"Nos hacemos viejos. Es algo que tenemos que asumir. La población rolera creció con dragones y mazmorras, se hizo mayor y en la actualidad se divide entre aquellos que perdieron su hobby por motivos de disponibilidad y aquellos que logran mantenerlo contra viento y marea. Quizá esta generación que ahora tiene hijos pueda transmitir el gusto por el rol a estos, porque lo que es ahora mismo no hay jóvenes roleros."
Si eres, digamos, un varón de entre treinta y cuarenta años y has pensado que el contenido de ese primer párrafo es básicamente verdad quizá deberías seguir leyendo. Si además tienes tendencia a decir cosas como "en mis tiempos sí que se roleaba bien, los jóvenes de ahora no saben nada", entonces deberías presentarte al premio "abuelo cebolleta del rol".
Escribo este artículo porque muchas veces he sido testigo de este tipo de opiniones tan curiosas en personas que parece que hacen estadística basándose en su conocimiento personal, entendiéndose este como su grupo de juego, de existir, el foro en el que escriibe, y las redes sociales.
Bueno, yo no soy propietario de la verdad, pero desde luego he dirigido muchas partidas en jornadas donde he tenido la ocasión de conocer a jóvenes roleros, también he contado batallitas de viejo rolero a zagales en los clubes, y por supuesto he escuchado sus batallas de futuro viejo rolero, y les he preguntado por sus aficciones, sus grupos de juego y similares. Y me he encontrado con características muy curiosas que paso a comentar.
Aquellos que no conocen dado de veinte. No es que no conozcan el icosaedro numerado, sino que no han jugado nunca a D&D y sus descendientes. Son felices con otros sistemas. En mis tiempos (jejeje) eso era casi impensable.
Aquellos que juegan con chicas. Otra cosa difícil de verse (aunque no imposible) en mis tiempos. En la actualidad sin embargo sí que me he encontrado con grupos mixtos, incluso en alguna ocasión en jornadas he tenido mayoría femenina interesada en los juegos de rol.
Aquellos que ni quedan en persona ni conocen dado (ni quieren). Estoy hablando de aquellos que interpretan sofisticadas historias en foros de internet llegando a acuerdos consensuados sobre el universo a jugar y la narrativa a seguir. De estos he visto unos cuantos, y en algunos la calidad de los textos es muy prometedora.
Aquellos MUY jóvenes (muy muy muy jóvenes) que se acercan a unas jornadas interesados por jugar al rol y lo hacen... ¡acompañados por progenitores! No por miedo, ¿eh?, solo porque les da vergüenza. Ah, angelillos, antes de que quieran darse cuenta estarán lanzando bolas de fuego con la zurda o triturando orcos con una espada más cuatro.
Aquellos que me recuerdan a mí y a mi grupo de juego (solo que no tan feos y desde luego no tan hardcore). Porque, ¿qué defectos? al final no son tan distintos, solo más jóvenes.
Lo que quiero decir con todo esto, supongo, es qué creo que sí hay un renuevo generacional que viene jugando al rol, y que dentro de unos años tendrán resposanbilidades y no podrán jugar, y dirán, "el rol de está muriendo" en donde quiera que se comuniquen dentro de quince años. Nunca hemos sido demasiados (de hecho nunca hemos sido un colectivo), y no sé si ahora son más. Desde luego tienen más medios, y me alegro.
En este sentido tengo que añadir que me alegro bastante de haberme encontrado con estos individuos y haber jugado con ellos. He aprendido cosas de su visión y después les he sacudido de tortas, porque tengo que decir que son tan softcore como los viejos.
Finalmente señalaré que entre el año noventa y nueve y dos mil tres (aproximadamente) jugué muchísimo a juegos de cartas (L5r, de hecho). En la comunidad (eso sí que era un colectivo) podías ver a un chaval de quince años jugar con otro de cincuenta y uno, y con todo el espectro intermedio. Supongo que era porque ibas al local y querías jugar, y querías probar tu mazo contra muchos otros y cuanto más variados mejor. Y los jóvenes aprendían de los viejos y los viejos estaban ahí totalmente entretenidos. Guardo muy buenos recuerdos de este concepto: muchas veces me dije que cuando me hiciera mayor quería obrar así.
Cuando después abrimos el servidor de NWN de Espada Negra también vimos muchos jóvenes. No vi señores muy mayores, pero alguno había por los cuarenta. A nadie le importaba un cagarro, todos miraban al personaje y pasaban del jugador. Me encantaba esa sensación.
Los juegos de rol no son así. De alguna forma son mucho más íntimos, una experiencia que se disfruta solamente con el grupo de amigos, ya sea por tradición o comodidad. Bueno, a mí me gusta jugar a rol con mis amigos, claro, pero también me gusta hacerlo con desconocidos y convertirlos más tarde en mis amigos. O mis enemigos.
Me gustaría que se rompiera esta brecha generacional que creo que existe. Bastante pocos somos como para que no hagamos fuerza juntos.
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