lleva en esta ocasión a tratar la falta de personalidad. No se trata en este caso de señalar un defecto del que tenga cosas especiales que decir, pero viene a cerrar un ciclo auto impuesto marcado por el factor común de ser defectos pasivos, en los que es la falta de actividad se refleja de múltiples formas.
La falta de personalidad ha de entenderse en el adecuado contraste para no sacar conclusiones equivocadas. Se trata del defecto opuesto a la individualidad (como virtud) y viene a ser una desvirtuación de la lealtad. En este caso el concepto queda concretado de la siguiente forma: padece el defecto de falta de personalidad la persona que obedece a una segunda de forma acrítica.
No debe de confundirse en ningún caso con una falta de personalidad artística. El caos entendido de forma clásica no surge específicamente por la falta de capacidad en habilidades concretas.
No obstante esta visión acrítica suele ir asociada precisamente de una falta de habilidad general. Quizá esta sea causada por la falta de necesidad de auto superación debido a la persona a la que el falto de personalidad se aferra, o quizá esa falta sea de hecho la causa de que tenga que aferrarse. Sea de la forma que sea, el daño mayor en este caso suele ser para la propia persona, que no afronta las dificultades de forma adecuada, y que puede verse inválida si pierde el apoyo de la otra persona, cosa que puede ocurrir especialmente si dicho sujeto se siente decepcionado con la falta de determinación del tocado por el defecto.
Aunque no es uno de los defectos de la personalidad más poderosos (o yo al menos lo veo así), sí me viene a la mente una vieja expresión eridia, gente muy exigente consigo mismos y con los demás. Vosotros lo diríais con una frase hecha, como “El infierno está pavimentado de buenas intenciones”, o “Tantos barcos se hunden por maldad como por torpeza”.
En el cuarte de Vanus, en Eridie, ponía “No te perdonarás”. Lo hacían para que todos los soldados eridios tuvieran muy claro que algún día podrían no estar preparados parra una dificultad. Creo que esa frase tan literal resume mejor la idea de que no es aceptable que las personas erren causando daños cuando dijeron que iban a hacer algo, pero no pusieron suficiente interés en conseguirlo.
Excediéndome excepcionalmente del ámbito de esta explicación, me despido con la esperanza de haber impelido a los lectores hacia los juramentos de preparación y credibilidad, a fin de evitar malas conductas y graves defectos.