Últimamente en internet se me han producido unas “coincidencias” en relación con las cuestiones que pongo como título en este artículo. La primera es que algunas personas me transmitieron su felicitación con relación al “día del orgullo friki”, la segunda que unos humoristas españoles mostraron un capítulo de una serie llamada “dragones y elfos”, y la tercera... bueno, la tercera la dejo para el final. Todo esto guarda relación entre sí, como descubrirán todos aquellos con paciencia para tragarse estos infumables tostones que me da por escribir y que no incluyen ninguna imagen para amenizarlos.
Como final del prólogo de este artículo diré que lo siguiente que voy a decir es opinión. Es la mía y no la cedo. No pretendo decirle a nadie cómo tiene que ser, lo que tiene que opinar, ni mucho menos cómo tiene que consumir. Y que aunque seguramente parezca lo contrario, el asunto no me preocupa mucho.
Hay mucha discusión en relación al significado de la palabra “friki”, la cual es de muy joven acuñación en nuestro idioma, y ha tenido una evolución muy rápida, y ahora significa, como bien han discutido en SPQRol, varias cosas diferentes. ¿Es buena idea, pues, que un colectivo la acepte como nombre que los defina?
A pesar de ponerme en contra a Tyrion, alguien muy respetado por la comunidad, a mí no me parece que “hacerte fuerte” llamándote a ti mismo por un término originariamente despectivo te haga más... fuerte. Queda muy bien en las novelas y en las series con cosas como “bastardo” o “enano”, pero creo que si te llaman “el tontito” no vas a ganar mucho respeto aceptándolo. Así que a priori estoy en contra de que exista el día del “orgullo friki”.
No es el único argumento. Encuentro ciertas similitudes (y perdón por mi ignorancia si no es el caso) con el “orgullo gay”. Y yo puedo entender que ese colectivo tenga ciertas ganas de mostrar su identidad porque ha sido maltratado durante siglos. Y ahí está la clave, reclamar un día del “orgullo friki” sería trivializar su sufrimiento al establecer una comparación. Y de acuerdo que estuvimos algo “limitados” en los principios de los noventa, con la historia del asesinato, pero no era para tanto, no es que estuviéramos “oprimidos” ni nada así.
Pero a lo mejor nos estamos refiriendo a la estigmatización que el “friki” sufre por su condición. Y también en este caso creo que el asunto está de más. Siempre ha habido “frikis” de todo tipo. Gordos y con granos, delgados que hacen taekwondo, altos y calvos, y un montón de variedades más de ambos sexos. El colectivo está “normalizado” e “integrado” de forma natural, y la existencia de “orgullos frikis” lo que consigue, quizá, es ampliar la imagen de que no lo está.
Así que, vaya, que por mi parte, si unas personas quieren declarar un “día del orgullo friki” y montarse sus jornadas, pues... vale, pero preferiría que le pusieran otro nombre. Pero vamos, que es un “preferir” un tanto indiferente.
Todo esto guarda relación con un vídeo que vi (salió en freak times) de una serie que parodiaba “el mundo friki”. Lo hicieron unos humoristas españoles que hacen otra serie que no he visto. Me pareció lamentable por dos motivos: Uno, que era de baja calidad: poco gracioso más allá de repetir un estereotipo, y encima chabacano, y dos, que era un creador de “estigmatización” que daba una idea muy falsa.
Haciendo un resumen, básicamente se dibuja a unos personajes roleros que “no han olido un coño en toda su vida”, y para los cuales básicamente se diría que la única motivación es “follar”.
No me voy a meter en pantanosas discusiones sobre si es más importante el derecho a la libertad de expresión o al “honor” y cosas de esas. Obviaré, de esta forma, la implicación de que ciertos individuos puedan sentirse heridos con esa sátira. Y lo digo porque igual hay personas (algunos jugadores de rol) con dificultad para encontrar pareja, pero quizá ese asunto los haga infelices y los acompleje, y no sé, desde luego uno tiene derecho a burlarse de lo que quiera... pero por lo que a mí respecta si, por ejemplo, existe una serie que se burla de los enfermos de cáncer de páncreas, pues no me parece de buen gusto, no la veo, y listo.
