Me van a perdonar los estimados lectores si en este escrito no soy particularmente explícito incluyendo enlaces externos a Espada Negra. Estoy intentando dejarlos, para no provocarme un conflicto con una futura ley nada amistosa con los articulistas como yo.
El caso es que en los últimos tiempos se ha producido un evento importante en el mundo de los juegos de rol, y es que se va a producir la salida de la quinta edición de un juego muy importante cuyas versiones anteriores tienen el honor de ser los pilares de la existencia de este fenómeno que tanto nos gusta. La noticia es que el juego no va a salir en español, ni ningún otro idioma que no sea el inglés.
En primer lugar quería expresar mi descontento con la actitud agresiva que muchos roleros de la red social favorita de los roleros toman con respecto a los demasiado fugaces eventos que se producen en torno a esta actividad que tanto nos apasiona. Solo en este sentido creo que la cuestión ya es algo preocupante, pues tiendo a observar que no hay una actitud crítica sostenida en el tiempo, sino una tendencia a subirse a la ola que viene más fuerte.Y eso no está bien porque entonces nos convertimos, como conjunto, en manipulables.
Pero para seguir adelante necesito señalar a sus mercedes algunos hechos científicamente conocidos. Vincularía a algunos artículos científicos, pero ya saben, la famosa ley...
Nuestro cerebro nos engaña para justificarnos.
Vaya frasecita, ella misma está tan llena de eufemismos que en sí misma casi parece un ejemplo de lo que debería expresar. ¿Nuestro cerebro nos engaña? ¿Y nosotros que somos, piernas? Pero en realidad sí que es un poco así, porque nuestro cerebro no es todo una cuestión de libre albedrío y consciencia (quizá no lo sea en absoluto).
Sin meternos en algo tan concreto como los razonamientos sobre aspectos observables se pueden ver muchos ejemplos, de los cuales voy a citar tres que me han parecen interesantes.
- Los enfermos que sufren lesiones cerebrales insisten en que no pueden mover sus miembros porque están enganchados en la cama.
- El efecto placebo de los medicamentos tiene efectos verdaderos basados en las espectativas del paciente, con resultados tan notables como que los placebos caros funcionan mejor que los placebos baratos.
- Existe un efecto contrario al placebo (el efecto nocebo) que puede hacer que una persona empeore su estado. Seguro que esto tiene aplicaciones militares.
Estos sorprendentes efectos surgidos de la más que notable capacidad del ser humano me hacen plantearme una pregunta. Si tan poderosa es la mente mintiéndose a sí misma, ¿cuánto es el razonamiento justificándonos con mentiras?
Bueno, pues mucho. Citaré una investigación (sin enlace) en la que se comprobó que los sujetos de la investigación juzgaban a los políticos "opuestos" con la sección del cerebro que se encarga de la crítica, mientras que al escuchar al político "afín" la parte del cerebro implicada era la amígdala (el sistema límbico). El acrítico centro de las reacciones emocionales. Bien por el cerebro humano, claro, ahí tenemos la fuerza del bipartidismo.
El caso es que visto lo visto, si no queremos ser unos monos manipulables debemos practicar y promover el pensamiento crítico sustentado en razonamientos decentes. Es decir, el método científico. Abstraerlo todo lo posible de implicaciones personales, y limitarnos a las consecuencias lógicas de lo claramente observable. Y esto me lleva a la segunda parte.
Los recuerdos se forman con mecanismos creativos.
Sí, tendemos a pensar que nuestra memoria es como un disco duro que guarda una copia fiel de la información, pero por lo visto esto no solo no es así, sino que más bien es al contrario. Los recuerdos de hechos lejanos en el tiempo son más bien escasos, y el cerebro humano tiende a completar las partes que le faltan... inventando lo que encaja. Y lo malo es que no nos advierte de que lo está haciendo así.
Esto tienen una consecuencia inmediata muy peligrosa, y es por ejemplo los testimonios de los testigos. Los jueces saben bien (o al menos los buenos jueces) que la memoria de los testigos es fácilmente manipulable, y que pasado cierto tiempo los datos alrededor del caso la deformarán y la convertirán en inútil. De hecho en los juicios en este país los testigos no pueden estar en el juicio antes de testificar. Actualmente la neurociencia advierte de que de hecho los testimonios de los testigos no sirven para nada.
