Cómo casi todo el mundo sabrá, detrás de la hermandad de la Espada Negra no se encuentra una poderosa empresa bien posicionada en el mundo de la edición ni nada así. Lo único que hay es el esfuerzo y los recursos de un colectivo con ilusión y ganas de conseguir mostrar creaciones por las que tenemos cariño.
Por eso la historia que motiva este artículo nos despierta cierta empatía, porque es una zancadilla que le han hecho a alguien que como nosotros tiene ilusión por sacar sus proyectos adelante, y que tampoco tiene una gran empresa que lo respalde.
Para el que no sea socio de "Crítico", lo que ha ocurrido es que la imprenta con la que trabaja(ban) Hernenya y Tiberio para la edición en papel le entregó unos ejemplares defectuosos, hasta donde yo entendí habían sido mal acumulados y los lomos habían quedado notablemente dañados. Los editores trataron de conseguir una reimpresión y tras muchas semanas de luchas se han rendido y van a sacar la revista con otra imprenta sin haber recuperado todavía el dinero de la tirada fallida.
Como conclusión, ese pequeño creador tiene ahora que afrontar una nueva tirada habiendo perdido la inversión de la primera que si eso recuperará en un hipotético juicio en el futuro, y eso si puede afrontar los costes asociados.
Esta es la historia más o menos como yo la conozco, y ahora voy a comentar mis conclusiones, que recomiendo para los pequeños editores que no se hayan encontrado en este brete, no porque me crea más listo o experto que ellos, sino para que tengan otra visión más.
En primer lugar quiero recalcar que HTPublishers hicieron lo correcto. Cuando un pequeño editor se encuentra en esta situación tiene varias opciones que paso a citar (hasta donde yo sé).
Entregar el producto defectuoso a sus clientes: Esta opción es muy peligrosa porque daña la imagen del producto y del editor, y para colmo la empresa que ha causado el daño no tendrá ninguna responsabilidad, puesto que si el editor acepta el producto lo tiene ya difícil en un juicio.
Llegar a un nuevo trato con el proveedor: Aunque el defecto sea claramente responsabilidad del proveedor, este nunca querrá asumirlo y como mucho aceptará una parte de la pérdida. Esta opción es tremendamente peligrosa porque el proveedor ya ha demostrado ser un dejado.
Llevar el asunto a juicio: No es imposible en absoluto salir victorioso en estas causas, pero los juicios tienen costes asociados, llevan su tiempo... y puede ser que el juez no nos de la razón por variables que no controlemos. He oído muchas veces expresar la cobarde opinión de que "Un mal pacto es mejor que un buen juicio", con la cual no coincido. En mi opinión este tipo de sujetos deben afrontar algo de responsabilidad por sus acciones.
Creo que lo más importante es cumplir el compromiso adquirido con los destinatarios de la creación concreta. En este caso HTPublishers afrontarán el coste de una nueva tirada con una nueva imprenta. Conozco otros pequeños editores que en un problema similar optaron por entregar el producto defectuoso. No les va mal, pero las críticas les siguen lloviendo años después.
Este tipo de sucesos son muy desagradables para los pequeños editores. Se ha dado el caso de que HTPublishers ha tenido la capacidad de afrontar una segunda tirada y quizá una demanda contra la imprenta, pero, ¿y si no la hubieran tenido? Otros pequeños editores no se han gestionado de una forma tan eficiente o simplemente no tienen capacidad de maniobra. ¿Qué hacer entonces? Pues es como preguntar si prefieres tirarte a una bañera de ácido o contra una valla electrificada. Vas a salir perjudicado tomes la elección que tomes.
Eso sí, otra medida que sí puedes tomar es señalar la injusticia para que todas las personas posibles conozcan al infame abusón que te ha colocado en la circunstancia. En este caso el abusón es la imprenta "PrintCarrier". De esta forma otros pequeños creadores no caeremos en sus malos haceres, y tendrán menos clientes.
Quiero añadir que este tipo de contratiempos no solamente tienen un coste en dinero, sino que llegan afectar a un nivel personal. Si nosotros teníamos cierta inquietud con respecto al resultado de la tirada del juego de mesa, no me quiero imaginar lo que tiene que ser pasar día tras día discutiendo con el proveedor que te ha hecho la jugarreta.
Finalmente quiero transmitir mi apoyo a Hernenya y Tiberio, y a todos los socios de la revista Crítico. Es bueno saber que el proyecto sigue adelante.
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