Hace algún tiempo que no dedico un rato a hablar de asuntos morales, que probablemente sean los que me parecen más interesantes dentro y fuera del ámbito de este blog. En este caso lo voy a mezclar con un artículo sobre la creatividad.
El pensamiento me viene recordado por un
artículo que leí en relación con unas declaraciones del señor Alan Moore. Y digo "recordado" porque la lectura del texto del eminente guionista no me ha mostrado en sí ninguna información, más allá de confirmar mis propias convicciones y despertar una más alta estima por su autor.
No es la primera vez que escribo sobre mi desprecio a los preceptos guionísticos de la actualidad, y esta visión del super héroe a la que se refiere el señor Moore me parece especialmente acertada. Ahora bien, el punto en que me parece de máximo interés, y en este caso colindante con los preceptos morales es el mismo origen de este estancamiento. ¿Qué nos condena a una repetición de lo mismo? ¿Es la naturaleza cobarde de las inversiones, que quizá nunca debieron tener relación con el arte? ¿Es el público, que acostumbrado a una serie de obras no demanda otra cosa? ¿Son los creadores, que no tienen nada nuevo que decir? ¿Será todo junto?
Dentro de la hermandad esto nos afecta especialmente. Somos creadores convencidos y nos encanta lo que hacemos. Sé que suena un poco "creido", pero realmente disfrutamos de lo que hacemos y buscamos su más posible perfección a despecho e las consideraciones económicas. No estamos aquí para hacer dinero, estamos aquí para crear. Y tengo la convicción de que lo hacemos con una personalidad propia que excede a los preceptos tradicionales.
Pero no quiero acabar este texto sin hacer un poco de crítica a los mismos juegos de rol porque tengo la percepción (humildemente) de que en este género tenemos a nuestro propio súper héroe que también es un lastre para la creación moderna. Hablo de el vetusto dado de veinte que tantas horas de buen juego nos dio a todos nosotros, pero que quizá debió quedarse en el pasado y dejar lugar a una nueva generación de ideas.
No soy optimista. Creo que veremos muchas generaciones más de hombres murciélago, hombres araña, mutantes X y tantos otros súper seres, y también seguiremos viendo dado de veinte por todas partes. Y yo seguiré sintiendo la misma tendencia infantilista en ambas tendencias.
Pero por supuesto seguiremos empujando en la dirección que nos gusta. No por el público, no por el avance cultural... sino simplemente porque nos gusta.
Albada sea la Espada Negra.
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