Desafiando a las leyes de internet responderé al principio, y no será “no”, sino “no lo sé”. No dispongo de una estadística fiable fraccionada por edades de cuánto se jugaba hace veinte años y cuanto se juega ahora, así que simplemente no puedo dar una respuesta concluyente.
Muchas personas dan argumentos para señalar que no hay renuevo generacional. Estos suelen estar basados en la observación de que no hay jóvenes en las jornadas, que no se ve a jóvenes jugando al rol por clubes o tiendas, y que acceden a otras formas de entretenimiento como los videojuegos.
Lo que uno percibe no tiene por qué ser representativo de lo que la realidad es.
Sin llegar mucho más lejos que la introducción, hay que tener en cuenta que uno puede equivocarse en su valoración porque solo esté teniendo en cuenta su experiencia personal. Si yo me fiara de la mía afirmaría que sí hay renuevo generacional, puesto que veo a jóvenes jugar al rol, pero no sé cuanto de representativo es.
He visto clubes donde hay muchos jóvenes, y jornadas en las que solamente acuden mayores de treinta años y en las que lo único parecido a una persona joven son sus hijos. Es muy difícil afirmar nada sin un estudio con el que no vamos a contar.
Cambios del modelo social.
Hablar de si la juventud juega más o menos al rol de una forma observacional es en sí mismo difícil porque el elemento observado está en constante cambio. Voy a poner un ejemplo de esto.
Cuando yo era niño, salía a jugar por las calles de mi pueblo sin ninguna vigilancia. Iba con mi bici de un lado para otro, jugaba en los columpios, me encontraba con otros niños, y estaba atento al reloj para volver a la hora que mis progenitores habían estimado conveniente para realizar las actividades alimenticias.
Hoy en día ni veo niños por la calle solos sin sus padres. De esta observación podría deducir la siguiente tanda de cosas:
- No hay renuevo generacional de la humanidad.
- Los niños de hoy en día ya no socializan.
- La juventud va a acabar idiota.
- Todos los jóvenes están sobreprotegidos por sus padres.
Estas afirmaciones suelen desmentirse por la simple estadística y por el hecho de que el mundo sigue adelante. La realidad subyacente parece ser que la sociedad ha cambiado, y que esos cambios tienen efectos en la forma en la que las personas obran.
Uno de los cambios más evidentes es que internet se volvió accesible para todo el mundo y alteró la productividad de las personas, no solo laboralmente, sino incluso personalmente. Este acceso a la información inmediato ha tenido sus consecuencias, incluso de formas que seguramente no sepamos entender. Nuestra sociedad cambia, y es normal.
Por otra parte, la esperanza de vida sigue creciendo, y casi todo se retrasa. La edad de empezar a trabajar, la de tener hijos, la de emanciparse… todo se hace más tarde que antes. ¿No es normal que la gente que juegue al rol empiece también más tarde?
Las formas de ocio populares.
He escuchado repetir en muchas ocasiones que ahora los jóvenes tienen acceso a formas de entretenimiento que hacen que otras caigan en desuso. Bien, no cabe duda de que es un argumento en sí mismo, y si es cierto que esas formas de ocio resultan más seductoras, pues ya está, pero creo que también es falso.
En primer lugar, en el pasado también teníamos otras formas de ocio, y si bien no tenían gráficos tan avanzados, sí incorporaban conceptos muy novedosos que nos tenían fascinados, y eso no significaba que no tuviéramos tiempo para hacer deporte, tontear con chicas (los que pudieran) o hacer otras actividades sociales.
El segundo argumento es precisamente que ninguna de esas actividades termina por parecerse a jugar al rol, porque si así fuera ni nosotros mismos estaríamos jugando al rol. Esta actividad nuestra tiene algunas cualidades únicas que lo hacen muy atractivo para el que le gustan, y muy poco atractivo para todos los demás.
Pero voy más lejos: creo que este pronto acceso a los videojuegos incluso trae gente a los juegos de rol, pues muchos juegos tienen elementos de avance propios de los juegos de rol tradicionales, y por lo tanto se produce una cierta normalización del concepto, y a algunas personas les atrae a este mundo que tanto nos apasiona.
Una nueva forma de acceder al mundo del rol.
Dichas estas ideas, creo que los juegos de rol eran y son una forma de ocio minoritario, y que seguirán siéndolo si no cambia la sociedad en sí. Si queremos que la gente juegue al rol tendremos que estar atentos al interés de algunas personas para estar ahí y poder enseñarles el concepto. Pero si queremos que se vuelva una forma de ocio mayoritario, no creo que sirva con tener editoriales magníficas, muchas jornadas y trabajo voluntario, pues creo que la causa de que no se juegue no está en los juegos, sino en la misma sociedad. Y eso no es algo que vayamos a cambiar porque queramos. Cambiará, si eso, muy poco a poco, paso a paso.
Sí que está en nuestra mano ser accesibles y colocarnos en ese lugar estratégico en el que aquel que quiera jugar al rol pueda intentarlo. No es una tarea fácil, tampoco, pero sin duda es algo que podemos hacer. Y ahí sí que pueden jugar un papel todos los actores implicados. Si quieren.
Y una reflexión final, con teoría alocada incorporada.
¿Y si miramos el asunto demasiado cerca?
Los juegos de rol tienen muy poca historia, así que afirmar cosas podría ser precipitado. Quizá no conozcamos del todo bien como se comportan estas dinámicas de población, y que en realidad vayan en una dirección muy diferente.
Por ejemplo, se me ocurre una teoría alocada: ¿y si los hijos de roleros fueran roleros? Ya se sabe, en este sentido tendríamos una situación en la que cada vez más jóvenes jugarían al rol. Con esta hipótesis quizá en un margen de tiempo de unos pocos siglo de nada todo el mundo jugara al rol, y nosotros solo seríamos un pequeño paso en la historia que sería observado con curiosidad.
Quizá el futuro no sea tan chulo como ese, pero mientras somos ese paso de la historia seguiremos… bueno, dándole a los
juegos de rol.
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