Esto es especialmente peligroso si juntamos los hechos. Voy a poner una fórmula mágica.
Memoria ineficiente + auto justificación = Nostalgia.
Tengo reciente el caso de un juego de mesa del que se realizó un crowdfunding con ocasión de la compra de sus derechos en su veinticinco aniversario. En los primeros días de este evento no se podía hablar en contra de este proyecto sin recibir fuertes críticas o incluso insultos. Hizo falta que se vieran hechos muy evidentes para que la reacción fuera más crítica. Algunos colectivos no lo serían nunca.
La nostalgia es un arma temible. Frena mucho a proyectos novedosos porque tienen que competir con recuerdos auto instaurados que hacen creer que aquello era algo muy bueno. Y no es que quiera protestar, pero en la materia de los juegos es muy difícil defender que una creación es buena porque los buenos argumentos son refutados rápidamente con frases del tipo "a mí me gusta así" o "en mi mesa funciona de esta forma".
En ningún caso quiero convertir este artículo en una queja personal sobre las dificultades con las que este individuo tiene que lidiar, por lo que con el permiso de sus mercedes vuelvo inmediatamente sobre el juego del que trata el artículo. Ese juego que fue un pilar de los juegos de rol, y que hoy afronta su quinta edición.
¡¡El pasado es el pasado, malditos!!
De acuerdo, al César lo que es del César. Este juego fue el primero que existió, o por lo menos el primero que muchos conocimos, o que se explotó comercialmente. De acuerdo, ha sido un impacto importante de los juegos de rol, y debe estar en los museos, las wikipedias y ser recordado con gloria. No debemos olvidarnos de nuestro pasado. Pero tengamos clara una cosa. Fue el pasado.
Actualmente afronta su quinta versión (que no edición), que es otra cosa diferente. No digo que a priori sea buena ni mala, pero es diferente. Y como otro juego que es, no merece recibir una condescendencia especial porque sea la "herencia" de uno que jugábamos hace treinta años. Debe ser juzgado independientemente, como una cosa separada. Si uno quiere, vamos, también puede juzgarlo con la amígdala, como a un político afín, y convertirse así en una persona manipulable.
Ahora, armado con la ciencia y el pensamiento crítico, voy a señalar algo que debería ser evidente para todo el mundo.
D&D es un juego comercial.
Así, como es. No busca ser una gran expresión artística, ni ser un sistema definitivo. No busca ser una gran obra. Quizá en el pasado lo buscó, pero como parte de una gran empresa de ocio, ya no. Solamente busca generar beneficios al ritmo que imponen los accionistas.
Claro que casualmente estos intereses pueden coincidir con crear un buen producto. Pero como casualidad. La realidad es que en un mundo en el que el dinero lo mueve todo, lo que se va a buscar, por ejemplo, es la explotación de ese sentimiento de nostalgia.
En esa dirección podríamos hablar de complicadas estrategias de marketing para despertar más interés. Por ejemplo dejar caer que no va a salir en otros idiomas para estudiar el interés, o directamente manipularlo.
En cualquier caso, ahí va lo que quizá sea mi observación más simple pero definitiva en este asunto.
D&D saldrá en otros idiomas si se puede ganar dinero de ello (al ritmo debido), y no saldrá en caso contrario.
Los mercachifles del ocio pueden tener algunas ideas malas y no ser muy sagaces en las estrategias a largo plazo (se auto justifican, como cualquiera), pero desde luego tienen intención de ganar dinero. Y si licencian el juego para que salga en castellano no será para que su público sea feliz y jueguen unas partidas de rol estupendas. Tampoco lo harán por la responsabilidad que supone ser "el eje de la existencia de los juegos de rol". No lo harán para el mundo sea mejor. Lo harán por ganar dinero. Y no tratarán a sus jugadores como individuos, sino como números. Porque son una gran empresa, deshumanizada y sin sentimientos y su objetivo es cumplir con unos objetivos de beneficios.
Pero claro, son las que el público apoya.
Entradas similares: