Suelo escribir sobre temos polémicos cuando el debate sobre estos se ha apagado un poco, y suelo hacerlo de una forma un poco encubierta y sin darle bombo. Esto es así porque tengo una opinión muy fuerte de casi todos los asuntos, me gusta meditarlos largo tiempo... y porque tampoco quiero implicarme de una forma fuerte porque en realidad no puedo hacer demasiado por "la causa".
En este caso el asunto guarda relación con los derechos de autor, y todas esas cosas que muchas personas consideran tan importantes. Hubo reciéntente un revuelo muy sonoro sobre este asunto y yo no quiero echar más leña al fuego, así que soltaré simplemente opiniones genéricas.
En primer lugar quiero aclarar que me parece lógico que los autores tengan derechos. Es una garantía que proveen sociedades avanzadas similares a otros derechos fundamentales como el derecho a dormir bajo un techo, a vestir pantalones, a poder expresar la opinión contraria al gobierno sin que la policía le de una paliza, o también el derecho a obtener la cultura.
El problema evidente ocurre cuando este último derecho, el de culturizarse, choca con el derecho de los autores. Claro que... ¿el derecho a qué? Hasta donde yo al autor no le ha fallado el derecho a publicar su obra, ni hay otros diciendo que no la ha hecho o maldades de ese tipo.
Aquí es donde entramos, como siempre, en derechos económicos. En este punto el autor entiende que se está faltando a su derecho a lucrarse legítimamente, y el público entiende que se falta a su derecho a conseguir esa creación de forma gratuita. Así dicho suuena fatal, pero yo estoy más con estos segundos, aunque por muy poco. En verdad no estoy con nadie, como voy a exponer a continuación:
Creo que los autores obran de una forma hipócrita.
Me cuesta mucho creer que haya una sola persona que compre los libros, música, series y películas de la forma oficial que disponen los autores editoriales. Y máxime en este país en el que esas plataformas o no existen o tienen un precio sobredimensionado para los sueldos y prestaciones sociales de la mayoría. En este sentido creo que los autores tendrían que asumir la realidad de las circunstancias modernas. Pero no voy a ser yo quien los convenza, vaya, no tengo ninguna intención.
Creo que el público obra de una forma hipócrita.
Entiendo y respeto que todas las personas tienen derecho a acceder a la cultura de una forma libre, y máxime si sus recursos son limitados. Pero tengo la sensación (es una creencia) que los productos más descargados son los que han tenido más éxito comercial. Si tenemos en cuenta que este éxito no tiene por qué estar asociado necesariamente a un mayor valor cultural, entonce percibo un cierto olor contradictorio.
Por poner un caso, uno puede piratear hasta hartarse "Pathfinder". Creo que está en su derecho. Pero existen muchas otras alternativas de naturaleza libre que en un ámbito de distribución más moderno piensan en otras formas de distribución. Claro que Espada Negra es uno, pero también tenemos por ahí Trasgos y Mazmorras, Rápido y Fácil y otros muchos proyectos a los que les vendría muy bien apoyo de la comunidad.
Esta observación no está limitada para nada a los juegos de rol. En el ámbito de la novela, por ejemplo, hay una gran cantidad de excelso material a disposición libre, pero en las páginas de copieteo de libros lo que más se exige es el "Best Seller" o el título del que se hizo una película el mes pasado. Y ya no digo en la musica...
Pero vamos, que no intento convencer a nadie. El público se seguirá comportando como público.
Creo que el poder actúa de una forma muy hipócrita.
Aquellos que gobiernan han conseguido con una maldad maquiavélica que el público y los autores se enfrenten entre ellos. Me parece algo apasionante, puesto que muchas veces los gobernantes parecen incompetentes redomados. ¿Será que no tan
relativamente incompetentes?
En este sentido escucho muchas veces a los autores decir "es que una sociedad que no financie a sus autores se quedará sin autores". Es una observación muy curiosa y sobre la que puedo discutir mucho rato, pero prefiero hacer otra observación del estilo (del estilo, pero cierta).
Una sociedad en la que entidades puramente comerciales tomen decisiones claras sobre lo que se promueve y sobre lo que no, dejará de tener creadores y tendrá solamente mercaderes.
Y en verdad este es el punto al que quiero llegar. Porque a nosotros, por ejemplo, como creadores, nos nos ayudó nadie. Y este fingido estado del bienestar para autores que teóricamente existió antes de la piratería era un cortijo de pocas personas muy poderosas que decidían lo que iba a ser un éxito y lo que no sin tener en cuenta las necesidades de los creadores y del público, pues solo les importaba el beneficio de su bolsillo. Pero claro, así tenemos el ámbito creativo que tenemos...
Y no es una novedad histórica. Schubert falleció sin saber que su novena sinfonía sería publicada siquiera, y Cervantes murió pobre... ¿cuántas mangíficas obras habrán fallecido sin ser conocidas por el público general? Es una pregunta que me produce cierto terror.
Yo desde luego no voy a defender al creador mercachifle que quiera sentarse a recoger los beneficios de lo que ha hecho, ni voy a defender al público que solamente consume lo que los medios dan a entender como "bueno". Y desde luego no voy a dar por bueno ninguno de los modelos de financiación a creadores que se hayan producido en la historia, ni mucho menos el actual. Si lo hiciera, creo que caería en una de las muchas contradicciones que observo.
No creo que convenza a nadie. Las cosas se quedarán como están. El público copiando, los autores cabreados, las grandes editoriales lucrándose, y el gobierno contento.
Entradas similares: