A lo largo de las últimas semanas hemos recibido todo tipo de comentarios en relación con que en el
juego de rol de Espada Negra se utilicen monedas en lugar de dados. Nosotros siempre decimos lo mismo: que en realidad se puede usar cualquier cosa, por ejemplo:
Monedas con cara y cruz.
Dados, considerando por ejemplo éxito los valores pares, y fracaso los valores impares.
Fichas de los dioses.
Curiosamente, dando el otro día un paseo por el mercado medieval de el Álamo nos encontramos con otro objeto muy apropiado para esta tarea. Se trata de unas runas grabadas en madera que se pueden ver en la siguiente foto:
No es una foto muy buena, dado que se ha tomado por la noche con luz artificial, pero se puede ver están grabados en pequeños discos de madera de tamaño de... bueno, una moneda ancha, más o menos.
Por cierto, que en la bolsa venían veinticinco runas, de sobra para jugar una partida de Espada Negra, aunque una de ellas es una runa "blanca", y por lo tanto inválida. Nos llevaremos estas runas para la partida que pronto tenemos en San Martín de la Vega... y a alguna otra.
El artífice de estos adecuados adminículos se dedica a hacer juegos y accesorios artesanales, y podemos visitarlo en su página web:
http://arcanatallerartesano.blogspot.com.es/
Citar, por cierto, que en el mercado había una exposición al aire libre de diversos aparatos de tortura medievales, que en este caso resultaban terriblemente toscos. Incluyo una fotografía de una dama de hierro que más bien debiera ser llamada "dama de madera".
Una vez más la iluminación me jugó una mala pasada, en este caso un exceso de luz solar de un mayo despejado, aunque se pueden ver los pinchos doblados y la estructura de madera. Me hizo pensar, en las herramientas utilizadas por la corrección, que en realidad eran aún más toscas por motivos de disponibilidad de personal.
A mí este tipo de exposiciones me despiertan pensamientos encontrados. Si uno cree en su autenticidad, entonces es razonable pensar que algunas personas murieron en estos dispositivos, y verlos expuestos en el césped de una avenida en una jornada festiva me parece una ligera afrenta contra el positivo efecto pedagógico que pudieran despertar.
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