La libertad dentro de un juego de rol

13-6-2013 01:09

Por Verion

Ya dije que como andamos cerca de la celebración del día del juego de rol libre me pondría pesado con variados temas de lealtad, algunos mejor o peor hilados, y el asunto de hoy lo venía rumiando en mis ratos libres durante los últimos dos o tres días, pero un hilo dentro de SPQRol ha terminado de configurarlo en mi cabeza.


Bajo la aparente inocencia de una discusión cualquiera sobre estilos directivos se esconde un sustrato muy importante que desde mi punto de vista afecta a la misma esencia de la narrativa, y que nos transporta a un terreno ya muchas veces pisado: el de la responsabilidad.


Sé que corro el riesgo de meterme en otro de mis prolongados escritos que tocan un montón de asuntos sin centrarse bien el uno. Se que convencer no convencen demasiado, pero aún así lo escribiré, como siempre, por escribirlo. Porque tengo una opinión, y aquí está.


He participado en esa y otras discusiones con resultados muy variables. He observado que hay directores que van con su historia pensada y a prueba de balas, directores "estrictos" que interpretan que su labor es interpretar al resto de personajes y no intervenir en la causalidad con la información adicional (yo soy uno de ellos), directores que simplemente improvisan sin planificar, y directores que no piensan mucho en el asunto.


Sobre la defensa de mi postura he escrito ya un poco (en otro artículo y en el foro de espada negra), por lo que no me prodigaré en la vertiente intrínseca del asunto, sino que me iré a una consecuencia extrínseca: la responsabilidad.


Como ya he dicho en otras muchas ocasiones, personalmente me desagrada la tendencia americana a que la fuerza fundamental de la trama sea la espectacularidad de la narrativa. Se trata de un concepto ahora muy común debido a la influencia de la mayor parte de obras de arte, incluyendo el cine americano, una gran parte de la novelística (aunque en este ramo hay de todo), el comic, los videojuegos (sobre todo)... y yo diría que el rol.


Uno de los motivos por los que personalmente escribo novelas es por "luchar" contra esta estructura. No me tomen a broma: a lo largo de los años he sufrido personalmente que no hubiera una saga en la que los principios armados y sociales confluyeran de una forma realista e interesante, siendo estos una fuerza tramal más importante que la citada espectacularidad. De esta forma en la Espada Negra nos convertimos, en la medida de nuestras posiblidades (sean las que sean) en transmisores de un mensaje, de una estructura, y sobre todo de unos principios.


Antes de que los lectores manden este escrito al olvido, me permito hacer una pregunta. ¿Queremos un mundo en el que la enseñanza es que uno haga lo que haga el resultado va a ser "el que es"? De nuevo no estoy bromeando: la práctica de la libertad con las consecuencias que esta acarrea es quizá la lección más importante que pueda tener la existencia. Y creo que en este sentido la narrativa "forzada" en la que lo trascendente es la espectacularidad lleva a unos principios de vanidad que no me agradan.


Espero que nadie que haya llegado a este punto esté básicamente de acuerdo conmigo, pero que opine que "lo que hace en sus partidas no tiene trascendencia". Si es el caso rebato de forma tajante esta hipotética afirmación: todas y cada una de las acciones son a fin de cuentas trascendentes en mayor o menor medida, y el conjunto de lo que quiera llamarse "importante" estará a fin de cuentas formado por todas las acciones, grandes o pequeñas. Uno nunca sabe hasta donde pueden llegar los efectos de sus acciones, a quien puede influir, y desde luego es responsable, quiera o no.


Esta vez he sido breve.


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