En la hermandad llevamos cierto tiempo dedicados a los juegos. Durante estos años hemos desarrollado diferentes ideas que nos han llevado a proyecto que nos gustan mucho, y bueno, a otros que no tanto. De los que sí, la mayoría están guardados esperando a que llegue su momento. El
juego de rol está ya muy cerca de su edición final, y está en "beta" pública.
A lo largo de nuestra experiencia también hemos visto muchos juegos crecer, e incluso juegos con muchas ampliaciones, y en muchos casos se notan ciertos fallos que "no deberían haber pasado el testeo". Esa frase la he escuchado cientos de veces, y es una que me sorprende. La verdad es que en mi opinión ese tipo de fallos a los que se suele referir la gente no deberían no haber llegado al testeo.
Voy a explicarme. Creo que en el proceso de creación de un juego se le da un exceso de importancia al testeo. Y ojo, no digo que no sea importante, digo que se le atribuye más capacidad de modificación de la que debiera: el testeo es una herramienta poderosa, se somete a las diversas partes del juego a la vista de potenciales usuarios finales, y estos dan su visión de los diversos aspectos. De ahí se puede sacar mucha información muy variada. Ahora bien, si usamos esa información para cambiar aspectos base del juego podemos encontrarnos con que personas que antes estaban contentas ahora pasen a estar descontentas, o lo que es peor, desdibujar el producto. Esto puede ser peligrosísimo, pues un cambio sustancial puede llevar a otra sesión de testeo que lleve a otro cambio sustancial y estarnos eternamente en esta fase.
Una vez un hermano me supo definir muy claramente esta fase: "Todas las prestaciones están realizadas o operativas, y queda realizar correcciones de funcionalidad o equilibrio". Eso es un beta testeo, y desde mi punto de vista hay que llevar un juego en este sentido como cualquier desarrollo. Con las ideas de lo que uno quiere bastante claras, los medios para realizarlo muy bien entendidos, con firmeza, convicción, y sobre todo mucho trabajo.
Ahora bien, el testeo sí tiene una función clara e importante que no debe ser ignorada: ayuda a corregir fallos de diverso tipo que no comprometan a las funciones principales, pero que debido a las peculiaridades del entorno sean fáciles de distinguir, pero que estén por doquier. En el caso de los juegos de rol, pues típicamente son las siguientes:
-Erratas repartidas por el texto: En esto el testeo viene muy bien, porque las condenadas tienen la manía de estar por ahí escondidas, y las puede encontrar "cualquiera" y a otro "cualquiera" le pueden pasar desapercibidas.
-Desequilibrios: En muchos casos los juegos tienen partes con muchas variables, tantas que son difíciles de evaluar por el grupo de creación. En el caso de Espada Negra el testeo nos vino muy bien para conseguir evaluar adecuadamente las cantidades de daño de las armas en general, y alguna que otra variable cabrona.
En el momento actual nos encontramos en una encrucijada de testeo sofisticada: el juego de rol tiene más de cien poderes que deben ser equilibrados uno a uno. Nosotros ya hemos realizado una aproximación que creemos bastante correcta usando el razonamiento, y en las próximas semanas realizaremos pruebas sobre el terreno, pero sin duda nos vendría bien que se realizaran partidas adicionales.
En escenarios así, en los que de hecho los poderes pueden combinarse entre sí dando lugar a un orden de posibilidades mayor, es donde un testeo amplio puede marcar la diferencia.
Y esto es lo que quería decir hoy sobre el beta testing.