Siempre evidente crueldad...
16-4-2012 14:00
En esta ocasión lo que me lleva a hablar de uno de los defectos de las personas y la sociedad no es señalar un atributo oculto de la humanidad, sino algunas observaciones producidas por otro de mis artículos, el relacionado con los “blandos” y el daño que causan por su omisión del acto de impartir justicia.
Aprovecho para señalar una vez más que muchos de los defectos que señalo en los artículos están claramente arraigados en la sociedad, hasta el punto de ser aceptados como axiomas propios de la conducta social, e incluso de la naturaleza humana. Esta cualidad de convertir lo malvado en cotidiano hasta que es aceptado consigue que ciertas evidencias desaparezcan, a pesar de estar a plena luz.
No es el caso del asunto que me ocupa en este texto, pues la crueldad no parece tener, a priori, un lugar escondido y recóndito en nuestra sociedad. No, desde luego, en la definición clásica eridia: recordemos que la crueldad es el defecto asociado a la virtud de la justicia, y es contrario a la de la compasión. Vendría a ser un exceso no justificado de justicia, una ausencia desproporcionada de compasión. Por eso también es el defecto opuesto a la “blandez”: un blando causa daño por omisión de justicia, un cruel lo causa por exceso.
Cabe la tentación de pensar que la crueldad es un defecto menos social que su opuesto: resumiendo (excesivamente) un blando causa daño por dejar malvados sin castigo que no cesarán sus malas actitudes, pero un cruel también genera un mal social. Inocentes pueden tener miedo de su castigo (incluso aunque surgiera de un juicio acertado), cambiando su actitud por este miedo.
En todo este asunto hay una clara relación con la mesura. Se trata de conocer la importancia de los sucesos. Una persona responsable consigo misma y con su sociedad se preparara para las situaciones en las que tiene que atribuir juicio y las afronta con el debido tacto, en una dirección u otra. Un irresponsable simplemente las esquiva o bien asigna castigo con arbitrariedad.
En la dimensión social, como búsqueda de los defectos, la sociedad suele tener una cierta crueldad con los culpables en general: un fumador que padece cáncer de pulmón no despierta compasión porque se lo ha buscado, un drogadicto que muere de sobredosis pudo elegir, un terrorista que es condenado a muerte se lo merece, y así infinidad de casos.
Tener compasión no significa evitar el ajusticiamiento, significa obrar con proporcionalidad en función a los recursos disponibles. Una sociedad con un razonable nivel tecnológico y sobre todo social podría proponer sistemas diferentes de corrección (sin meterme siquiera en la mucho más eficiente prevención mediante la educación). Un crítico con esta forma de pensar podría decirme que la reinserción social no funciona, y citarme muchísimos ejemplos de ello. Incluso aunque tuviera razón, eso solo significaría que el modelo citado no funciona. Corresponde a la sociedad el desarrollo de las virtudes (como la compasión) y evitar los defectos (como la crueldad) para concluir con la desaparición del caos.