Pero sí me hago la pregunta de cuánto de dañina puede ser una actitud burlesca con los juegos de rol. Porque por desgracia tenemos que aceptar que somos una minoría y que es muy dudoso que “vaya para arriba”. No hablo como parte creadora, sino como persona con conciencia al decir que creo que el “los juegos de rol” podrían ser un canal para enfocar ciertas energías negativas de las personas, y que es una actividad enriquecedora. Y como jugador, sin duda me gustaría que hubiera más, no por nada, sino por poder jugar más partidas y poder compartir las experiencias. Quizá la repetición de ese estereotipo, entonces, sea un poco negativa, pero bueno, quizá el que “lo acepte” ya estaba “condenado” a pasar de los juegos de rol, qué se yo. Desde luego preferiría que existiera material documental que promocionara los juegos de rol. Pero casi prefiero que exista, solo para ver “qué opina la gente”.
Tampoco quiero entrar en la temática de lo que es moralmente adecuado en la responsabilidad de los términos utilizados y de la influencia sobre otras personas. Eso doblaría el espacio del artículo y me dejaría poco tiempo para mi conclusión final.
El caso es que estaba por google plus, una red social que no me gusta como la red social a la que imita. En el colectivo en el que estoy existe la “costumbre” de sacar una “chica sexy” de vez en cuando. Bueno, todavía no sacaré el mangual de agente de la corrección, que lo guardo para lo siguiente.
El caso es que a fecha de hoy un usuario contribuyó a esta costumbre con una ilustración de “Red Sonja” en la que esta posa con su espada y un bikini de escamas. Y el tema de los bikini – armadura sí que es uno que me hace fruncir el ceño.
Llegado este punto diré que existen un par de blogs desgraciadamente abandonados sobre el tema. Uno se llamaba “Luchadoras en armaduras razonables” y el otro “Luchadoras en armaduras no razonables” (sí, son distintos, y eran en ingles). Ambos tuvieron sus épocas mejores y peores con criterio editorial muy diverso, pero bastante éxito. Ahora, por desgracia, ambos están cerrados.
Me alegró descubrir con ese blog (el de las correctamente armaduradas) que hay un colectivo molesto con todo este concepto de bikinis de mallas, o armaduras estéticamente “guays” con notables agujeros en los que meter un tajo y acabar con la dueña. Y supongo que a fin de cuentas es un poco lo que nos enfada, la “imprecisión”, la “insensatez” y la “estética barata”. Y yo me pregunto, ¿es esta la imagen que como colectivo queremos dar? ¿La de unas personas para las que la fantasía es coger una tía de la playa y ponerle escamas a la armadura? Porque a lo mejor sí que me estoy equivocando y el estereotipo del “rolero friki” está mucho más justificado de lo que quiero creer. Y vamos, que este caso concreto me lo ha recordado por la inmediatez de los ejemplos anteriores. Que a lo mejor que el sujeto que puso la imagen tiene unas motivaciones que para nada he sabido interpretar, pero eso no afectaría en nada: existen suficientes ejemplos de esta forma de pensar, y sobre todo muchos productos que ceden a esta “forma de vender fácil”. Particularmente en una entrevista reciente (no recuerdo donde la leí ni) tanto el ente entrevistador como en el ente entrevistado parecían sentirse orgullosos de que las mujeres de un entorno fantástico medieval tuvieran unos pechos que hoy en día serían identificados claramente como “violaciones de la física”.
No pretendo crear la “asociación por una fantasía coherente”, ni empezar a reivindicar nada. Cada cual es libre de crear los productos que quiera, consumir de la forma que le parezca, influir o ser influido y muchas otras cosas. Sólo pregunto cuánto de positiva o negativa es esa estructura de vida en la que se transmite un ideal estético casi americano: ellos cachas, ellas voluptuosas. Todos bonitos.
Supongo que he divergido mucho en esta prolongada exposición, tocando más de lo que debía y metiéndome en demasiados pantanos. Pero son las preocupaciones e inquietudes de este creador y consumidor que por encima de todo se define a sí mismo por sus principios. Y espero que quede claro mi respeto a todos los creadores y consumidores, y que en ningún caso he pretendido la existencia de una “censura” basada en mi opinión de lo correcto, sino simplemente dejar constancia escrita de mis opiniones, e intentar, quizá, convencer a algún lector con dudas, porque fuerzas en contra de mi posición hay muchas.
Entradas similares: